El “Parque Guanche” en el municipio de El Tanque intenta acercar al visitante a la vida de los guanches.
El recorrido, diseñado con mucho cariño, pasa por una escenografía de cuevas y sitios, que reflejan las condiciones de vida de los aborígenes tinerfeños.
Aún hoy quedan muchas preguntas sin respuesta sobre los habitantes originarios de las Islas Canarias.
Sin embargo, gracias a hallazgos y excavaciones, gran parte de su forma de vivir ya está descifrado.
Primitivo, humilde y hospitalario, así de esta manera observaron los españoles a indígenas canarios en la época de la conquista de las islas.
En cambio, científicos e investigadores que visitaron Tenerife unos cuatrocientos años después, hablan de los guanches como “salvajes nobles” que vivían en armonía con la naturaleza.
El recorrido por el Parque Guanche comienza en la sala de vídeo.
La película introduce en la historia de los Guanches a los visitantes.
Por supuesto, la instalación en El Tanque alberga cabras, los animales preferidos de los aborígenes tinerfeños.
El Parque Guanche organiza talleres para grupos, en los que se enseñan las técnicas, utilizados por los guanches para hacer fuego, preparar alimentos o fabricar armas y herramientas con madera y cantos rodados.
También hay una zona de barbacoa.
Parque Guanche demuestra la vida cotidiana de los aborígenes
Todavía no se sabe ni cuándo ni de dónde vinieron los guanches.
Sin embargo, los antiguos cartagineses y fenicios ya conocían las “Islas Felices”.
Sin embargo, sus registros no mencionan residentes.
Los aborígenes de las siete islas probablemente procedieron de Europa o del norte de África y emigraron en varias oleadas, en busca de alimentos y materias, a las islas aprovechándose de la corriente del norte.
Según la tradición oral, Tenerife se asentó por primera vez en la comarca de Icod por 60 recién llegados.
Fuentes europeas mencionan por primera vez a los aborígenes en 1335, el año en que un barco con presos guanches entró en el puerto de Lisboa.
Los cronistas caracterizan a los aborígenes nativos como buenos corredores y saltadores, que no llevan otras cosas que pieles de cabra y no conocen el metal.
Ellos se alimentan principalmente de carne y productos lácteos, como queso de oveja y cabra.
Además comen verduras y mariscos. Un plato típico guanche, tanto hoy como entonces es el gofio.
Para prepararlo, los guanches molían harina de grano tostado con piedras de basalto porosas, para mezclarlo posteriormente con agua, manteca de cerdo, leche o miel.
Los guanches también conocen los efectos curativos de una gran variedad plantas autóctonas para aliviar el dolor de enfermedades bucales y dentales, entre otros.
Los rasgos de los guerreros eran astucia, fuerza y velocidad
En Canarias, los aborígenes vivieron en cuevas o en chozas con techo de maleza llamadas “cabañas”, construidos con piedra seca, a menudo con corrales de piedra que albergaron al lado los animales.
En los pastos de las zonas medianas altas, por ejemplo en las Cañadas del Teide, los pastores se protegieron del viento y el frío en pequeños refugios temporales circulares hechos de piedra seca.
Los guanches se asentaron donde había agua, madera, tierras fértiles y pastos para sus rebaños, normalmente de cabras.
No obstante, criaban ovejas y cerdos.
La recolección de mariscos no se practicaba en todas las islas.
La agricultura era solamente en Gran Canaria factor importante.
El predominio de la ganadería como principal fuente de sustento provocaba que la convivencia de tribus guanches careciera de apacibilidad, la marcaban escaramuzas por los rebaños y los pastos.
Las técnicas de lucha se caracterizan por la astucia, la fuerza y la velocidad.
Incluso los niños recibían entrenamiento militar.
Las armas principales eran palos y piedras.
En el marco de las fiestas anuales, como las celebraciones de Año Nuevo o la fiesta de la vendimia de “Beñesmén”, los guerreros mostraban sus habilidades en combates de exhibición.
La tradicional lucha de palos “Juego de Palo” y “Lucha Canaria” están arraigados en estos rituales.
El orden social era estrictamente jerárquico.
La población se dividía en nobles y plebeyos.
El sistema social guanche destacaba por su rígida jeraquia
En Tenerife, incluso había un sistema de tres clases formado por la gente común (achicaxna), la nobleza (chiquitza) y la alta nobleza (achimencey).
Mientras la gente común trabajó como pastores o artesanos, las clases altas se dedicaron a la política de su colectivo.
El jefe de la tribu dirigió los asuntos económicos y sociales y gobernaba como rey tanto una entera isla o regiones insulares.
Sin embargo, las estructuras políticas de las islas se diferenciaban mucho.
Los jefes de las tribus de los “Bimbaches” de El Hierro y los “Majos” de Lanzarote rigieron su isla.
En La Gomera, sin embargo, hubo cuatro tribus, formando alianzas cambiantes entre sí.
En La Palma los “Hauartas” dividieron la isla en doce territorios tribales.
Gran Canaria, socialmente la más desarrollada isla, los clanes eligieron al rey de la isla llamado “Guanarteme”.
Fuerteventura, isla de los “Majoreros” albergó, los reinos “Maxorata” en el norte y “Jandía” en el extremo sur, separados por una muralla en la estrechura meridional de la isla.
En Tenerife existieron “Menceyatos” Abona, Adeje, Anaga, Daute, Güimar, Icod, Tacoronte, Taoro y Tegueste, todos presentes como nombre de municipio o paisaje en la actualidad.
En la isla, cada mencey es el responsable de política de su tribu.
Las importantes decisiones como la elección de reyes, se toman en asambleas celebradas en plazas circulares limitadas por piedras, llamadas “Tagoror”.
Los guanches y homólogos en las otras islas aplican un catálogo de castigos.
Por delitos graves se impone pena de muerte.
Los delincuentes fueron arrojados al mar desde rocas altas o apedreados con rocas.
El entierro en una colina del Parque Guanche atrae las vistas
En la vida guanche, la religión, la creencia en seres superiores, juga importante papel.
“Magec” llaman a la deidad del sol “Achaman”, al creador de todas las cosas, invocado en tiempos de crisis.
Luego, los aborígenes suben a terrenos más altos para bailar alrededor de una lanza clavada en el suelo y suplican a la deidad.
No obstante, una variedad de montañas, la lluvia o la luna, el señor de las estaciones, fueron objetos de adoración religiosa.
En Tenerife también existió la “Guayota”, uno de los símbolos de las fuerzas oscuras.
La religión tiene mucha importancia para los guanches.
Sumos sacerdotes, procedentes de la nobleza, celebran los rituales, como el “Faykag” en Gran Canaria, el “Guañameñe” en Tenerife o las profetisas “Tibiabín” y “Tamonante” en Fuerteventura.
La muerte tiene un significado importante para los guanches.
En las ceremonias de entierro, los cuerpos de los difuntos están colocados en cuevas inaccesibles en acantilados rocosos.
Efectos personales y tazas de cerámica se incluye como ajuar funerario.
Los difuntos de las clases altas incluso son momificados.
Tras la eliminación de órganos y fluidos corporales.
Los cadáveres son embalsamados y cosidos en pieles de animales.
El descubrimiento de nuevas tumbas y momias brinda a los arqueólogos e historiadores nueva información sobre la forma de vida de una cultura, ya desaparecida.
Parque Guanche: junto a la iglesia en el barrio Ruigomez / El Tanque en la carretera TF 820 Tel.: (0034) 922 136 865 Fax: (0034) 922 136 248 info@parqueguanche.com www.parqueguanche.com
(La versión alemana publicada en Megawelle, 2004 ´2007)
