El Jardín Botánico en el Puerto de la Cruz es también reflejo de Tenerife. En el reducido espacio de la isla residen personas provenientes de más de cien naciones.
Más o menos un millón de habitantes comparte un muy reducido espacio a la falda del Teide.
La mitad de los 2.500 kilómetros cuadrados de superficie isleña es paisaje protegido y gran parte del espacio restante no muy apta para uso urbano en el sentido más amplio debido a su naturaleza, ubicación u otras razones.
O dicho de otro modo: personas de todo el mundo comparten un espacio muy limitado.
África se encuentra con América y Europa se encuentra con Australia.
A menudo es posible identificar los orígenes de las personas por rasgos y costumbres: el color de su piel, su ropa, el idioma o el acento de su región, la preferencia particular por ciertas especialidades culinarias o su gusto musical.
En eso, el Jardín Botánico del Puerto de la Cruz no es tan diferente.
Aquí hay especies provenientes de otras partes del mundo: la palmera canaria convive con árboles y arbustos provenientes de otras regiones del planeta.
No obstante, la mayoría de los visitantes se da cuenta de eso por casualidad.
O tras haber hecho muchas miradas a los carteles omnipresentes que indican el nombre de cada planta individual.
La señalización es imprescindible dado que la mayoría de los visitantes carece de los conocimientos necesarios para identificar tipo y origen de la flora expuesta mediante las propiedades específicas de los árboles, arbustos, flores y hierbas.
El Jardín Botánico ofrece mucha diversidad floral
Teniendo en cuenta la abundancia y diversidad de la flora del Jardín Botánico, hay que ser buen conocedor de la materia para ser capaz de sacar a primera vista conclusiones sobre el crecimiento, la forma y el color, los posibles cruces y las relaciones entre sí o su lugar de origen.
El Jardín Botánico del Puerto de la Cruz, o más bien el “Jardín de Aclimatación de la Orotava”, fue creado el 17 de agosto de 1988 por Real Decreto de Carlos III.
La palabra “aclimatación” subraya que el concepto de Jardín Botánico es crear jardines de plantas de origen tropical en un entorno climático que se adapte a sus necesidades.
La mención de La Orotava en el nombre indica que el jardín se fundó en una época en la que el actual centro turístico del Puerto de la Cruz era término del municipio de La Orotava.
Hay que añadir que en La Orotava hay una sucursal del “Jardín Botánico”; “La Hijuela”, un parque de 400 metros cuadrados detrás del ayuntamiento.
Para la ejecución del Real Decreto el noble Alonso de Nava y Grimón, VI Marqués de Villanueva del Prado, encargó el diseño al arquitecto lagunero Nicolás Eduardo.
En 1792, se instalaron las primeras treinta y cinco plantaciones.
El concepto del “jardín botánico” se refiere a instalaciones hortícolas de árboles, arbustos y otra flora elegida con objetivos científicos, en general, gestionadas por instituciones públicas o privadas.
El primer jardín conocido de este tipo, un arboreto, proviene del Renacimiento.
Desde Italia el concepto del Jardín Botánico llegó al sur de Alemania.
El primer jardín botánico tal como lo conocemos hoy se creó en Kiel en 1669.
Archivar las semillas para conservar la naturaleza
El motivo principal del Jardín Botánico es preservar la biodiversidad.
Por eso, hay siempre un Index Seminum de las semillas de plantas que se encuentran allí.
A menudo también hay colecciones de plantas secas que sirven como material ilustrativo.
Todas las plantaciones están dedicadas a diferentes especies florales.
Junto al mencionado “Arboretum”, el jardín de los árboles, existe el “Palmetum” dedicado a las palmeras, el “Alpinum” para plantas de alta montaña, el “Fruticetum” para árboles y arbustos frutales.
Las plantas espinosas, en su mayoría provenientes de regiones desérticas, pertenecen al “Cactarium”, las orquídeas al “Orchidarium”.
También hay plantaciones de jardines temáticas dedicadas a la flora de una determinada región o para preservar.
Hay jardines en los que se crían especies en peligro de extinción o se elaboran conceptos de la jardinería ecológica que también han sido y están siendo probados en jardines botánicos.
Al planificar y crear Un Jardín Botánico hay que tener en cuenta también los aspectos estéticos y la armonía creativa que juegan.
El objetivo debe ser ofrecer al visitante tanto una estancia agradable como una experiencia de alto valor.
Eso provoca también que el trasfondo científico no sea visible a primera vista.
No es de otra manera en el Puerto de la Cruz, donde una escalera conduce al “Jardín Botánico”.
Tan pronto como el visitante ha pasado la taquilla, entra en otro mundo, un universo contemplativo, separado del ajetreo y el bullicio del mundo exterior.
Gruesos muros, altos árboles y arbustos en los bordes protegen la instalación del ruido del tráfico de la muy frecuentada calle de al lado que conduce al centro portuense.
En el Jardín Botánico hay plantas de todos los continentes
La amplia zona de entrada del Jardín Botánico es como un porche, cubierto de un techo, formado por las hojas de las imponentes palmeras y los ficus australianos, ubicados con otras plantas, en tres pequeños lechos de islas.
A partir de ahí, los caminos conducen a la derecha y a la izquierda a través de varias plantaciones.
Al final de esta plaza hay una pequeña escalera hacia el interior del jardín, detrás se esconde un laberinto.
Desde el camino ancho parten muchos otros caminos que invitan siempre a salir del eje principal.
Por ejemplo, para saber más sobre vegetación allí.
Hay una gran variedad de árboles.
El ciprés mexicano está al lado de una sola palmera canaria, otra vez está el árbol de fuego con corteza surcada o el pino dorado, ambos provenientes de Australia.
Por supuesto, no todas las palmeras son iguales.
Hay las altas palmeras datileras, originarias de África y Oriente Próximo, la californiana “palmera Abanico” la palma de guano de los Mares del Sur.
No muy lejos, en el campo de las plantas suculentas, se encuentran todas las formas de plantas de cactus y aloe que hay en el mundo.
Un verdadero atractivo son los altos ficus australianos.
Sus gruesas ramas de raíz se extienden por gran parte del tronco.
Hierbas del este de Asia, largas lianas de musgo conocidas como “musgo”, se agazapan a lo largo de los caminos y cuelgan de las ramas.
Los del Jardín Botánico tanto albergan flora acuática como invitan a quedarse y tomar un respiro.
Esos maravillosos puntos de atracción también ofrecen orientación y ayudan a que los visitantes no se pierdan en el espacio jardinero.
Alternativa a sol y playa
Deambular por el Jardín Botánico es muy agradable porque los árboles altos sirven como techo sombreado.
Una excursión por el tranquilo y pacífico mundo de las plantas siempre es un placer.
Además es alternativa para los turistas, en días nublados con frescas brisas en la playa.
Para los fotógrafos, es recomendable visitar el Jardín Botánico en días con poco sol porque con menos sombra es molestoso.
(La versión alemana publicada en Megawelle, 2011 -2016)