Ayer Nueva York, hoy Tenerife, mañana Tokio. El buque escuela de vela “Juan Sebastián Elcano” pasa por puertos y ciudades de todo el mundo.
Quizás por eso, los grandes barcos simbolizan el aspecto mágico del viajar y difunden aires de países y regiones exóticos.
Eso vale sobre todo por veleros antiguos.
El estereotipo marinero con novia en cada puerto está muy vinculado con ese narrativo.
En la época actual de los portacontenedores no hay sitio para cuentos románticos de esta manera.
Entonces, un barco pasaba al menos un día en el muelle cuando llegaba a un puerto.
Ahora incluso seis horas es mucho tiempo. Eso basta para manejar el mismo o mayor volumen de carga.
Hay diferentes modalidades de navegación: marina mercante, cruceros, ferris, entre otros. En muchos casos, la carrera marinera empieza en el departamento marítimo de las fuerzas armadas.
Como lo dijo recientemente el ex presidente de la asociación de corredores marítimos del puerto de Santa Cruz en una entrevista a un periódico un poco antes de su retiro.
El mes pasado, el buque escuela de Armada Española, el “Elcano”, volvió al puerto de la capital tinerfeña tras una ausencia de tres años.
El “Elcano” atrae a los aficionados de viejos veleros
El barco debe su nombre a un oficial que participó circunnavegación del mundo por Magallanes.
El 16 de septiembre de 1519, los cinco baros de esta expedición cargaron provisiones en el puerto de Santa Cruz.
Muchos aficionados a los viejos marineros acudieron a la estancia.
No sólo españoles, sino también alemanes y británicos, residentes en la isla.
Muchos de ellos habían hecho su servicio militar en la cubierta de barco.
Ahora se encantaron por el barco de cuatro mástiles lanzado en 1927, hablaron de negocios y refrescaron viejos recuerdos.
Las clases escolares llegaron en guagua y el departamento de reclutamiento militar de Tenerife fue también presente.
Probablemente no hay mejor publicidad para el servicio en las fuerzas armadas marítimas que romántico y antiguo velero que había muchas veces zarpado los mares del mundo como embajador de España.
Sobre todo, cuando fondea bajo un sol brillante delante del impresionante decorado del macizo de Anaga mientras sopla una suave brisa.
En la actualidad, en España el servicio militar no es obligatorio. Hay un ejército profesional y el servicio en el “Elcano” probablemente no tenga mucho que ver con una excursión vacacional.
Como demuestra el abrupto levantamiento de las manos a la visera de la gorra de su uniforme festivo cuando los soldados saludan.
Un proceso que se repite en cuanto un rango mayor pasa por la pasarela de entrada al barco.
En el buque escuela se forman a los futuros oficiales
En el “Elcano” están desplegados 23 oficiales, 22 suboficiales y 140 de rango.
También hay cinco civiles que trabajan como profesores de la 51 “guardia marina”, en parte mujeres. Las clases para los alumnos de oficial se imparten en el aula frente a la cocina principal del barco.
El plan de estudios incluye navegación, astronomía, meteorología, maniobras de barcos, geografía e inglés.
Cada unidad didáctica comienza con un pase de lista, en el que se comprueba cuidadosamente el ajuste del uniforme.
Por supuesto, hay una jerarquía estricta a bordo.
Oficiales, estudiantes de oficiales y otros rangos pasan el tiempo libre en tres áreas separadas. Los oficiales deben preguntar antes de ingresar al área de “guardia marina”.
A diferencia de épocas anteriores, los marineros están en contacto con amigos y parientes, gracias a Internet.
Sin embargo, la tecnología aún no ha proporcionado soluciones para todos los desafíos marineros.
Por eso, los aspirantes a oficiales aprenden a orientarse en alta mar, incluso en condiciones adversas.
En cielo despejado, las estrellas sirven como puntos de orientación.
Si está muy nublado, se intenta determinar la ubicación actual teniendo en cuenta la velocidad y la dirección de la brújula en relación con la última posición claramente definida.
Por eso, hay brújulas en muchos lugares del “Elanco”, barco de 113 metros de eslora y la velocidad máxima de once nudos.
En caso de que falle el sistema de dirección del puente de mando, se puede maniobrar el barco mediante un volante adicional en la popa.
El “Elcano” pertenece a una “bergantina-goleta”, equipada de trinquetes triangulares que se colocan en el primer mástil, el “trinquete”.
(La versión alemana publicada en Megawelle, 2011 – 2016)