Desde la perspectiva peninsular, Canarias parece un homogéneo grupo de islas que está ubicado muy lejos y en la periferia en el Atlántico. De cerca, los visitantes descubren que se trata de siete islas que son completamente diferentes y que destacan por sus características propias. La Gomera está de Tenerife a unos 30 kilómetros.
No obstante, el mar que separa ambas islas tiene profundidades de unos 3.000 metros.
La denominada “isla colombina” se diferencia de su gran vecina en muchos aspectos e invita a excursiones.
El pasaje marítimo entre el puerto de Los Cristianos y la capital gomera de San Sebastián no tarda más que una hora y las empresas de ferry ofrecen un gran número de trayectos diarios.
Por cierto, La Gomera es mucho más pequeña que Tenerife, pero se distingue también por tener su propia historia y un paisaje de características muy particulares.
La isla destaca por su tranquilidad.
Por eso, el viaje desde el centro turístico, y muy poblado, de Los Cristianos al adormilado municipio de San Sebastián parece un tránsito a otro mundo.
Respecto al número de habitantes la capital no es más que un pueblo.
No obstante, las nuevas edificaciones tanto del mercado como del Cabildo y las carreteras, demuestran que se ha invertido mucho en infraestructura en La Gomera a lo largo de los últimos años.
El año 1400, los españoles conquistaron La Gomera
El centro de la capital gomera está muy cerca del puerto, marcado por un gran número de barcos deportivos que limita la idílica playa de arena negra volcánica.
Mientras en Tenerife los aborígenes defendieron la isla hasta el año 1496, los españoles conquistaron La Gomera unos noventa años antes.
El edificio más conocido de la isla es la Torre del Conde, una edificación de estilo gótico que tiene forma prismática.
Los muros de la torre, con 15 metros de altura y cerca de 40 metros de diámetro, tienen un espesor de dos metros.
La fortaleza, acabado en 1450 tiene un aspecto militar, no obstante, la función de la torre ubicada en cierta distancia de la costa, era, sobre todo, de representación del poder señorial.
En la actualidad, el monumento histórico, que albergó al conde Hernán Peraza y su familia durante la rebelión de los aborígenes, está en el centro del romántico parque municipal, que también alberga un anfiteatro que sirve como escenario de los actos de las fiestas populares.
El lenguaje arquitectónico formal, moderno y muy atrevido de la sede del Gobierno Insular, que destaca por los grandes pilares y las rojas piedras de los muros que son materiales típicos de la isla, contrasta mucho con la antigua torre.
Las viejas sabinas dan a la central plaza un aspecto muy pintoresco
Otro edifico emblemático en la capital de La Gomera es la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, que se caracteriza por la aplicación de elementos de los estilos mudéjar, gótico y barroco en armonía.
El aspecto del edifico que tiene su origen en una ermita del siglo XV, es resultado de reformas que se produjeron en el siglo XVIII.
En la planta baja de muchas casas históricas en la calle Real hay pequeñas tiendas, bares y restaurantes que ofrecen sus productos.
Aquí, junto a una casa terrera también se encuentra el monumento que conmemora a escala los barcos que llevaron a Cristóbal Colón durante su primer viaje al Nuevo Mundo.
Desde el monumento hasta el Ayuntamiento, muy reconocible por el reloj en la parte de arriba de su torre, se encuentra la plaza de la Constitución, punto de encuentro de los habitantes de San Sebastián de La Gomera.
Debajo de las coronas de muchas viejas y gigantescas sabinas, que dan a la plaza un aspecto muy romántico, un gran número de bares y restaurantes invitan tanto a los turistas como a los habitantes de tomar un café, una cerveza o una copa de vino.
(Publicado en Megawelle, 2011-2016)