Un típico paisaje de Noruega

Muchos Canarios pasan sus vacaciones fuera de las islas. Su lema: viajar para explorar nuevos horizontes

Nuestro planeta destaca por la inmensa diversidad de paisajes y zonas climáticas.

A partir de noviembre, mucha gente viene a Tenerife para pasar el invierno en la isla. Vienen tanto por el clima agradable y soleado como por la naturaleza, que destaca por su gran variedad de colores y formas.

No obstante, en otras partes del mundo las sensaciones que ofrece la naturaleza son muy diferentes.

El extremo norte de nuestro hemisferio invita a vivir el fenómeno de la noche polar.

En esta zona, durante muchas semanas invernales no se produce la salida del sol, porque el cuerpo celeste principal de nuestro sistema solar queda debajo del horizonte.

Eso no significa que el paisaje esté permanentemente inmerso en completa oscuridad, al menos
cuando el cielo no está completamente nublado.

Cuando el firmamento está claro, el blanco de la nieve en combinación con el azul del cielo y los rojos matices de las luces forman un impresionante colorido.

Uno de estos sitios magníficos, donde se puede vivir este fascinante espectáculo, es la provincia de Troms en el norte de Noruega, ubicada a unos 350 km del Círculo Polar Ártico.

La capital de la provincia es Tromsö, designada ciudad por el rey Cristian VII en 1794. Tromsö, con 75.000 habitantes, tiene una extensión más amplia que Tenerife. Varios barrios están ubicados en islas.

Restos arqueológicos surgieren que la zona fue poblada hace más de 9.000 años.

En 1252 se construye la primera iglesia, entonces la más septentrional del mundo.
De la época Medieval también data el Fuerte, una fortificación de turba y piedra, que servía para proteger de los ataques de carelios y rusos. El explorador Ronald Amundsen se hospedó en Tromsö cuando se llevó a cabo la expedición al Polo Norte.

La ciudad alberga un museo de gran renombre y la cervecería más septentrional del mundo. Tromsö invita a actividades apasionantes y muy espectaculares como la exploración del paisaje nevado en trineo tirado de perros y a excursiones que siguen la estela de los grandes cetáceos en el mar de Barents.

Claro qué sí: hay que viajar para explorar nuevos horizontes. Gracias a la excelente conectividad aérea es muy sencillo llegar a Tromsö a un precio económico. Se ofrece un gran número de vuelos al mes desde los aeropuertos de Tenerife.

(Publicado en Megawelle, 2015/16)