La Palma es un paraíso para senderistas. Hay muchos senderos con una gran variedad de dificultades y duración, incluso recorridos, que posibilitan a circunvalar la isla en altitudes medias y altas a lo largo de varios días. El sendero más popular es por la “Caldera de Taburiente” en el parque nacional del mismo nombre..
El punto de partida es un estacionamiento en el norte de Los Llanos de Aridane.
Desde allí, un taxi todoterreno, compartido por viajeros me lleva con tres viajeros hasta el mirador Los Brecitos, a unos 13 kilómetros, donde empieza el sendero.
Los taxis circulan entre las nueve y las doce y cuestan diez euros por persona.
A lo largo de 35 minutos, el jeep sube por una calzada serpenteante y llena de baches.
A medio camino, el conductor frena para señalar el arroyo, ubicado unos cientos de metros más abajo, al pie de empinadas laderas de pinos.
Allí va a acabar la excursión.
Un poco más tarde, el jeep llegó a su destino.
Hay que pasar la pequeña puerta giratoria para entrar en el sendero.
La meta de la primera etapa, de unos noventa minutos de duración, es el camping.
El estrecho camino con un desnivel de 150 metros hacia arriba y de 750 metros hacia abajo discurre por la ladera de la montaña.
La sombreada ruta de 5,6 kilómetros pasa por un denso bosque de pinos canarios que destaca por muchas pintorescas ramas bifurcadas.
En el sendero por la Caldera de Taburiente hay que cruzar arroyos
En el sendero hay muchos puentecillos sobre barrancos, en los que a veces brotan pequeños riachuelos.
Frente al cielo azul se elevan las altas y afiladas cumbres de la Isla Bonita.
A diferencia al muy verde ambiente costero, la vegetación en el interior de la isla es escasa, incluso el número de pinos disminuye en las altas zonas.
Tras unos noventa minutos, se escucha repentinamente el sonido de agua fluyente.
Tras un breve descenso, un arroyo divide el camino.
Hay que pisar en las piedras que ofrece el lecho para cruzar el arroyo por falta de puente.
Siguen dos pequeños riachuelos más, ya está el camping, equipado de duchas y aseos.
Las mesas y los bancos de madera bajo pinos invitan a desayunar y descansar.
Para acampar de forma gratuita hay que solicitar previamente el permiso a la administración del parque.
El centro de información cuenta todo el año con dos empleados.
No obstante, ellos son ausentes en caso que deban acompañar a excursiones guiadas con reservación previa.
Al lado del centro de información empieza el segundo tramo, que pasa por el Barranco de Las Angustias, un sendero de 7,9 kilómetros con un desnivel de 160 metros hacia arriba y de 750 metros hacia abajo.
La etapa comienza con un largo descenso muy inclinado que pasa por estrechos y sinuosos caminos.
Pequeñas lagartijas cruzan por el polvoriento y pedregoso camino de tierra para huir debajo de las rocas.
Aquí por fin se sabe por qué recomiendan buenos zapatos con suelas antideslizantes para esta excursión.
Hay que estar atento para no resbalarse en las piedras cubiertas de grava y arena.
A lo largo de la excursión hay que superar algunos obstáculos
No es una etapa fácil.
Carteles informan sobre una ruta alternativa, dado que las partes más complicadas están dirigidas a excursionistas experimentados.
Pronto se vuelve a escuchar el sonido del agua corriendo y poco después se llega al ancho lecho del barranco.
Si bien la señalización era excelente hasta ahora, a partir de ahora la orientación va a complicarse un poco.
Es evidente, que hay que seguir cuesta abajo.
Pero es imprescindible encontrar su propio camino.
El pequeño río tiene que ser cruzado docenas de veces, mirando atentamente hacia abajo para no perderse las piedras en el río que marcan el respectivo cruce.
Tras unos dos kilómetros, aparece de repente una presa, en la que dos arroyos desembocan una fuerte corriente.
No hay otra posibilidad que de quitarse zapatos y calzones y caminar descalzo por el caudal porque el lugar carece de puente.
Es importante pisar con cuidado porque se resbala con facilidad en las piedras resbaladizas.
Por lo tanto, no es recomendable llevar la cámara más cara encima para fotografiar ese paisaje de ensueño.
Al otro lado del arroyo, aparece el próximo reto, porque de primera vista no está claro por dónde y cómo continúa el camino.
Después de una breve exploración del entorno, queda claro: hay que sobrepasar un muro de piedra natural lleno de ramitas colgantes y saltar un metro y cincuenta hacia abajo.
Llegando desde el lado opuesto, es posible usar las piedras del muro como escalones para subir hacia arriba.
Aquí, también queda claro por qué la información turística recomienda esperar a otros excursionistas en caso que no se encuentre el camino por sí mismo.
El caudal de la Caldera de Taburiente invita a darse un baño
Después de un breve tramo por un pequeño bosque, el sendero continúa como antes: se zigzaguea sobre pedregales y piedras, cambiando de un lado a otro del cauce a cada cien metros.
Pronto habrá llegado a los primeros lagos pequeños, que invitan a descansar un rato y darse un refrescante baño.
Que disfrute en ese día soleado de verano.
Ese rincón difunde mucha tranquilidad.
Pequeños peces retozan en el agua,
No obstante, una mirada a las muy altas paredes rocosas, que bordean el lecho del río también en los pasajes muy estrechos hace muy evidente por qué se advierte no caminar por aquí durante la temporada de lluvias.
En esa época, las precipitaciones, provenientes de muchos barrancos se convierten en masas de agua metros de altura, cuya corriente torrencial lo barre todo.
Muchos descuidados excursionistas ya se ahogaron en estas inundaciones primaverales.
A continuación, se pasa por un rocoso arco de gran tamaño y tras un fuerte descenso, se llega a una pequeña playa de guijarros, desde la cual un laberinto de piedras conduce a varios pequeños estanques de agua dulce.
Caminar por la Caldera de Taburiente requiere luz de día
La “Playa de Taburiente” es un popular lugar de descanso, ubicada detrás de una cascada.
Tras un breve descanso, comienza la etapa final de unos treinta minutos de la ruta senderista “LP 13”.
Tras la final empinada cuesta arriba, el camino transcurre unos cien metros por encima del cauce, para volver, tras un puente de piedra, al lecho del río.
Mucha gente toma sol en las riberas de los numerosos estanques pequeños en la parte final, fácilmente accesible desde la zona de estacionamiento donde comenzó la excursión.
De media, la bajada por la “Cadera de Taburiente” dura unas seis horas y media.
Por supuesto, es posible prescindir del taxi para subir hasta el Mirador Brecitos, o realizar la excursión por la caldera en sentido contrario.
No obstante, en esos casos el recorrido dura mucho, por eso, sea recomienda de tomar preparativas para ser capaz de pasar la noche en e la ruta.
El recorrido del “Taburiente” también solo es posible de día porque en la oscuridad no se percibe pequeños pasajes sobre el arroyo,
Para obtener más información sobre la probablemente más popular ruta de senderismo de La Palma, póngase en contacto con: Parque Nacional Caldera de Taburiente Ctra. general De Padrón 47 38750 El Paso / La Palma Tel.: 922 49 72 77 Fax: 922 49 70 81 Email: www.mma.es/parques>
(La versión alemana publicada en Teneriffa Panorama, 2004 – 2007)
