Las aguas del Puerto de la Cruz albergan zonas de buceo muy bonitas.
Tras haber llegado al agua, la lava formó unas extrañas montañas submarinas con muchas cuevas y cañones, a veces cubiertos de puentes.
En ese mundo peculiar viven morenas, deambulan barracudas y meros de cinco pies de largo buscan presas. De vez en cuando se ven rayos.
Peces de colores más deslumbrantes forman también parte de la rica flora y fauna de los acantilados frente a la costa.
Para disfrutar de la biodiversidad submarina hay que bucear.
Eso lo puede hacer cualquier persona sana, con pulmones y corazón intactos, ya que respirar bajo el agua no es tan sencillo.
Para una persona con asma, diabetes, enfermedades del corazón el buceo no es actividad adecuada.
Tampoco en caso de resfriado.
El buceo recreativo no es deporte de rendimiento.
El buzo es un silencioso observador del mundo submarino.
Sin embargo, debe dominar ciertas técnicas y tener equipo necesario para que la inmersión sea segura.
El buceo a prueba se hace en la piscina del hotel
Para saber si el buceo es lo tuyo o no, puedes participar en una clase gratuita del “buceo de prueba” en la piscina de un hotel.
Antes de la inmersión al agua, los instructores explican el equipamiento al borde de la piscina.
El novato aprende, que hay que ponerse gafas de buceo que facilitan ver bajo el agua.
Además, el buzo percibe todo un cuarto más grande y un tercio más cerca que en tierra.
La máscara debe pegarse a la cara tras haber respirado profundamente con la nariz para succionar su borde de goma en la cara.
Antes de ponerse las gafas, se frota la lente con saliva y luego se enjuaga con agua.
Hay que hacerlo para que el vidrio no se empañe por la diferencia de temperatura entre el agua fría y el calor corporal.
Botellas de oxígeno facilitan respirar en el mundo submarino. Se trata de recipientes metálicos de aire de alta presión.
Para el relleno se mete la botella en un recipiente con agua fría para ponerle la mayor cantidad de aire posible,
Un termostato muestra la presión del aire y su consumo por el buzo.
El área roja en la última parte de la escala indica la reserva.
Antes de bucear, se coloca la botella de buceo al hombro y la asegura con correas.
El buzo inhala el aire a través de la boquilla del regulador, cuyo extremo posterior está atornillado a la botella.
El bautismo de buceo es el primer paso hacia el mundo submarino
Al bajar la cabeza al agua empieza la inmersión.
Es inusual experimentar en una piscina desde la vista de rana. O, mejor dicho, de pez.
Se desliza por las baldosas azules de la piscina y evita recibir patadas de los pies de otros bañistas que nadan en la superficie del agua.
Sin embargo, esto es solo el comienzo.
El próximo paso es el bautismo de buceo.
En la jerga de buceo, la primera inmersión se llama el “DESD”, el “Discover Scuba Dive”, que está compuesta de las palabras inglesas para “descubrir” y “bucear”.
“Scuba” es la expresión inglesa para el buceo recreativo.
Los preparativos del bautismo son más complejos y tardan más.
Hay que elegir traje de neopreno y aletas adecuadas.
Los trajes son muy ajustados, no es tan sencillo meterse en la prenda.
No obstante, en el agua vuelven a expandirse.
El neopreno contiene muchas cámaras de aire que proporcionan una fuerte flotabilidad en el agua y protejan al buzo de hipotermia.
Mientras en la piscina fue inhalando y exhalando regular la altura, en el mar se requiere un cinturón de lastre para poder zambullirse.
Se necesita también “compensador de flotabilidad”, un chaleco que se llena con aire comprimido de la botella para facilitar salir a la superficie.
Esto es necesario, dado que el equipo de buzo pesa unos veinte kilos.
La chaqueta se desinfla para bucear.
Los instructores acompañan a los novatos bajo el agua
Para los novatos, el control de la flotabilidad es tarea del instructor.
Antes de sumergirse, explica también el fenómeno de ecualización de presión.
Esto no significa nada más que mantener la nariz cerrada para aliviar la presión sobre los tímpanos.
La presión del agua hace que el aire del cuerpo se comprima lo que provoca presión sobre las membranas de los oídos.
Luego, un paso adelante y estás en el agua del puerto del Puerto de la Cruz.
Es una sensación completamente diferente a la de la piscina, aunque la profundidad es solamente unos seis metros cincuenta.
Se acostumbra con rapidez a la nueva situación y darse cuenta que es adecuado avanzar bajo el agua con movimientos lo más posible equilibrados.
Soplar el agua de las gafas o de la boquilla del regulador con el aire exhalado se convierte en ejercicio muy sencillo al cabo de poco tiempo.
Tampoco el novato está solo.
El instructor nada le detrás de él no y ocasionalmente hace señales con la mano para preguntar si todo está bien o para indicar un cambio de dirección.
Una pequeña cadena montañosa cubierta de algas rojas se extiende a lo largo del fondo marino, atravesando gargantas y rocas.
El besugo de rayas verdes y la damisela púrpura retozan aquí.
Pequeños peces damisela negros yacen en la alfombra de algas rojas.
Tras el buceo hay que arreglar el equipo
Al borde del puerto el paisaje submarino se convierte en desierto submarino blanco cubierto de pequeños arbustos, de lo que se escabullen de vez en cuando peces loro rojo-amarillo y pavos reales de mar de colores brillantes.
Es un mundo diferente.
Desde la perspectiva horizontal del buzo, las rocas en el fondo del puerto parecen mucho más impresionantes que sus homólogos en tierra.
Tras más o menos media hora, el indicador del manómetro de aire llega a la zona roja y el maravilloso viaje al mundo submarino se acaba.
Sin embargo, la inmersión no termina ahí.
Tras llegar a la base, hay que enjuagar el agua salada del traje y el equipo en una tina grande.
Después se anotan en el cuaderno de bitácora los descubrimientos del día, el tiempo de inmersión y la profundidad. Los buceadores cuentan sus experiencias.
El llamado ordenador de buceo es un reloj que proporciona muchos datos, la profundidad del agua y el tiempo de inmersión, entre otros, incluso está equipado de brújula que facilita la orientación debajo de la superficie del agua.
Las inmersiones de iniciación se realizan los miércoles y sábados a las 11:30 horas en el Hotel Maritim del Puerto de la Cruz.
(La versión alemana publicada en Teneriffa Panorama, 2004-2007)