En Canarias, el Belén es tradicional señal de la época navideña.
Hay una gran variedad de pesebres, algunos no miden más que una caja de cerillas, otros tienen tamaño de los seres humanos.
Cada año, en la capital tinerfeña instala un pesebre con bueyes y burros en la Plaza de Candelaria.
Los muñecos de María y José tienen más o menos el mismo tamaño que los asombrados transeúntes que se maravillan ante el Belén desde el otro lado del cordón.
La imagen en la explanada del Ayuntamiento de La Orotava no es tan diferente.
Un gran establo en la amplia explanada cubre la completa anchura de la escalera hacia el portal de las Casa Consistoriales.
En las largas rampas, están ubicados puestos del antiguo mercado hebreo que atrae las vistas de espectadores.
El conjunto se extiende sobre unos cien metros.
En muchos pueblos y barrios tinerfeños hay concursos para elegir el “Belén” más bonito.
Hay diferentes categorías como “Establo y Pesebre” o “Belén con ambiente”, entre otros.
Los Belenes escenifican la historia navideña tanto recrean el ambiente bíblico como rinden homenaje a las tradiciones canarias.
A veces el pesebre está rodeado de gran terreno.
En la Avenida Gran Poder en Bajamar, se suele construir un paisaje montañoso con cascada y focos imitan el curso de día y noche.
En los días siguientes a la “Noche Buena”, los Reyes Magos se acercan cada día más al establo del Niño.
En algunos aspectos la escenificación difunde toques de maqueta de ferrocarril. No obstante, faltan trenes y andenes.
Crear “Belén” es una forma de arte.
Incluso hay una revista, dedicada a ese tema, disponible en toda España y el sitio web “www.talleresdebelen.com”.
En la época navideña salen Belenes en todos los lados
En la época navideña, muchos edificios públicos y comerciales destacan por sus Belenes, a menudo realizados por especialistas de renombre.
Una de estas luminarias en el campo del (montaje) de belenes es José María Mesa de Los Realejos.
En los últimos años, puso en escena los Belenes del Palacio Insular y el Ayuntamiento de Santa Cruz.
Hace años, el detonante de su carrera como escenógrafo fue, un proyecto en la clase de arte del su colegio, cuya dimensión se aumentó con el paso de tiempo.
La puesta en escena del cuento navideño tiene mucho en común con los decorados de cine y teatro, que también da la ilusión de un mundo onírico en el que nada es lo que parece.
Muchos de los materiales utilizados en los Belenes provienen de la construcción de interiores.
El establo y las casas adyacentes en un paisaje canario consisten en un esqueleto de madera que se cubre con paneles de espuma de poliestireno de varios espesores.
La columna en las esquinas de la casa no es otra cosa que una adicional capa delgada de poliestireno, apropiadamente pintada.
Las rocas circundantes son ligeras como plumas porque están hechas de plástico sintético, polietileno, entre otros, que está también en las fundas de la cama.
El material se moldea con aire caliente, del secador de pelo, por ejemplo.
El color apropiado de las superficies se aplica con latas de aerosol.
Las imágenes y los santos de las iglesias inspiran a José María Mesa en el diseño de las figuras.
No obstante, las túnicas no esconden figuras similares a maniquíes, sino construcciones de madera reducidas a lo esencial.
El Belén es una muy laboriosa obra de arte
Las figuras de los Belenes en sitios representativos, de unos 60 centímetros de altura, tienen una estructura básica hecha de alambre.
Por eso es posible colocar las figuras sobre la placa base de espuma de poliestireno.
Tanto las figuras, la superestructura y el plano de planta se plasman en bocetos, que se basan en las medidas del espacio disponible para la obra.
Tanto caras y manos como pequeños objetos, sartenes, platos, y bolas de queso, entre otros, están hechos de arcilla.
Se usa también elementos de desechados objetos de uso cotidiano.
Las bases de metal de platos se convierten en copas de metal, las bolas de vidrio en recipientes.
Los Belenes de gran tamaño como el del Palacio Insular tinerfeño constan de unos miles de piezas y elementos que deben ser ensamblados y empaquetados de antemano.
El montaje tarda una semana, dado que José María Mesa cuenta con el apoyo de amigos.
Para la creación de los rostros, José María Mesa se inspira en fotos de periódicos y revistas.
Cabezas y cuellos están moldeados en arcilla. Se requiere mucha sensibilidad, cuidado y paciencia para crear caras expresivas.
Los rostros pintados están sometidos a pruebas de luz que se documentan fotográficamente.
La iluminación a veces provoca milagros
Es muy sorprendente que las modificaciones cambien tanto la iluminación como la perspectiva del espectador y cambien la expresión facial y las muecas.
Rostros anteriormente enojados y pensativos de repente parecen felices.
En este aspecto, los creadores de obras de arte sacra del pasado indican el camino para José María Mesa.
Los viejos maestros no trabajaron a escala, apostaron por contrastes de color, brillantes y llamativos, para facilitar que sus obras destacaran en las naves, sombrías y mal iluminadas.
La indumentaria que cubre los torsos de las figuras se hace de ropa desechada, camisas a rayas o fundas de almohadas y mantas, entre otros.
Los muñecos están vestidos, luego se añade las manos.
A lo largo de los años, ha surgido un conjunto de figuras al que se agregan cada año algunos nuevos.
Se intenta añadir cada año un nuevo muñeco como mínimo.
No es posible utilizar títeres, destinados para un antiguo belén hebreo, en ambiente tradicional canario.
Debido al esquelético interior hay que adherir la ropa firmemente a las figuras.
Sin embargo, la función de una figura puede cambiar.
De esta manera, el encantador de serpientes se convierta en fabricante de cuerdas.
Hay que simplemente cambiar la flauta por una cuerda.
El pescadero canario se transforma en vendedor de plátanos.
El Belén canario revive tradiciones y profesiones del pasado
A menudo, los cambios causan sonrisas en las personas capaces de reconocer los Belenes de José María Mesa.
Las vendedoras ambulantes de pescado siempre destacan por la boca abierta. No se sabe, si las mujeres que vendieron frutas también pasaron gritando por la isla.
Mientras que los pesebres inspirados en la antigüedad enfatizan el origen cristiano de la historia navideña, los Belenes con traje canario mantienen vivo el patrimonio histórico y popular de Tenerife.
Muchas de las profesiones representadas ya no existen o perdieron su importancia económica, cesteros y ebanistas, entre otros.
Pescadores, redes y barcas de la actualidad tampoco tienen mucho que ver con sus homólogos de otras épocas.
La versión alemana, publicada en Megawelle, 2011 – 2016)
