El Presidente del Cabildo Insular, Ricardo Melchior, inaugura una feria

Para Ricardo Melchior no hay mejor trabajo que el de presidente insular.

“Es más bonito que ser alcalde o presidente del Gobierno de Canarias”, asegura el jefe del Cabildo Insular tinerfeño sonriente- y

Melchior habla alemán con fluidez.

Sus antepasados  provienen de Alemania y Dinamarca.

Tras graduarse como ingeniero mecánico, se formó como ingeniero comercial l en Aquisgrán.

Gracias a origen, Melchior es uno de los 200 embajadores del Año Hans Christian Andersen, celebrado con motivo del 200 cumpleaños del poeta, junto a la cantante punk alemana Nina Hagen y Roger Moore, que encarnó a James Bond hace décadas.

Desde hace seis años, Melchior empeña el oficio de presidente de la isla.

Los doce años anteriores, Melchior dirigió los departamentos de ciencia e investigación, agricultura y gestión del agua, y planificación y desarrollo del Cabildo Insular.

El hecho de que la política se convirtiera en profesión y vocación de Ricardo Melchior fue más bien “casual”.

En 1987, unos conocidos le habían convencido de presentarse como candidato en los primeros puestos de la lista de Coalición Canaria.

El partido ganó las elecciones contra todos los pronósticos. Melchior asumió un cargo en el gobierno.

El hombre de 58 años ha vivido como los cambios radicales a los que la isla fue sometidos desde sus días de juventud.

Deporte y vacaciones en el campo

En otras épocas, la capital tinerfeña fue una pequeña ciudad.

En el lugar portuario, donde se apilan contenedores, había playas y una pequeña bahía.

No había televisión y pocas tiendas.

Los niños jugaban en la calle porque no había nada más.

Eso fue posible, dado que hace cincuenta años la isla contó con menos de 5.000 coches.

En la actualidad hay cien veces más vehículos.

Melchior pasaba las vacaciones de verano con sus padres en Valle de Guerra y trabajaba en el campo.

Ricardo Melchior presentando los vagones del tranvía
Ricardo Melchior presentando los vagones del tranvía

Ordeñó vacas, practicó la lucha tradicional “Lucha Canaria” y aprendió el instrumento del “Timple”.

Se nota que disfrutó este tiempo, cuando presenta libros sobre la historia de la isla en el Salón Noble del Palacio Insular.

Cuenta anécdotas y se dirige a gran parte del público por su nombre de pila.

El deporte jugó un papel importante para el joven Ricardo Melchior.

Jugó al baloncesto en la Primera División de España contra grandes clubes como el FC Barcelona.

Aún recuerda que “en casa sólo perdimos ante el Real Madrid y el Valladolid”.

A su juicio, el deporte le ha marcado, porque ensaya: “ser disciplinado, esforzarse para triunfar, jugar junto a los demás y aceptar decisiones desagradables”.

Ricardo Melchior apuesta por las energías renovables

Según el Presidente del Cabildo, el contacto con la gente es importante para triunfar como político: “Es así: yo soy parte de la isla, la isla es parte de mí.

En Tenerife, según él, el contacto directo con la gente es aún más importante aquí que en provincias del mismo tamaño en la Península Iberíca.

En una isla “conoces a más personas. Así son las cosas.”

Además hay que “ser natural, porque la gente se da cuenta cuando estás fingiendo”.

La promoción de las energías renovables es muy importante para el jefe de Gobierno Insular.

Desde su época de estudiante se ha dedicado a la energía solar y eólica, la biomasa y los costos de suministro de energía para la economía regional.

El Instituto de Energías Renovables de Tenerife, ITER, se creó bajo el liderazgo de Melchior y ha llevado a cabo con éxito numerosos proyectos en el contexto de las energías renovables en el norte de África y América Latina.

Ricardo Melchior sabe que en Alemania se apuesta más por las energías renovables que en España y en la isla de Tenerife, bendecidas con muchas horas de sol: “Se podría hacer más, sólo nosotros como gobierno insular no tienen muchas competencias en el ámbito de la política autonómica respecto al abastecimiento de energía”.

Al igual que en el deporte, a menudo en la política se necesita mucho esfuerzo para lograr pequeños avances.

(La versión alemana, publicada en Teneriffa Panorama, 2004 – 2007)