El Goymar Fest en el Puertito de Güimar difunde aires religiosos.
A su muy propia manera.
Como todo el mundo sabe, Dios creó al planeta Tierra, a los hombres de la Edad de Piedra y a los aborígenes canarios.
No obstante, un poco antes que los guanches nacieron los Jotnar.
Resistiendo a todas clases de conquistadores, el colectivo Jotnar perdura hasta la fecha para comprobar que la posterior aparición de los aborígenes tinerfeños fue un gran salto para la evolución del ser humano.
Para demostrar ese hecho de forma impresionante, los Jotnar este año salieron a las tablas del Goymar Fest.
La ambición del Goymar Fest es superar el ruido de las erupciones
Completamente vestida de prendas negras, la dicha tribu de canariones hizo temblar los muros de las nuevas casas de la urbanización güimarera, ubicada junto al puerto deportivo y muy cerca del túnel de gran renombre.
El ruido de sus retumbantes guitarras manifestó que el ser humano desde siempre está dispuesto a competir con la naturaleza y suficiente ambicioso para superar todos los niveles de ruido.
Incluso aspira a superar el volumen los decibelios de las erupciones volcánicas que, hace unos trescientos años, crearon el Malpaís municipal de Güimar.
Los gritos del cantante parecieron más el doblaje de un despegue de un avión en la pista del aeropuerto que un canto folclórico tinerfeño.
De vez en cuando, los cuatro músicos agitaron sus largas y oscuras melenas ferozmente para animar a los espectadores al pogo, un baile que consiste en saltar y chocarse en grupo, unos contra otros, al ritmo del son del concierto.
Un poco más tarde, los héroes locales de Disomnia salieron al escenario para saludar a los espectadores con la frase: “Todo bien, trastornadas y trastornados del mundo”. Luego dieron mucha caña tocando su Death Metal.
Su repertorio, una fusión de sonidos basada en varios estilos de rock duro, fue muy inspirada en la comunicación interpersonal del neolítico.
Claro que sí, ellos cumplieron con su objetivo de hacer que el pogo nunca acabe.
O para decirlo en inglés: “The pogo never stops.”
Desde hace cuatro años, el Goymar Fest a la afición del rock más duro a las canchas de baloncesto del municipio de Güimar para disfrutar de los sonidos del talento canario en este ámbito.
Por cierto, el segmento de la música rockera en las Islas Canarias no es tan amplio.
Probablemente, ni siquiera estrellas mundiales del rock duro como Metallica conseguirían agotar el pabellón deportivo santacrucero.
El rock duro en Canarias: mucho talento, poco público
Un aforo muy pequeño, por lo menos, para artistas de este nivel.
Por otro lado, hay mucho talento en el ámbito del rock más duro en las islas.
El conjunto In Blood, por ejemplo, que actuó en Güimar hace dos años, convenció por su impacto visual: un cantante atractivo de larga melena rubia y con torso de culturista acompañado de músicos que parecieron caricaturas de los integrantes de Guns and Roses.
En algunos aspectos el Goymar Fest difunde aires religiosos.
El público que asiste a los espectáculos como a una parroquia.
Ellos quieren pasar un buen rato y llevan de los mensajes sus dioses en el pecho.
En las delanteras de sus camisetas negras luce una gran variedad de logotipos; unos más surrealistas, otros muy absurdos pero todos variopintos.
Claro que sí, hoy en día la música rockera tiene toques de nostalgia.
En consecuencia, un pugno de veteranos como Brutalizzed Kids, Rebaño de Dios, Guerilla Urbana también formó parte del cartel del Goymar Fest de este año.
Que significa la expresión rebelión en una época en la que todo el mundo está exclusivamente ocupado de aprovecharse de la gran variedad de las funciones de su móvil.
Así son las cosas.
Unas cuatro décadas después de la publicación de temas como “Paranoid” de Black Sabbath, “Whole Lotta Love” de Led Zeppelín o “Smoke on the Water” de Deep Purple, canciones hechas para la eternidad que pusieron la base para espectáculos como el Goymar Fest.
(Publicado en Tenerife Week, 2011)