Los hornos de cal de Los Silos son vestigios del pasado

Poderosos muros, una torreta. A primera vista, los hornos de cal silenes difunden aires de una fortaleza medieval.

El pequeño edificio, ubicado a un tiro de piedra de la playa de Los Silos carece de ventanas.

No obstante, la construcción de cantería toscamente labrada en el horno no es tan antigua como parece.

Además, se trata de las ruinas de dos hornos de cal.

El más antiguo data del siglo XIX, el más joven se acabó en 1931.

La cal producida en Los Silos se utilizó en la agricultura y en las obras de construcción.

Los hornos de cal silenes estuvieron en funcionamiento hasta la década de 1960.

La fachada de frente de unos de los hornos de Los Silos
La fachada de frente de unos de los hornos de Los Silos

En esta época, el cemento reemplazó la cal en la construcción.

La materia prima de los hornos de cal silenes no procedía de Tenerife, sino que venía en barcos de vela y vapor desde Fuerteventura.

Se descargaban las naves en el muelle de Daute, pero también en el puerto de Garachico, a unos diez kilómetros de distancia.

En la actualidad, los vestigios del pasado ​​se pierden entre altos conjuntos residenciales y casas unifamiliares que albergan a turistas y propietarios de segundas residencias que gozan en Los Silos el fin de semana.

No obstante, los hornos vuelven a atraer las vistas, cuando se celebran actos culturales y deportivos en la costa de Los Silos.

(La versión alemana publicada en Megawelle, 2011- 2016)

La trasera de los hornos de cal silenes
La trasera de los hornos de cal silenes