La "Casa Roja" está en el Puerto de la Cruz

En la “Casa Roja” se oye el sonido del mar todo el día y toda la noche.

Los residentes se duermen con el suave sonido de las olas y se despiertan cuando el sol de la mañana refleja el poderoso volcán Teide en el cristal de la ventana del dormitorio.

La casa limita con el mar y, por eso, facilita tanto disfrutar del aire fresco y salado como ver de cerca a los pescadores en sus lanchas.

La terraza de la azotea de la “Casa Roja” parece la cubierta de crucero.

No obstante, se puede pisar en la tierra firme en cualquier momento.

La casa invita a veladas románticas que culminan con la puesta de sol en el mar al lado de la isla vecina de La Palma.

En las profundidades del mar colindantes se pueden ver las rocas en el fondo del mar, a unos tres metros por debajo de la superficie del agua azul brillante.

La azotea de la "Casa Roja" ofrece . . .
La azotea de la “Casa Roja” ofrece . . .
. . . espléndidas vistas sobre el Atlántico
. . . espléndidas vistas sobre el Atlántico

El sitio invita a disfrutar del desayuno, paladar pescado fresco a la parrilla o un jugoso bistec para el almuerzo y soñar sin preocupaciones en maravillosas tumbonas bajo la sombrilla.

En el interior, el edificio se asemeja a una pequeña torre: 140 metros cuadrados de espacio habitable se distribuyen en tres plantas.

En el amplio y luminoso espacio del piso debajo de la azotea hay una zona de estar con excelentes vistas a las olas.

Tampoco falta el confort técnico: hay cuatro conexiones de satélite. La sala de estar linda con la cocina espaciosa y luminosa, en la que el botellero bien surtido es el verdadero punto de atracción.

Una planta más abajo, la zona de entrada te invita a charlar. Aquí hay tanto teléfono como una conexión a Internet DSL. (W-Lan, tarifa plana).

El baño es luminoso y moderno. Tiene espejos hasta el techo, un gran tocador con dos lavabos, una cabina de ducha y un calentador radiante.

En el pasillo está el espacioso armario.

El maravilloso suelo de sisal natural invita a caminar descalzo. Incluso hay aire acondicionado, aunque rara vez se enciende.

En el piso más bajo hay otra habitación revestida de madera con una cama doble que se convierte en un moderno sofá durante el día.

La luciente “Casa Roja” destaca entre las fachadas monocromáticas que se extienden a lo largo del lado oeste de la franja de Punta Brava.

La sala de estar del edificio del barrio portuense de Punta Brava
La sala de estar del edificio del barrio portuense de Punta Brava

Ese término idílico de Puerto de la Cruz combina los beneficios de la vida de pueblo con las comodidades urbanas.

Las pequeñas calles del pueblo difunden alegría. No hay coches estacionados.

Está sólo a un salto de gato a los pequeños bares y cafés, las tiendas y panaderías.

Convertir el edificio en el que entonces vivieron pescadores en una pequeña joya fue un proceso laborioso que tardó cinco años.

Una gran cantidad de permisos administrativos era necesaria para realizar las reformas, los de la Directora de la Costa y el Mar incluidos, dado que el edifico se encuentra en una zona en la que la construcción ya no era permitida.

Además, se tuvo que rendir tributo al cambiante clima de la zona.

La fachada está recubierta de un yeso especial de color rojo, sobre el que la empresa ejecutora dio una garantía de diez años.

El yeso no solo permite que los depósitos salinos reboten, sino que también es extremadamente elástico para evitar que los efectos de la interacción entre la alta humedad y la extrema sequedad causen grietas.

Las reformas requerían grandes esfuerzos. Era imprescindible, pasar el andamio sobre la azotea y bajarlo en rapel sobre las olas para poder instalarlo en las rocas.

En este momento, a pesar del aumento de los precios inmobiliarios, sobre todo a personas jóvenes les apetece comprar y vivir en las antiguas casas de pescadores en las rocas colindantes a las olas.

La “Casa Roja” está también disponible.

 (La versión alemana publicada en Teneriffa Panorama, 2004 – 2007)

El Teide está reflejado en el cristal de la ventana del dormitorio
El Teide está reflejado en el cristal de la ventana del dormitorio