Hay lugares asombrosos, los del Parque de las Pirámides de Güímar, por ejemplo.
Un monumento, de lo que nadie sabe quien lo hizo.
Pero eso no importa.
En muchas leyendas el ser humano que, arrojado a la Tierra y sometido a las fuerzas de la naturaleza, está condenado a sufrir para ser capaz de superarse y sobrevivir.
Y por eso es también un ser muy curioso.
Claro que sí, las cosas no siempre funcionan como lo proyectado.
Por eso, el ser humano llegaba a la conclusión de que existen invisibles poderes superiores que deben ser calmados y apaciguados.
A lo largo de siglos, las culturas humanas inventaban cosas, a menudo muy locas, para asegurar la subsistencia de la raza.
Colocaron gigantescos menhires rocosos de tal manera que -miles de años más tarde y a vista de pájaro- parecían grandísimos gigantescos relojes de sol.
También se erigieron edificaciones escalonadas, o mejor dicho, edificios, con muy amplia base que se estrechan hacia la cima: las pirámides.
Las pirámides más conocidas son las egipcias de Gizeh, que incluso salen como logo de una marca de papel de cigarrillos.
También son las más altas y, sorprendentemente, carecen de escalones.
Probablemente, por esa característica pertenecen a las siete maravillas del mundo de la antigüedad.
En comparación, las pirámides de los mayas mexicanos parecen muy rústicas.
El origen de las pirámides de Güímar es un gran misterio
Hay pirámides en África, América y Asia. En Europa también, Por ejemplo en el sur de Italia.
Sorprendentemente, los motivos de los constructores de pirámides eran muy diferentes.
Eso muestra la exposición en el parque temático etnográfico “Pirámides de Güímar”.
Aquí están, como el nombre indica, las pirámides de Tenerife.
A pesar de la intensa investigación, todavía nadie sabe para qué propósito sirvieron esos gigantescos, en partes muy alargados bloques de piedra escalonados,.
Sin embargo, investigadores del Instituto Astrofísico de Canarias han descubierto que sus constructores orientaron los ejes principales de los enormes túmulos y fueron según los solsticios de estivales e invernales.
También hay notas del siglo XVII, en las que un sacerdote afirma haber visto cómo los aborígenes tinerfeños bailaban alrededor de montones de piedras en sus fiestas.
Lo sea la causa, es un hecho, que los rayos del sol llegan a Güímar incluso cuando muy densas nubes cubren sus alrededores.
Quizás por ese fenómeno meteorológico, se colocó el observatorio de Tenerife en la cresta de la escarpada pared rocosa que se eleva sobre el Parque de Pirámides de Güímar.
Además, el impresionante paisaje montañoso sirve como decorado para las estructuras escalonadas de piedra del parque temático.
Thor Heyerdahl descubrió este lugar, o mejor dicho: lo hizo famoso.
Hace unas siete décadas, el noruego pasó por el Pacífico en la balsa Kon Tiki para demostrar que ya las antiguas civilizaciones eran capaces de cruzar los desiertos acuáticos de los océanos.
Heyerdahl creía que las ruinas pétreas de Güìmar sirvieron como lugar de celebraciones religiosas.
Hay que añadir que allí se hallaron restos de herramientas y fragmentos cerámicos, como parece de origen guanche.
Las pirámides de Güímar consisten de piedra volcánica
Sin embargo, hasta el día de hoy, nadie sabe quién construyó las pirámides de Güímar y cuál fue el motivo.
Pero eso no importa en esta soleada primaveral porque los gigantescos edificios de piedra volcánica están rodeados por un romántico parque que invita a deambular y asombrarse.
El camino pasa por palmeras, pinos canarios y muchos otros representantes de la flora canaria. Paneles informativos trilingües y de la audioguía en varios idiomas ofrecen mucha información sobre la historia y la naturaleza de Tenerife, sus gentes y costumbres.
Las excavaciones en el terreno del parque temático están documentadas en el museo, ubicadas en la zona de entrada.
Además, la Casa Chacona ofrece detallada información sobre los primeros sistemas de navegación de la humanidad y las antiguas culturas a ambos lados del Atlántico.
La parte inferior del sitio alberga exposiciones sobre la Isla de Pascua y “Rapa Nui”, dedicadas a las extremas condiciones de vida en Polinesia.
Al lado de las pirámides de Güímar está el “Jardín Venenoso”
La más reciente atracción del parque temático de las Pirámides de Güímar es el “Jardín Venenoso”.
Lo sorprendente de la exposición es que los seres humanos estamos rodeados de plantas venenosas en nuestro día a día sin darnos cuenta.
Hay simplemente que pensar en la hiedra, muy presente en muchos jardines.
Además: ¿qué es un veneno?
Es una sustancia que altera el estado físico de una persona. No todos los venenos son mortales.
Algunos simplemente causan náuseas, somnolencia, parálisis temporal o incluso erupciones cutáneas.
Hace medio milenio, el alquimista y médico Paracelso, llegó a la conclusión de que lo importante no es la sustancia y la planta de la que se obtiene, sino la dosis respectiva.
Porque algo que en pequeñas cantidades tiene un efecto curativo puede ser mortal cuando se consume en exceso.
Un ejemplo son las daturas.
A menudo solamente algunas partes de una planta son venenosas.
La forma del contacto también tiene un papel importe.
Hay partes de una planta que no se debe comer y otras que no se debe tocar.
A veces, el efecto nocivo también desaparece si las partes florales están tratadas adecuadamente, por ejemplo, hervidas.
Eso vale por el aceite de ricino.
Los efectos tóxicos de los vegetales se diferencian mucho.
Eso es un mensaje de los grandes carteles informativos del pequeño parque que alberga la exposición dedicada a sustancias tóxicas.
Venenos: hay que saber dosificar esas substancias
Para visitar esa asombrosa exposición hay que adquirir una entrada adicional que consiste en una tarjeta con chip que inserta en un lector electrónico que abre la puerta al jardín.
Aquí está el tabaco verde, planta de tiro alto, de la que los fumadores suelen conocer sólo los restos de las hojas, cortadas en hilos diminutos y enrollados en envoltorios de papel.
A su lado cuelgan hermosas amarillas flores de brugmansias, que destacan, como se dice, por sus efectos embriagadores.
A veces la definición de la palabra veneno depende de la perspectiva personal.
Algo unos llaman estimulante es para otros un estupefaciente.
En Europa hay fumadores por culpa de los mayas.
Los indígenas mexicanos consumían tabaco en sus ceremonias religiosas que sedujeron a los compañeros de Cristóbal Colón de probarlo.
Uno de ellos fue encarcelado a su regreso porque los en la época de la Inquisición española, se creía que solo de la boca del diablo podía salir humo.
Unos años más tarde, empezó el triunfo del tabaco – como remedio de migrañas.
Las plantas del estanque se toca solo si se las conoce porque hay nenúfares venenosos, cañaverales y plantas acuáticas.
Tampoco es recomendable poner las hojas y semillas de ciruelas, varios espárragos, melocotones y guindas en la boca.
Por supuesto, el “Jardín Venenoso” también conmemora a famosos envenenadores que probaron los mortales efectos de sus elaborados en personas.
En la época del Renacimiento Catalina de Medici exploró las posibilidades de la aplicación de veneno para lograr cambios políticos.
Más información sobre el Parque Temático de las Pirámides de Güímar ofrece: www.piramidesdeguimar.es
(La versión alemana publicada en Megawelle, 2011 – 2016)