Sara se mueve en la pared con mucha ligereza y destreza. Sus pies saltan de presa en presa. Sus dedos siempre encuentran un agarre. Incluso en situaciones en las que la espalda está horizontal respecto al suelo debido a la gran inclinación de las rocas artificiales.
Para la chica de diecisiete años, moverse en el mundo de los escaladores es una naturalidad. Hija de aficionados al montañismo, empezaba en este deporte cuando tenía cinco añitos.
Aún siendo joven es una gran experimentada en la escalada deportiva. Durante la semana los jóvenes practican su pasión en las rocas artificiales de las instalaciones del ROCÓDROMO EL MURO ubicado frente al IES Pérez Minik, al lado de la rotonda, muy cerca del Museo de la Ciencia y el Cosmos en La Laguna, mientras pasan los fines de semana en los parajes de roca natural.
No es sorpresa que en Tenerife haya muchos aficionados a la escalada, pues el paisaje de la isla está marcado por montañas rocosas muy altas.
Las zonas favoritas de los escaladores tinerfeños están ubicadas sobre todo en el sur de la isla, en los municipios de Arico y Adeje (entre otros) y en el Parque Nacional de las Cañadas del Teide.
También en el norte de la isla, los montes de Santa Úrsula y los acantilados de San Marcos, junto a la playa de Icod de los Vinos, ofrecen retos para los aficionados de este deporte.
Las rocas artificiales invitan a ensayar la técnica del montañismo
Por supuesto, el montañismo requiere tanto de mucha práctica como de rutina, así como condiciones climáticas aptas.
No es aconsejable ensayar nuevas técnicas en la roca sin la supervisión y el apoyo de instructores con experiencia, sobre todo para no iniciados y aprendices.
Además, un gran número de los aficionados viven en un entorno urbano lejos de las zonas de escalada natural, lo que propicia la visita a rocódromos artificiales, como El Muro en La Laguna.
Por estos motivos, hace unos tres años Miguel Brito, gran apasionado alpinista, abrió el rocódromo, un espacio equipado con presas artificiales para simular la roca y una amplia gama de paredes de varias dificultades e inclinaciones, donde en cada piedra artificial se encuentra prefijada su dificultad.
Por lo tanto, es posible moverse a varios niveles en la misma pared. Todo el suelo está cubierto de gruesas colchonetas que suavizan posibles caídas.
En el rocódromo la seguridad del deportista tiene prioridad
Antes de subir las paredes altas hay que equiparse con un arnés de seguridad que está vinculado a una cuerda supervisada por un monitor.
Lo básico del montañismo es el control del centro de gravedad tanto para compensar la fuerza de las manos y pies, como mantener el equilibro en las paredes de extrema inclinación.
Es muy importante saber cómo y dónde se colocan los pies para mantener la estabilidad.
Un montañero necesita también dedos muy fuertes para ser capaz de agarrar y encontrar apoyo en cada clase de roca.
Mientras al novato le cuesta mucho mantener el equilibrio cuando pisa en estribos relativamente amplios, personas con mucha práctica en este ámbito, como Elia y Sara, brincan de resalto a resalto, incluso extienden las piernas sobre la cabeza para encontrar un punto de apoyo.
Para ellos el trabajo en el rocódromo tiene un aspecto “más físico y lúdico“, y mientras en la naturaleza todo es “más técnico“.
No obstante, muchos clientes vienen al rocódromo para hacer sus primeros pasos en el ambiente del alpinismo. El rocódromo ofrece tanto cursos a interesados y deportistas, como la posibilidad de entrenar libremente a todos los públicos.
Rocódromo El Muro
Avda. Los Menceyes 113 / La Laguna
info@rocodromoelmuro.com
Tel.: 922 31 57 74
(Publicado en Megawelle, 2011-2016)