El Entierro de la Sardina, celebrada en Santa Cruz

El Entierro de la Sardina es probablemente el acto que más refleje el espíritu del “Carnaval”.

La fiesta carnavalera invita a superar todas las limitaciones y dejarse llevar.

Los desfiles del Entierro de la Sardina . . . .
Los desfiles del Entierro de la Sardina . . . .
 . . . difunden el espíritu carnavalero
. . . . difunden el espíritu carnavalero

La fiesta anima a hacer todo lo que en general está prohibido, mal visto o simplemente vergonzoso.

Por supuesto, la “Gala de elección de la Reina del Carnaval” tiene un impacto al exterior significativamente mayor y es también mucho más caro.

Cierto es que los grupos de murgas destacan por su falta de respeto.

Sin embargo, los colectivos murgueros adaptan sus impertinencias al ritmo de música y la métrica de versos y sus pertenecientes se someten a reglamento y una extensa agenda de ensayos y actuaciones.

En el ámbito de las comparsas las cosas son muy parecidas.
Hay que simplemente sustituir las limitaciones puestas por el arreglo musical por las de las coreografías.

Los desfiles tampoco son diversión en estado puro.
Se debe cumplir tanto los horarios de salida como las exigencias de los meticulosamente programados los actos y  las necesidades de la televisión.

Obligaciones de esta manera no hay en el desfile del Entierro de la Sardina, que además, suele arrancar con retraso.

La sardina llega con mucho retraso al punto de salida del desfile en la Calle Méndez Núñez
La sardina llega con mucho retraso al punto de salida del desfile en la Calle Méndez Núñez

El punto de salida es la Calle Méndez Núñez, más o menos a la altura de la “Casa de Drago”, el Ayuntamiento de la capital tinerfeña, y  la Delegación del Gobierno español.

La mayor parte de los participantes, está vestida de negro para subrayar su decencia, dado que el acto es un funeral.

Ensimismados sacerdotes y obispos murmuran oraciones.

Llevan hábitos solemnes y altos  gorros para subrayar la dignidad y espiritualidad del acto.

El Entierro de la Sardina es una ceremonia de peculiar solemnidad

A primera vista, muchos de esos impostores parecen creíbles dobles de sus modelos reales.

Sin embargo, a segunda vista incluso que su atuendo no coincide con las normas eclesiásticas sino que es una combinación de ingredientes, pillados de diferentes confesiones cristianas y hábilmente adaptadas a la ocasión.

Tampoco faltan pequeños demonios y elegantes chicas, muy parecidas a Batgirl.

Escuadrones de viudas negras deambulan por la muchedumbre y lamentan en voz alta el fin del “Carnaval”.

O mejor dicho, el pistoletazo de salida de su recta final, porque a diferencia a otros países el Carnaval canario no va a acabar esa noche sino el próximo domingo.

Eso no impide a las viudas negras de pavonear en tacones altos y abrazar a todo el mundo tanto para expresar con gestos, muecas y  en voz alta su dolor como compartirlo.

Muchas de ellas no solo tienen boas de plumas alrededor del cuello sino también bigote y barba.

Muchas pelucas, a menudo, de color naranja brillante, ocultan el estado de la pérdida de cabello o cabezas calvas.

.Todo el mundo lleva prendas negras . . .
Todo el mundo lleva prendas negras . . .
. . . debido al tristísimo motivo del desfile
. . . debido al tristísimo motivo del desfile

Como todo el mundo sabe, muchos hombres suelen gozar los días del Carnaval, vestidos de señora, sobre todo, el desfile del “Entierro de la Sardina”

El acto anima, como parece, a miles de tinerfeños a pillar los armarios de sus esposas, madres o novias tanto para poder desfilar en prendas dignas en esta muy particular procesión como para vivir su faceta emocional femenina.

O al menos, fingir comportarse como una mujer según su muy selectiva percepción de la naturaleza femenina.

Muchas viudas negras expresan su luto

El desfile está marcado de excesos de extático dolor.

Muchas “viudas negras” se arrojan al asfalto, sollozando, los tacones altos en los extremos de sus pálidas piernas estiradas hacia el firmamento.

De esta manera invitan a otros a dar vistazos a lo que esconden sus faldas o vestidos, hasta bragas de  colores brillantes.

Grupos de tambores aportan la banda sonora adecuada, mientras los cámaras y los gráficos luchan para retratar los rasgos típicos del espectáculo multitudinario con todos sus aspectos y detalles.

No obstante, todavía estamos en la fase de calentamiento, hace falta la protagonista titular.

La sardina, una enorme escultura hecha de papel maché, nunca suele llegar a la hora anunciada.

En la cabalgata salen tanto viudas y ángeles . . .
En la cabalgata salen tanto viudas y ángeles . . .
. . . como  representantes del mundo eclesiástico
. . . como representantes del mundo eclesiástico

La llegada del gigantesco pez pone a la multitud en marcha y muchas botellas de licor desaparecen, en bolsos, mochilas y fundas, hasta que el desfile llega a avanzar a ritmo constante que facilita empinar el codo sin sufrir repentinas sorpresas,

La astuta iluminación hace brillar la sardina y le da el aspecto de una luz, desde lejos, que se mueve sobre las olas y ondas de un mar negro, compuesto de cabezas.

Teniendo en cuenta el ritmo, el nocturno desfile, no distingue tanto de las dignas procesiones de la Semana Santa, celebradas unas  seis semanas más tarde.

Los cofrades avanzan con pasos, lentos y solemnes.

Sus imágenes están también montadas en carrozas con radio de giro muy grande.

Sea pez más grande que la vida, imagen o santo.

En ambos casos, el conductor de la carroza debe ser muy atento y tener mucha destreza para maniobrar su vehículo a través de muchedumbres por caminos muy estrechos sin chocar algo.

En la Calle del Pilar se hierve el caldero del Entierro de la Sardina

El desfile se ralentiza por primera vez en el cruce de la Calle del Pilar, enfrente del reloj de sol vegetal del “Parque García Sanabria”, porque no es tan sencillo enfilar la pesada carroza de la a sardina en la calzada de la calle menos ancha del lado derecho.

Es un verdadero desafío para el conductor, dado que tanto el número de los participantes como las emociones suben más con cada paso.

En la calzada con las aceras de la Calle del Pilar, ya mucha gente vestida de negro espera a unirse al desfile.

La estrechura de la  Calle de Pilar parece un ojo de aguja que hace hervir el caldero de la fiesta carnavalera.

La gente grita, canta como loca.

El ruido rebota en las fachadas, lo que provoca ecos que  aumentan el volumen del bullicio.

En la Calle del Pilar se hierve el caldero de la fiesta
En la Calle del Pilar se hierve el caldero de la fiesta

Con la llegada a la zona peatonal al lado de la Plaza del Príncipe el desfile empieza a extenderse.

En consecuencia, las cosas siguen un poco más tranquilas. Es  también agradable volver a moverse libremente, tras haber sido rodeado de una muy densa muchedumbre

El desfile pasa por la Iglesia de San Francisco y acaba cerca del mar.

Los preparativos para la quema de la sardina duran un rato y eso provoca que la magia del acto marchite un poco.

Además, los espectadores están colocados a distancia del fuego, dado que la quema de un pez tan grande como una furgoneta requiere medidas de seguridad.

Al final el fuego acaba con machangos y sardinas

Por eso, el final del Entierro de la Sardina en la playa del Puerto de la Cruz es mucho más romántico, no obstante, el desfile por el destino turístico carece de muchos rasgos que hacen su homólogo chicharrero único y singular.

Además, la sardina portuense es mucho más pequeña.

Los servicios municipales siguen al desfile . . .
Los servicios municipales siguen al desfile . . .
. . . a unos cincuenta metros de distancia
. . . a unos cincuenta metros de distancia

En otros municipios, se enciende machangos en vez de peces.

En La Orotava, las llamas acaban con el gigantesco muñeco “Crispin”, en Los Realejos se quema el “Racayu”.

En Santa Cruz, la madrugada acaba  el Entierro de la Sardina.

Hay poca gente alrededor de la hoguera, la mayoría se fue, dado que el jueves es día laboral.

En las calles de la capital no se quedan huellas del desfile, porque todo está perfectamente organizado.

Los servicios municipales siguen a esta peculiar procesión a distancia para limpiar calzadas y aceras y recoger basura.

(La versión alemana, publicada en Megawelle, 2012 – 2016)

La sardina en camino hacia la Plaza del Príncipe de la capital chicharrera
La sardina en camino hacia la Plaza del Príncipe de la capital chicharrera