El Auditorio de Tenerife pone ala isla en el nivel cultural superior.
Incluso la prensa mundial se hizo cargo de eso y dio mucho espacio al nuevo templo de la cultura tinerfeña.
Es más: para los turoperadores el Auditorio de Tenerife es el principal motivo para desarrollar nuevas ofertas de viajes culturales.
En la entrevista con Teneriffa Magazin, el presidente del Cabildo, Ricardo Melchior, calificó el nuevo espacio cultural santacrucero como un “edificio, importante en todos los aspectos.”
El Auditorio de Tenerife marca un antes y después en el archipiélago, no solo para los aficionados a la cultura.
El emblemático edificio simboliza el dinámico desarrollo que la isla ha experimentado a lo largo de las últimas dos décadas.
El Auditorio de Tenerife marca un hito en la historia de la isla
La inauguración del Auditorio de Tenerife marca un hito en la historia de Tenerife.
El nuevo espacio cultural es el signo más visible de los profundos cambios que vivió la capital tinerfeña.
“El año 1988, cuando empecé aquí, todo tenía un aspecto muy diferente”, recuerda el arquitecto Santiago Calatrava en la entrevista con Teneriffa Magazin.
“En este momento, había en esta zona una refinería de petróleo. En el terreno del viejo vertedero ya está un parque. Entonces, en el sur de la capital no había entradas a la autopista y el centro de exposiciones tampoco existía”.
En esta época, la isla carecía de un sitio para actos, festivos y representativos, y la orquesta sinfónica tampoco tenía casa.
“Gracias al Auditorio y su excelente acústica el mundo percibe Tenerife completamente diferente”, destaca Ricardo Melchior, “se menciona la isla junto a las instituciones culturales más modernas del siglo XXI.”
A pesar del simbolismo, el propósito de la edificación estaba siempre en primer plano durante el periodo de planificación: “Queríamos integrar la orquesta y, por lo tanto, construimos una casa alrededor de los músicos”, define el arquitecto Calatrava la filosofía del Auditorio.
No obstante, la conexión con la isla marcó mucho la forma de la obra: “Usamos el paisaje como decorado, que se puede percibir de diferentes perspectivas a través de aberturas arqueadas desde el interior del edifico formado como un cono. “
Sin embargo, la inauguración del Auditorio no pone el punto final a la conversión de la isla. Un puerto deportivo y de yates cerca del nuevo espacio está proyectado, entre otros.
Ricardo Melchor ve el futuro de la isla así: “Quiero que dentro de veinte años Tenerife siga siendo moldeada el 50 por ciento por la naturaleza, otra cuarta parte se utilizará para la agricultura y el resto para la tecnología moderna”.
Nuevas ofertas de viaje y gran bombo mediático
La inauguración del nuevo auditorio dejó también huella en los turoperadores.
Actualmente se desarrollan nuevas ofertas, enfocadas en la cultura, breves estancias de sol y playa combinadas con visitas a exquisitos conciertos, entre otros.
Los primeros viajes partirán desde Inglaterra.
El Cabildo está en negociaciones con otros organizadores.
Probablemente nunca antes tantos representantes de los medios de comunicación de primer nivel habían llegado a Tenerife.
La lista de corresponsales que cubrieron la inauguración del Auditorio de Tenerife se lee como el “¿Quién es quién?” de la prensa mundial.
El “New York Times” y el reconocido “Independent” británico acudieron tanto a la ceremonia como los líderes del mercado de Francia e Italia, “Le Monde” y el “Corriere de la Sera”.
La bandera alemana fue sostenida por el “Süddeutsche Zeitung”.
El diario de mayor tirada de Tenerife, “El Día”, incluyó un suplemento a cuatro colores en formato DIN A3 de 38 páginas en la edición del viernes.
Los demás periódicos y emisoras de radio también informaron ampliamente sobre el acto.
No importaba que la familia real solo enviara al príncipe en vez del ansiado primer elenco como representante de Sus Majestades.
¿No obstante, qué sentido tiene para el rey obligar a currar a su equipo de aviación, mientras su hijo ya está en Canarias como participante en una regata de vela en la costa de Gran Canaria?
(La versión alemana, publicada en Teneriffa Magazin, el mes de octubre 2003)