Para llegar al Caserío de El Cedro se sigue la estrecha pista adoquinada por la frondosa laurisilva del Parque Nacional de Garajonay.
Está ubicado a unos cinco kilómetros de La Zarcita y Agando, unos roques impresionantes que saludan a los visitantes que entran al parque nacional desde la capital de La Gomera.
En los años 20, la zona de El Cedro, ubicada a una altura de unos 800 m era muy conocida por su agricultura, ahora desaparecida.
En la actualidad, hay una zona de acampada al lado del caserío donde pernoctan senderistas que exploran las zonas altas a lo largo de varios días.
Mientras que las costas de La Gomera están marcadas por áridas paredes rocosas de escasa vegetación, en la cumbre de la isla colombina hay impresionantes laurisilvas y monteverdes.
Al contrario que en las franjas costeras y en las zonas bajas, donde casi siempre brilla el sol, la cima, a menudo, está cubierta de cúmulos nublosos, incluso visibles desde la costa tinerfeña.
Muchas veces, las nubes aparecen durante la noche.
Es posible que haya precipitaciones repentinas entre las tinieblas en la época estival, aunque un rato antes haya habido cielo azul y una puesta de sol magnífica.
El salto del agua El Chorro desemboca en la presa de Los Tiles
Por cierto, la lluvia y la humedad de las cumbres de La Gomera son imprescindibles para garantizar la conservación y el crecimiento de la espléndida y única fauna del parque nacional.
Durante las noches, el único ruido que rompe la idílica tranquilidad de El Cedro es el sonido de El Chorro, una cascada que no se puede ver durante el día porque está escondida por la vegetación.
El Chorro, alimentado por el riachuelo de El Cedro, fluye de forma permanente y desemboca en la presa de Los Tiles, que se encuentra en la profundidad del abismo que forma el barranco de Hermigua.
Para llegar a la presa hay que descender un sendero muy escarpado, incluso está equipado por una barandilla de madera en el primer tramo.
Se pisa en rocas que parecen escalones cuando se baja este camino, empedrado y en zigzag.
Tras unos quinientos metros se llega a un hermoso mirador que ofrece vistas espectaculares a un tramo de El Chorro, el salto del agua más alto e impresionante de La Gomera, con unos 175 metros de caída.
Mirando al valle, el caminante observa las distintas formas de vegetación en las paredes del barranco que se extiende hasta el mar.
Un poco más tarde se llega a la orilla de la presa, un pequeño estanque delimitado por el muro de contención en su frente septentrional y bordeado de un romántico verdor vegetal.
La atracción de este sitio son las cristalinas aguas de la bonita cascada que baja continuamente por algunas terrazas para verterse en la presa de Los Tiles.
Una mesa y bancos invitan a los senderistas a disfrutar del lindo espectáculo durante un descanso.
El Cedro ofrece maravillosas vistas a los Roques de Pedro y Petra
Además, el sitio ofrece un panorama maravilloso a los impresionantes roques Pedro y Petra, símbolos del municipio de Hermigua.
La presa de Los Tiles forma parte de varios senderos que enlazan el Parque Nacional de Garajonay con la región de Hermigua.
No obstante, senderistas que pasan sus noches en la zona de acampada cerca del Caserío de El Cedro, tienen que volver por una subida muy empinada, pero no excepcional, porque, por la topografía de la isla colombina, los trayectos que destacan por su extrema inclinación no son una rareza.
La Gomera es un paraíso para senderistas.
La isla tiene un sistema climático muy específico y está divido por muchos barrancos.
Esos fenómenos, vinculados con la orientación solar, provocan que en todos los rincones de la isla, la naturaleza y el paisaje se presenten con otro “vestido”.
(Publicado en Megawelle, 2011-2016)
