Cada estación del año tiene rasgos típicos. Las delicias de otoño son las castañas.
En noviembre, se vende castañas asadas. Por ejemplo al lado de la Catedral en el casco antiguo de La Laguna o en la zona portuaria del Puerto de la Cruz.
En muchos sitios en toda la isla aparecen repentinamente puestos que venden castañas. Estas delicias de otoño son un manjar exquisito que también acompaña al nuevo vino en la fiesta de San Andrés el penúltimo día de noviembre.
Tras la Conquista, los castañeros llegaron a la isla.
Antes de ser sustituidas por la papa, más fácil de cultivar, las castañas fueron un producto fundamental en la dieta de los campesinos, un ingrediente importante en numerosas recetas culinarias.
Las redondas cáscaras de las castañas en muchas regiones de Europa Central, en Alemania por ejemplo, son planas y tienen pocas pero muy duras espinas.
En Canarias se llama “erizo” a las cúpulas de los comestibles frutos debido a su aspecto.
Los castañeros de Tenerife están ubicados en una superficie total de 1.400 ha en las medianías, entre 600 m y 1.200 m de altura. Los castañeros necesitan mucha humedad y suelos de tierra negra para prosperar.
Se presentan más frondosos después de inviernos de mucha nieve, mientras que los frutos maduran más rápidos en zonas secas.
Muchas veces hay que pasar por pistas asfaltadas muy estrechas y empinadas, verdaderos desafíos para un coche, para encontrar estos árboles impresionantes.
En Tenerife, una amplia franja de castañeros se extiende entre La Matanza y La Orotava. Muchas veces, la línea que separa las parcelas cultivadas, los viñedos por ejemplo, de los terrenos forestales a los que pertenecen estas arboledas, es muy reconocible.
La cosecha de las castañas empieza en los primeros días de noviembre
Además, también hay algunos castañeros en los alrededores de Arafo y La Esperanza. La cosecha de las castañas empieza en los primeros días de noviembre. La cantidad depende del tiempo.
Mucha lluvia a finales de octubre puede hacer que la castaña corra el riesgo de estropearse.
Antes de cosechar, los agricultores limpian el suelo debajo de la corona del árbol donde van a caer los erizos.
Se aplican también injertos para aumentar los resultados de las cosechas de las delicias de otoño.
La diferencia entre los castañeros con y sin este tratamiento es evidente, dado que los últimos no llevan muchos frutos.
En Tenerife, la mayoría de los agricultores de castaños vende la fruta por cuenta propia, por ejemplo, en los puestos que ofrecen raciones de castañas asadas en la calle.
En general, la cosecha de castañas da un ingreso adicional a los productores.
Convertir el cultivo de estas delicias de otoño en la actividad principal parece casi imposible por el volumen reducido y la estacionalidad de las cosechas.
No obstante, el sector siempre busca posibilidades para aumentar la rentabilidad de su actividad.
Hace una docena de años se fundó la Asociación de Cosecheros de Castañas de Acentejo, compuesta por sesenta miembros, con el objetivo “de dar vida a los castañeros que estaban poco abandonados”, dice Laureano Febles Oliva, presidente de la asociación que tiene su sede en el Mercadillo del Agricultor en La Matanza.
Posibilidades de comercializar las delicias de otoño en Tenerife
En la zona de Acentejo, entre Tacoronte y Santa Úrsula, y en el municipio de La Orotava, cada año se cosecha hasta 35.000 kg, de los que los árboles de La Matanza aportan la quinta parte.
Enfrente del Mercadillo del Agricultor matancero, al otro lado de la carretera general, se encuentra el Centro de Transformación de Productos Agroalimentarios.
En la primera planta ya en funcionamiento se recogen, se limpian, se seleccionan y se enmallan las castañas para la posterior venta en los supermercados.
La segunda planta, pendiente hasta el momento, está destinada a la transformación para dar un valor añadido a las castañas y facilitar una comercialización todo el año.
La idea es transformar la castaña para utilizarla como ingrediente tanto en la preparación de harina como en la producción de castaña en almíbar, mermelada, licor o compota. Por supuesto, Laureano Febles Oliva sabe, que “el edificio no puede vivir exclusivamente de la castaña.”
Por eso, se quiere también transformar otros componentes de materia prima, “como la manzana, la pera, el higo y otros productos de la medianía” tanto para realizar el ambicioso proyecto como para garantizar su rentabilidad y sostenibilidad económica.
La Feria de la Castaña de La Matanza de Acentejo, que tendrá lugar el 21 y 22 de noviembre, en el Mercadillo del Agricultor de La Matanza invita a conocer de primera mano las castañas y las posibilidades tanto culinarias como económicas de estas delicias de otoño.
(Publicado en Megawelle, 2011-2016)