"El Descubridor", escultura de Alberto de Soto

¿Qué significa la palabra “paraíso”? ¿Felicidad? ¿Satisfacción? ¿Perfección? Según la leyenda bíblica,
Dios expulsó a los hombres de este sitio, un lugar muy acogedor y agradable.. No obstante, hasta el momento, nadie sabe explicar que, de verdad, perdieron los seres humanos por este acto divino. “El paraíso perdido” es como ha bautizado Alberto de Soto su escultura en el parque de Esculturas “Los Cardones”, ubicado en la parte alta del barrio de San Isidro en el municipio de Granadilla de Abona.

Se trata de un gigantesco rostro, hecho de piedras de la cantera de Chasna y rodeado de ejemplares típicos de la flora tinerfeña: arbustos autóctonos y cardones.

"Paraíso perdido", escultura de  Alberto de Soto  en el Parque de las Esculturas de Los Cardones de San Isidro
“Paraíso perdido”, escultura de Alberto de Soto en el Parque de las Esculturas de Los Cardones de San Isidro

El escultor peruano eligió el nombre para subrayar los contrastes de la obra.

La cara consiste en dos mitades, la parte izquierda destaca por su integridad, la derecha muestra deformaciones.

Por supuesto, eso invita a una amplia gama de interpretaciones, pero el artista, como dice, no quiere difundir un mensaje intelectual hecho de piedra.

Más que otras disciplinas del arte, la escultura está vinculada mucho con la fuerza corporal.

En general, para los escultores, el proceso de creación en sí tiene mucha más importancia que la propagación de una idea o una ideología a través de los medios del artista.

Modelo de "El Descubridor", escultura de Alberto de Soto
El modelo de yeso de la escultura “El Descubridor”
El escultor Alberto de Soto
El escultor peruano Alberto de Soto

En el caso del peruano Alberto de Soto, la expresión del paraíso perdido subraya la colisión de dos mundos, como marca su trabajo desde hace años.

El arte que hace en España bebe de otras fuentes que las de su país natal, las inspiraciones de los creadores allí se diferencian mucho de las ideas creativas de los europeos.

Las tendencias y los estilos del viejo continente, sobre todo en el ámbito abstracto, se alimentan de realidades y fenómenos completamente desconocidos en Perú.

Escultor de Soto: la colisión de dos mundos

Todo el arte del país suramericano se basa en las obras sacras, encargadas por la Iglesia católica.

“Todo es muy conservador”, dice Alberto, quien quería convertirse en un pintor antes de descubrir la
escultura durante sus estudios en Lima.

Por su trasfondo cultural, incluso hoy en día, dice que “no entiendo mucho la vanguardia”.

Los pilares de su formación eran el arte figurativo, las obras clásicas.

Tanto las helénicas como las renacentistas, eran el modelo a seguir.

En vez de la libertad artística, todo se centró en el “oficio antaño artesanal”.

Respecto a su trabajo, Alberto de Soto tiene la anatomía humana como modelo y su reto es “buscar soluciones creativas”.

Pero sus fundamentos en el arte figurativo no evitan al artista interpretar la anatomía del ser humano de forma más amplia y libre.

A menudo añade elementos adicionales que modifican el estado puro del cuerpo, incluso le da toques surrealistas.

El hombro de "El Descubridor", escultura de Alberto de Soto, vista de pájaro
El hombro de la escultura “El Descubridor”
La mano de "El Descubridor", escultura de Alberto de Soto, vista de pájaro
La mano de la escultura “El Descubridor”

Esta forma de trabajar empezó durante su estancia en Europa.

Alberto observa la amplificación de su repertorio artístico como una “evolución”, un proceso paulatino.

En el ámbito de la escultura, más que en otras disciplinas del arte, paciencia y serenidad marcan el trabajo.

Todos los detalles son importantes.

Una escultura es “una obra singular. La forma, la textura, el color de cada piedra es diferente”, destaca Alberto, que vuelve a inspeccionar sus obras con desperfectos antes de entregarlas.

Alberto de Soto: es importante “tener ideas claras”

En su opinión, es muy importante “tener ideas claras antes de empezar a modificar una piedra”.

El apoyo tecnológico de la actualidad sirve mucho, sobre todo, cuando se trata de materiales muy duros y resistentes, como las piedras de origen volcánico tinerfeñas.

No obstante, el manejo de las herramientas requiere mucha práctica.

Antes del “Paraíso Perdido”, Alberto de Soto realizó la obra “El Descubridor”, que en la actualidad atrae las miradas en un jardín de rocalla en una ladera sobre los acantilados de la costa septentrional tinerfeña.

Es una obra mucho más en línea de su formación.

"El Descubridor", escultura de Alberto de Soto, vista de pájaro
La escultura “El Descubridor” de Alberto de Soto a la vista de pájaro

Antes de esculpir la figura de un hombre arrodillado de tamaño más que natural, Alberto confeccionó un modelo de yeso.

La obra está inspirada tanto por los modelos de la antigüedad helenística como en la época de Colón.

El dedo índice de la mano izquierda dirigido hacía la isla de La Palma, el musculoso hombre casi desnudo, que cubre un hombro y el bajo vientre con un manto, tiene en la derecha una brújula.

El Parque de las Esculturas de Los Cardones en la calle Gernot Huber de San Isidro (Granadilla) abre sus puertas el segundo domingo de cada mes para todos los públicos de 15:00 a 17:00.

(Publicado en Megawelle 2011-2016)