Verdes, baratos y acogedores son los atributos de las nuevas oportunidades turísticas para el Valle de La Orotava presentadas en el evento “Green Low Cost!“.
Los talleres y conferencias del proyecto “Green Low Cost!” ofrecieron asombrosas tendencias de la arquitectura contemporánea.
Razón. Emoción. Reconversión. Acomodación. Contradicción. Integración.
Hay varias formas de acercarse a temas arquitectónicos y muchas fuentes que alimentan la inspiración creativa.
Pero sin la necesaria destreza, la mejor idea no sirve para la creación de obras que estén en armonía con su entorno.
O al menos, hagan visible la intención del autor.
Los materiales de construcción son los elementos que transmiten el mensaje de los maestros de obra.
Un mensaje artístico que influya en una variedad de factores.
En eso no hay diferencia entre arquitectos y líricas.
Un poema emocione al público tanto por sus palabras y su ritmo como por la voz y la interpretación del locutor.
El arquitecto construya con materiales de fama fría y estéril, el hormigón, el acero o el cristal una composición orgánica, inspirada en rocas volcánicas.
Para crear una obra que se vincule destaca de primera vista con las cumbres venerables del Parque Nacional del Teide.
Como lo el arquitecto tinerfeño Fernando Menís con el Centro de Congresos “Magma” en Adeje hace algunos años.
La combinación de componentes contradictorias
En Tenerife hay “El Laboratorio” se dedica a la investigación e innovación en la arquitectura y disciplinas científicas vinculadas.
El pasado noviembre, esta asociación tinerfeña a lo que pertenece Fernando Menís, organizó el evento “Green Low Cost!” en La Orotava.
Bajo el lema inglés tuvieron lugar talleres para el desarrolló de nuevas atracciones en la región.
Además, hubo una serie de conferencias sobre varios aspectos de la arquitectura.
Fernando Menís demostró en su ponencia los efectos asombrosos que provocan la astuta combinación de módulos verticales y superficies inclinadas, en sintonía con una gran variedad de efectos lúdicos de luz y sombra.
Un ejemplo es su premiada iglesia en Polonia.
El edifico destaca por el virtuoso uso de las dimensiones.
Sin descuidar los aspectos de funcionalidad como la acústica, por ejemplo.
Menís juega con la altura y la anchura de muchos elementos, pasillos, escaleras, plataformas y salas para subrayar el carácter representativo de la Catedral.
Su iglesia no solo sirve como sitio de reunión para los creyentes sino que también destaca por su propia e inconfundible personalidad.
Señales, símbolos y sueños de “Green Low Cost!“
Obras arquitectónicas, sean constructivas o paisajísticas, siempre tienen una función social y una función visual. A menudo incluso simbólica.
Desde sus inicios, el motivo de la construcción del Auditorio de Tenerife era construir un símbolo de gran impacto.
Por eso surgió, la idea de crear un edificio, singular y destacado, que da sensación y atrae las miradas.
Al contrario, su homólogo canarión, el Auditorio Alfredo Krauss, ubicado al lado de la playa de Las Canteras, sirve como puente imaginativo al continente vecino de África.
Debido a su ubicación y su diseño.
El lenguaje simbólico vincula la arquitectura con la historia.
Las obras siempre son testigos mudos y señales visibles de las necesidades y el espíritu de una época.
Al revés, el vacío y el deterioro de casas antiguas, tradicionales, por ejemplo en la región metropolitana tinerfeña, indican la escasez de medios económicos de los propietarios y hacen visible la falta de visiones y conceptos urbanísticos.
No solo los motivos económicos, el espíritu contemporáneo es también factor decisivo.
Tanto para la valoración como del desprecio del legado arquitectónico.
Hace décadas, se empezaron a derribar las antiguas fábricas y polígonos industriales en muchas partes de Europa.
Algunas ruinas que anteriormente simbolizaron la riqueza de enteras regiones, sobrevivieron para ser convertidos en museos o elementos de parques temáticos.
Un ejemplo es la Cuenca de Ruhr, entonces la zona industrial más importante de Alemania gracias a la minería.
Esfuerzos colectivos para mejorar la calidad de vida
La región se aprovechó del título Capital de Cultura de Europa de 2010 para convertirse en una zona, capaz de vivir del turismo y quitarse la mala “patito feo”.
Uno de los conferenciantes invitados de “Green Low Cost!“ fue Hans Dietrich Schmidt, el director de Programación y Relaciones Internacionales de RUHR 2010.
Su ponencia “Patrimonio histórico, turismo y desarrollo económico” resumió la planificación y la organización del ambicioso proyecto durante la década de antelación.
Según Schmidt, la comunicación con todos los estamentos sociales era esencial para realizar RUHR 2010.
El reto consistía en iniciar actividades culturales e innovadoras para dar nuevas perspectivas a una región, que desde siempre sufrió del lamentable prestigio de cenicienta por culpa del color gris de su cielo provocado por el polvo de carbón de las minas.
En RUHR 2010 participaron 52 municipios, administrados por ayuntamientos de regidores, afiliados en diferentes partidos políticos.
Esas condiciones requerían un dialógo permanente.
La perseverancia era esencial para dar continuidad a la comunicación, dado que todos los alcaldes fueron sustituidos por varios motivos antes de la inauguración de los actos de la Capital de Cultura.
Los medios de comunicación jugaron un papel clave para crear una conciencia positiva e implantar el proyecto en la mente de la gente durante la década preliminar.
Un proyecto tinerfeño muy parecido, pero a una escala mucho más pequeña, es “El Tanque” en Santa Cruz, que ahora es un Bien Cultural de Canarias.
“Green Low Cost!” propone respetar el patrimonio arquitectónico
El estanque 69 enfrente del “El Corte Inglés” es el único símbolo que hace visible que el terreno, hoy en día ocupado por rascacielos y centros comerciales, formó parte de la refinería que se puso en marcha hace unos 80 años.
El polígono santacrucero de CEPSA era la primera empresa petrolífera de esta manera en España.
En la actualidad, el gigantesco tubo metálico sirve como centro cultural.
El tanque destaca por su diseño y su tanto excelente como asombrosa acústica, causada por el inmenso de su interior.
Estas calidades han convertido el vestigio de una época anterior económica e industrial en un sitio predilecto de actuaciones vanguardistas de varias formas y estilos de arte.
Una mínima raya de luz provoque mucha sensación cuando todo el interior de este espacio sin ventanas está inmerso en completa oscuridad.
Eso facilita una gran variedad de efectos de iluminación.
Algo que caracteriza muchos eventos celebrados en El Tanque.
Una propuesta de “Green Low Cost!“ es anticipar al Apocalipsis
El enfoque de la conferencia probablemente más destacada de “Green Low Cost!“ fue el impacto de la polución medioambiental al planeta.
El “cambio climático” y las posibilidades arquitectónicas para frenar su impacto.
Hacía finales del siglo anterior, la subida del nivel de los mares despierta y ocupa de forma creciente el interés de los científicos y los medios de comunicación.
El séptimo arte se aprovecha de este fenómeno a su manera.
A muchas veces espectacular, superficial y apto para un consumo rápido.
El protagonista de la película “Waterworld” de Kevin Costner el futurista catamarán del protagonista cruza por desiertos de agua.
Los oasis de este mundo son islas formadas de las ruinas de edificios flotantes.
Teniendo en cuenta, la perspectiva de la película, las futuras rutas de buceo guiadas probablemente culminen en encuentros con gigantescos tiburones en el interior de la Basílica de la Virgen de Candelaria.
No obstante, las pronosticas científicas ofrecen un panorama más realista y, de primera vista, menos espectacular.
En los próximos cien años el nivel de los mares subirá solamente unos setenta centímetros.
Desafortunadamente, esta subida relativamente ligera esté acompañada por cambios meteorológicos y efectos inesperados.
A los que pertenecen un extremo aumento de repentinas tempestades y olas de una altura de más de quince metros.
Estos fenómenos pongan en peligro el funcionamiento de la vida en las grandes ciudades de las regiones costeras.
Eso incluye el prototipo de la metrópoli, la gran manzana de Nueva York.
Muchos planificadores urbanísticos son conscientes de este peligro.
Ellos buscan soluciones para evitar el colapso o, al menos, preparar las ciudades por el caso de emergencia.
El MOMA, el Museo de Arte Moderna de Nueva York, incluso impulsó el concurso “Rising Currents – Corrientes Emergentes: Proyectos para un Frente Marítimo: El caso de Nueva York.”
Proteger las infraestructuras para mantener la vida y la economía
“Hay un antes y un después de “Katrina” introdujo Barry Bergdoll su discurso.
El responsable del Departamento de Arquitectura de MOMA se refirió a la tempestad que, hace unos años, destruyó Nueva Orleáns.
En las zonas costeras de EEUU, esta catástrofe provocó la integración de posibles efectos y consecuencias del cambio en las planificaciones urbanísticas para prepararse para escenarios de esta manera. .
Sin alguna duda, es necesario desarrollar estrategias innovadoras para proteger los núcleos de la vida humana de las catástrofes posibles y previsibles.
Por falta de tantas resoluciones como respuestas sencillas, se eligió “poner cuestiones adecuadas” como lema para el proyecto, dijo Bergdoll.
La señal visible de este nuevo método de pensamiento es el mapa utilizado por los proyectos de MOMA.
El foco está en la gigantesca dársena del puerto de la metrópoli a la que limitan todos los distritos..
Eso diferencia ese plan de los habituales callejeros turísticos que muestran la “gran manzana” como un mar de edificios, agrupado alrededor de la punta meridional de la isla Manhattan.
Todas las medidas proyectadas para el caso de emergencia sirvan para frenar las masas de agua antes de su llegada a la ciudad neoyorquina.
El objetivo es proteger las infraestructuras y mantener la vida y la economía municipal.
Eso no es tan sencillo porque Nueva York está ubicada en ambos lados de una desembocadura fluvial y algunas islas.
Por eso se piensa en la instalación de elementos capaces de absorber y mantener grandes cantidades de agua.
En otras palabras: en la construcción de gigantescas esponjas.
Respecto a los materiales hay tener en cuenta el tamaño del proyecto.
Por eso se apuesta por el reciclaje de elementos usados como los restos de edificios derribados.
El reciclaje también ayuda a reducir los costes.
La utilización de recursos ya disponibles también evitan transportes sobrantes.
Varios enfoques y perspectivas para frenar el cambio climático
El reto para los diseñadores de las futuras ciudades es desarrollar medios técnicamente viables para proteger las ciudades de las consecuencias del cambio climático.
No obstante, la ciudad también debe convertir el espacio urbano en un sitio agradable de vivir, “a nice place to live.”
Los grupos interdisciplinarios que participaron en el concurso MOMA ofrecieron una variedad de soluciones.
Los colectivos formados por expertos de la construcción, ingenieros hidráulicos y arquitectos paisajísticos desarrollaron sus visiones para cinco lugares costeros ubicados en varios distritos de Nueva York.
Algunos técnicos diseñaron parques eólicos para utilizar la energía de los alisios.
Otros propusieron la creación de islas artificiales delante de la costa como obstáculo para frenar la amenaza mojada.
Un nuevo archipiélago con una superficie provista para ser explotada como campo de agricultura y utilizada como zona recreativa.
Una inspiración importante era la mirada atrás.
La historia de construcción se convirtió en un catálogo de ideas, transformables y adaptables para futuras aplicaciones.
Algunos proyectos tomaron en consideración la evolución urbanística de la metrópoli.
Para la región del Central Park, se redactó una nueva “skyline” compuesta de islas artificiales frente a la costa.
Ese archipiélago se extendería hacia el sur para visualizar la evolución urbanística de la isla de Manhattan.
La edificación de la isla empezó hace unos dos siglos.
En la actualidad, se puede identificar cada etapa urbanística por su estilo típico.
Ostras protejan el corazón de Nueva York
Otro proyecto culminó en el diseño de un dique de protección, confeccionado por grandes cantidades de residuos de vidrio, generados por la metrópoli.
“Oyster-Tecture” fue, tal vez, la idea más espectacular del concurso.
Sus autores quisieron usar grandes cantidades de ostras como herramienta de protección para Nueva York.
Eso tiene un encanto muy particular porque esos animales están muy vinculados con la historia local.
Hasta el momento, la mayoría de las rutas guiadas turísticas pasa por la “Oyster Bar” en la estación de Grand Central Station.
El local gastronómico recuerda que, Nueva York albergó el mayor mercado de ostras del mundo hace un siglo .
En cada rincón hubo estanques que ofrecieron ostras.
Muy parecido a los kioscos de hamburguesas de la actualidad.
La cultura de ostra acabó hace unos ochenta años por la creciente polución medioambiental.
Oyster-Tecture une motivos nostálgicos con razones muy prácticas.
La ostra es un ser muy útil que ofrece experiencias culinarias, produce perlas y también limpia el agua.
Además, destaca por su forma de existir porque las ostras se organizan en grandes colonias.
Pensando en estas cualidades, los técnicos proyectaron la instalación de una inmensa granja de ostras delante de las costas neoyorquinas.
“Green Low Cost!“: propuestas polifacéticas para playas y paisaje
Las conferencias de “Green Low Cost!” sirvieron como fuentes de inspiración para los participantes de los talleres del proyecto
En los workshop participaron estudiantes de arquitectura, provenientes de varios países y universidades, Berlín, Paris, Madrid y Canarias entre otros.
Su reto consistió en encontrar ideas e impulsos para reactivar el Valle de La Orotava como destino atractivo.
En la actualidad, la tradicional región turística está lamentablemente poco valorada.
Algunos expertos, incluso en Canarias, la evalúan como destino maduro.
Siguiendo el lema “Green low cost!”, los talleres intentaron desarrollar soluciones, tanto atractivas como económicas.
En este contexto, el adjetivo “verde” estableció una variedad de requisitos.
Verde significó usar la flora, preferiblemente autóctona, como material principal, apostar por el reciclaje de cosas existentes como posible herramienta y tener en consideración la historia y la cultura de las Islas Canarias.
La de presentación del concepto para el futuro puerto de Puerto de la Cruz sirvió como introducción.
La base del proyecto, elaborado por Fernando Menís, es un dique, que separa una gigantesca laguna del mar.
Es un elemento que destaca por evidentes referencias a los monumentos naturales del entorno. y que separa una gigantesca laguna del mar
La mayoría de los proyectos estudiantiles se dedicaron al Barranco Arujo, un importante monumento natural del municipio de La Orotava.
“Green Low Cost!“desarrolla nuevas ideas y proyectos
El primer grupo presentó un método para el desagüe del barranco en unos 2.000 tubos de caña de bambú penetradas por el suelo de la roca volcánica para conseguir agua para propulsar una planta de generación de energía,
El equipo siguiente mostró una depuradora biológica a base de plantas.
Otros proyectos ofrecieron miradores y senderos en los lados del barranco hacia el Teide, aplicando materiales naturales como madera.
Hubo también una propuesta que intentó quitar los efectos de la polución con plantas.
Los autores ofrecieron la idea de enmarcar los carriles de coches por árboles y plantar grupos de arboledas en todos los rincones destacados de la Villa de La Orotava para hacer visible la importancia de la naturaleza por la vida humana.
Una de las ubicaciones proyectadas fue en el terreno de la distribuidora de DISA debajo de la estación de guaguas.
La inspiración del proyecto tiene su base en resultados de investigaciones científicas que documentan la capacidad de un ejemplar del singular pino dorado tinerfeño de absorber la cantidad de dióxido de carbono (CO 2) que escape de cinco coches en funcionamiento a lo largo de 24 horas.
Tampoco faltaron ideas para el Puerto de la Cruz.
En ese municipio hay muchos hoteleros que exigen hace mucho tiempo un teleférico o un telesilla para enlazar la parte de arriba de la ladera de Martiánez con la zona costera.
La nueva generación de constructores apostó por un ascensor y un pasillo subterráneo de comunicación entre la estación baja en el centro comercial para transformar el terreno público en los alrededores de la escalera actual y la zona exterior del centro comercial en una jungla de plantas autóctonas.
En las huellas de César Manrique
Otra muy graciosa propuesta fue la instalación de observatorios marítimos en la costa portuense para exponer la riqueza de la biodiversidad del mar a buceadores y a pasajeros de barcos.
La parte submarina de cada uno de estos mini-muesos sería grande y transparente tubo con fundamento en el suelo marítimo.
Construcciones adicionales sobre el nivel del mar, diseñadas como burbujas gigantescas, darían acceso a los visitantes.
Otra intención del proyecto, según los integrantes madrileños del grupo, fue homenajear a César Manrique, “un artista de gran impacto casi olvidado”,
Al menos desde de la perspectiva capitalina.
Sin duda, algunas propuestas suenan muy utópicas.
Pero a menudo algunas modificaciones sean suficientes para convertir una fantasía que parece utópica de primera vista en realidad.
(Publicado en Tenerife Week, 2011)