El verano es tanto la temporada preferida para casi todo el mundo como el periodo de máxima alerta para los integrantes de Brifor.
La época estival encanta por su clima y sus fiestas.
Además, la mayoría de población goza de sus vacaciones en este agradable periodo del año.
Pero los días del verano también tienen su lado oscuro, su aspecto peligroso.
No en vano, el lema “fumar matar” está indicado en cada paquete de cigarros.
Hay momentos, en los que el producto de tabaco no solo afecta a la salud del propio fumador, sino a todos los demás, ya que una colilla mal apagada, en un momento impropio, puede provocar situaciones extremamente graves para un gran número de gente.
Restos de un pitillo aún encendido causaron el gran incendio forestal que castigó los montes de los municipios de Granadilla, Vilaflor, Adeje y Guía de Isora en el sur de la isla, el año pasado.
Aparte de colillas o basuras tiradas al suelo de forma imprudente, hay una amplia gama de causas que pueden provocar fuego de forma impremeditada: las chispas que provienen de los desperfectos de líneas eléctricas, trabajos como la soldadura, la quema de residuos vegetales en las cercanías de los bosques o en zonas de vegetación muy inflamable o los fuegos artificiales, entre otras.
Para convertirse en un gran incendio, el fuego, normalmente, tiene que coincidir con condiciones meteorológicas favorables para su extensión, como el calima sur, aires calientes que provienen del continente africano.
El “fuego de copas” arrastra trozos ardientes por el aire
Otro factor de la difusión de las llamas es el denominado “fuego de copas”, un fenómeno causado por el viento, que arrastra trozos ardientes por el aire y los deja caer en zonas muy remotas donde provocan otra quema.
La máxima distancia registrada hasta el momento que se trasladaron pedazos ardientes de esta manera, fueron unos seis kilómetros.
El fuego de copas es causado por la existencia de áreas quemadas en las zonas afectadas por las llamas.
Responsable para el control de incendios en Tenerife es la Brigada Forestal (Brifor), un departamento de la Consejería de Medio Ambiente del Cabildo de Tenerife.
La lucha contra un gran incendio es una faena larga y penosa.
“No tenemos los medios para apagar llamas que superan una altura de dos metros y medio”, dice Florencio López Ruano.
Los bomberos no tienen otro remedio que localizar el foco de incendio para evitar la extensión de las llamas y esperar hasta que el fuego se haya saturado.
La Brifor supervisa las hogueras de la Noche de San Juan
A las competencias de la Brifor pertenecen tanto la lucha contra incendios como la aplicación de medidas de prevención.
El año pasado, la Brifor registró 311 intervenciones de emergencia, de las cuales el 70 por ciento fueron falsas alarmas.
No obstante, integrantes de la Brifor estuvieron obligados a trasladarse al lugar y confirmarlo.
Junto a los dos grandes incendios, sumaron 63 incendios forestales y 32 no forestales.
En el campo de la prevención, en 2012, la unidad supervisó 1.716 quemas autorizadas, inspeccionó y vigiló 236 fuegos artificiales.
Además, delegaciones de la Brifor estuvieron presentes en la romería de Candelaria, en las acampadas en las montañas y en las hogueras de la Noche de San Juan, y en fiestas celebradas en honor de San Pedro y San Juan, entre otras acciones.
Otra actividad es la vigilancia de zonas de gran afluencia.
En general, se trata de áreas recreativas, por ejemplo, en el Paisaje Lunar, el entorno de Las Lagunetas en la carretera de La Esperanza hacia el Teide, o en Aguamansa, la parte más arriba de La Orotava en el camino al Teide, lugares frecuentados por unos 200.000 usarios al año.
Los integrantes de la Brifor participan en ferias y eventos para informar sobre su trabajo y sobre el peligro de incendio.
Clases de entrenamiento deportivo forman parte del trabajo.
La brigada tiene un programa continuado en técnicas de extinción y manejo de materiales y equipo.
Durante el periodo de mayor peligro, la plantilla de personal de la Brifor consiste en 325 especialistas que trabajan en diferentes turnos; 120 de ellos corresponden al operativo refuerzo y están contratados externamente para los cuatro meses del verano.
La Brigada Forestal (Brifor) está dividida en varios departamentos
Durante las fases de invierno y de la prealerta hay una tripulación mucho más reducida.
Respecto a la ubicación, los medios se distribuyen por el territorio para dar un tiempo de respuesta rápido a las emergencias más habituales.
Por eso, se suelen desplegar más medios en las zonas de medianías y en la zona forestal del norte de la isla que en el sur.
La Brigada Forestal está dividida en varios departamentos.
Hay un servicio técnico, los gestores del centro de operación y los mandos operativos independientes para Eco, Centro y Oscar, los tres territorios en los que la Brifor ha distribuido Tenerife.
La mayoría de la plantilla son los integrantes de las brigadas, de tierra y helitransportadas, o de las tripulaciones de los vehículos.
La unidad tiene su base en el municipio de La Guancha, donde está también el helipuerto y los talleres de mantenimiento.
El helicóptero tiene un depósito de 1.500 litros de agua o espuma
La Brifor tiene a su disposición un parque de varios vehículos.
Al parque de la movilidad pertenecen 63 vehículos, treinta y uno para el transporte de las brigadas,
los técnicos y los agentes.
Además, hay 32 autobombas de diferentes tipos y una variedad de cabidas.
Las diez autobombas ligeras tienen 500 litros, las 13 “Forestal” 3000-4000 litros.
El helicóptero, es capaz de transportar unos diez especialistas y sirve, además, para trabajos de extinción.
El depósito transportable que puede llevar el helicóptero por debajo tiene capacidad de 1.500 litros de agua o espuma.
El denominado “Bambi” ofrece la posibilidad de ser recargado por el agua de embalses durante el vuelo.
Muy importante para los miembros de la Brifor es su traje.
Los bomberos llevan botas pesadas, guantes y gafas especiales
Los uniformes de los bomberos consisten en materiales sólidos.
Llevan botas pesadas, protegen sus manos por guantes, los ojos por gafas especiales, las vías respiratorias por máscaras antigás y la cabeza por el casco amarillo.
En el cinturón se encuentra la mochila de materiales de primer auxilio.
También está equipado de una herramienta especial, que llevan en una funda fijada en la pierna.
Se trata de un machete pequeño, un gran cuchillo de hoja curvada con una variedad de perfiles, un instrumento muy práctico y siempre al alcance del bombero en el caso de emergencia debido a su tamaño pequeño y reducido.
Dada la gran dinámica de movimientos de los bomberos, en el caso de emergencia, la solidez y el fácil manejo de la herramienta tiene gran importancia.
Los grandes picos están fijados debajo de los asientos durante del vuelo.
Su actuación requiere mucha práctica y rutina.
A la vista de un observador, parece muy complicado meterse un grupo de diez personas en un habitáculo de un helicóptero extremamente estrecho.
(Publicado en Megawelle, 2011-2016)