La capital de la isla de Tenerife, Santa Cruz, es una Cenicienta con muchos encantos ocultos.
La mejor manera de descubrirlos es darse un paseo un domingo por la mañana.
Las risas de los niños resuenan en la plaza frente al reloj floral gigante en la entrada inferior del Parque García Sanabria, el parque municipal de Santa Cruz, en esta hermosa mañana de domingo.
En el pequeño patio delantero entre el jardín del café y la parada del tren turístico blanco para recorridos por la ciudad hay un teatro de títeres en el que los títeres preguntan a los niños si “ya estáis”.
Luego comienzan a pelear por los libros.
Un idilio matutino, bordeado de altas palmeras frente a un cielo azul brillante.
Esta mañana hay también mucho movimiento en la Plaza del Príncipe al lado de la zona peatonal.
Los músicos tocan.
Incluso en la plaza frente al cercano centro comercial “Bulevard” hay enormes castillos hinchables.
No es casualidad: cada primer domingo de mes, el centro de la capital de la isla es de los niños.
El día de niños. o mejor dicho: la mañana, pertenece a la campaña para volver a atraer a la gente al centro de la ciudad.
El concepto tiene éxito dado que es más agradable y divertido mirar escaparates o hacer compras en la capital sin oler los gases de escape de los coches.
Las tiendas están abiertas.
Al menos, en los días en los que llegan cruceros.
El objetivo de la diversión dominical para niños con vistas a escaparates es traer público al centro porque Santa Cruz tiene un problema de imagen.
Eso es un secreto a voces.
Santa Cruz debe recuperar su atractivo comercial
Claro que sí, hay la eterna rivalidad con Las Palmas que es un duelo disparatado. En muchos aspectos.
Por supuesto, la capital de Gran Canaria difunde más aires metropolitanos que la tranquila Santa Cruz.
Pero eso no es necesariamente un logro. La vida cotidiana en la capital canariona es mucho más exigente y agitada.
El tráfico de la zona capitalina de Gran Canaria es más rápido y los aparcamientos son aún más escasos.
El problema principal de Santa Cruz es de otra manera.
Sus residentes deben redescubrir el centro de la ciudad.
Ese hecho no es solo un lamentable resultado de la crisis económica que sufrió el país durante los últimos cuatro años.
El descenso del poder adquisitivo en la zona céntrica de la capital insular es también consecuencia del urbanismo de las últimas décadas.
El centro económico se ha desplazado hacia el borde occidental del centro de la ciudad.
Ya está en un barrio que de antaño tuvo una fama muy lúgubre.
En la actualidad, en el término lucen los escaparates palacio de “El Corte Inglés”, de siete plantas.
A su lado están los centros comerciales “Meridiano” y “Tres de Mayo” con muchas tiendas, restaurantes, cines y aparcamientos parcialmente gratuitos donde los clientes hacen compras hasta las diez de la noche.
Anteriormente se procesó petróleo crudo en el terreno correspondiente.
Los solares pertenecieron a la refinería de Cepsa.
De la misma manera como están el Recinto Ferial los imponentes rascacielos gemelos llamados “torres”.
Huellas de varias épocas
El único recuerdo de esta época es una serie de fotos expuesta en la pared del bar frente a la gasolinera Shell en la Avenida La Salle.
Las fotos documentan el derribo de una edificación en la zona de los grandes almacenes.
En varias fotos salen en el fondo una blanca concha: el Auditorio de Tenerife en construcción.
Otra reliquia de este período es “El Tanque”.
El antiguo Oil Tank 69, al que se accede por una pasarela con cubierta hecha de material metálico desechado, sirve como centro cultural.
En el redondo, oscuro y reverberante interior tienen lugar instalaciones de video vanguardistas de gran formato y presentaciones de performance experimental.
La zona vivía un cambio paulatino, dado que en Tenerife algunas cosas llevan más tiempo en Tenerife que en otros lugares.
Y probablemente por eso casi nadie es capaz de recordar el estado anterior del solar cuando un nuevo edificio abre sus puertas.
La Plaza de España frente al Palacio Insular manchaba la capital isleña durante muchos años.
En el terreno lleno de baches había un gigantesco estacionamiento provisional frente al elevado monumento de la época de Franco, escoltado por gigantescos soldados hechos de bronce, accesible desde el aparcamiento por una empinada escalera.
En la actualidad. está un lago artificial bordeado de sabinas y pabellones planos y verdes que están en perfecta sintonía con la topografía del macizo de Anaga en el fondo..
Los niños juegan entre las piernas de los todavía enormes guardias metálicos.
Es un lugar que invita a quedarse y ofrece con cada cambio de ubicación una perspectiva diferente.
El centro de Santa Cruz ha cambiado mucho
Desde una cubierta plana de pabellón de hormigón se puede observar toda la dársena del puerto.
Los bancos en la orilla del lago también ofrecen vistas hacia los ferris y cruceros.
La impresionante iluminación nocturna da un aspecto espectacular al espacio.
Qué pena que la conexión directa entre el centro de la ciudad y el mar esté todavía muy lejos, como lo indica la valla de la Avenida Marítima.
El lago es también el punto de salida de las rutas turísticas de las rojas guaguas de dos pisos por la ciudad.
Durante el recorrido, los pasajeros reciben información detallada sobre los lugares de interés en ocho idiomas a través de auriculares.
Además, el disfraz de “guirri-guagua”, ganó el primer premio en el concurso de disfraces de carnaval de este año.
Desde aquí se llega fácilmente a la Calle La Noria repleta de restaurantes en la que muchos grupos de carnaval tienen sus salas de ensayo.
Tras cruzar el Barranco de Santos a la altura de la histórica iglesia La Concepción se llega al “Museo de la Naturaleza y el Hombre”, alojado en un antiguo hospital.
En el museo están expuestas momias guanches, rocas de meteoritos y objetos de épocas pasadas hallados en lugares históricos naturales.
Los domingos la entrada es gratuita.
Además, un romántico patio interior invita a visitarlo.
El rastro al lado de la Presidencia de Canarias
Al lado está el Tenerife Espacio de las Artes, TEA, el museo de arte moderno de diseño futurista de Tenerife.
En la noche de inauguración del edificio, los arquitectos Herzog y Meuron, también responsables de la restauración de la Plaza de España, sacaron fotos en primera persona desde la rampa debajo de las copas de sabinas.
Para captar imágenes de los iluminados bloques transparentes de la fachada.
Muy cerca ya está el “rastro”, se extiende alrededor de la Presidencia del Gobierno de Canarias.
El edifico de la fachada rocosa, que recuerda a un baluarte defensivo, sorprende en su interior con un romántico patio, hecho de madera de pino, proveniente de diferentes países hispanohablantes.
El rastro indica el ritmo acelerado del mundo actual.
Muchos vendedores ganan su pan en el rastro donde CDs, apenas escuchados cambian de manos por uno o dos euros y los dispositivos técnicos de segunda mano a menudo cuestan menos de diez euros.
(La versión alemana publicada en Megawelle, 20011-2016)