Hay varios modos de disfrutar los vinos de Tacoronte de Acentejo.
El aficionado le traga, el conocedor le paladea, sabe separar en la boca las diferentes zonas que absorben el sabor de distinta manera para analizar la calidad.
La bebida preferida de los dioses Baco y Dionisio, de la antigüedad griega y romana, no solamente emociona el ánima; es también objeto de una ciencia y el desafío diario de los viticultores como Domingo Martín de la bodega “Marba S.L.” , en Portezuelo, un barrio de Tegueste.
La ambición de Domingo es la producción de vinos en que, se nota un gusto “redondo”, “sin cosas que molestan”.
El objetivo del viticultor es producir vinos “armoniosos”, vinos de calidad que den satisfacción a varios sentidos humanos, debido a ”su aroma, su olor y su color”.
Según Domingo, un buen vino tiene su retrogusto: “Sigues con el buen sabor en la boca”.
Desde los 17 años Domingo se dedica al cultivo del vino. Su Bodega “Marba” es una empresa familiar formada por él, su esposa y sus hijos que tiene hoy en día una capacidad en depósito inoxidable y barrica de 52.000 litros y una gama de seis productos diferentes: un blanco normal, un blanco fermentado en barrica de roble, un rosado del segundo año, un tinto de maceración carbónica, un tinto tradicional y un tinto de barrica.
El orgullo personal del bodeguero es elaborar seis productos al mismo nivel: “Ni existe un vino estrella ni botellas secundarias”.
Después de una carrera náutica de ingeniero de máquina y adicionales, 13 años en el mantenimiento de una empresa alimentaria multinacional, fundó la bodega del nombre que sale de las iniciales de su apellido y el de su mujer.
La pasión del viticultor: “El vino tiene una magia.”
La idea de origen fue “aprender a hacer vino para consumo propio”, pero con el paso del tiempo “los vinos avanzan bien; gustan bastante”.
A continuación empezó a estudiar más el proceso de elaboración y se “especializó en viticultura y enología” con la consecuencia de que el matrimonio hoy en día combina sus vacaciones con catas y visitas técnicas en regiones de España o en el extranjero como Suiza o Piamonte, en el norte de Italia.
Desde sus inicios como viticultor el objeto de su dedicación está fascinando a Domingo cada día más: “El vino tiene una magia.
Cuando el vino se hace con cierto rigor, yo veo una relación bastante directa en lo que tú metes en el proceso y lo que tienes.
Es una relación muy directa: cuando cuidas cada detalle y metes uvas de calidad, el vino sale. El producto final tiene unas características, unas connotaciones para mí impresionantes.”
Para los viticultores, la uva es la materia prima, es fundamental. Su estado fitosanitario y ecológico son factores muy importantes.
Por eso, el 90% de las uvas crecen en terrenos propios de la bodega.
Por supuesto, un bodeguero necesita también un equipo técnico adecuado, porque hoy en día el frío en el proceso de elaboración es imprescindible para producir vinos de calidad.
“Marba” vende vino a hogares, grandes superficies, restaurantes y bares
La utilización del frío durante la fermentación facilita mantener “lo que son los aromas primarios de la fruta”.
Para establecer una bodega se necesita capital para instalar los medios técnicos necesarios, pero habilidad y experiencia son imprescindibles: “Hay que ser bastante humilde hasta conocer el proceso.
No se puede hacer un vino blanco sin tener un conocimiento mínimo de cómo hacer un vino blanco.
Una vez que conoces el proceso tienes que contar con los medios técnicos, porque si no tienes, por ejemplo, un equipo frío, no harás un vino blanco.
Si tienes harás, pero no puedes hacer vino sin uvas de calidad. Los vinos son completamente diferentes.
El comportamiento y fascinación se da personalmente.”
Al principio a Domingo le faltaron muchos conocimientos, pero tuvo la suerte de tener expertos sobresalientes a su lado para asesorarle en referencia a la viticultura y a la aplicación de las técnicas que “se emplean actualmente”.
La bodega “Marba” facilita gran parte de venta directa a particulares, para los hogares en la Isla y suministra el resto a grandes superficies, restaurantes y bares.
En el sector del vino las empresas se desarrollan paso a paso. Domingo tiene un plan de proyecto de mejora, creciendo a la medida de “nuestras posibilidades”.
Económicamente, el vino en Canarias, según Domingo, “es más aficionado e ilusionista y enamorado porque tenemos costes de producción muy elevados y eso hace que nuestro producto no sea competitivo en cuanto al precio de botella con respecto a otros países y otras regiones de España.
Los costes de producción son muy elevados
Si el consumidor tiene en cuenta el potencial que tienen nuestros caldos, se da cuenta de que son más caros pero tenemos también un valor añadido que no tienen otros vinos; pero si el consumidor va a comprar una botella “a la pela”, está claro que no tenemos un futuro bastante cierto.”
Esa declaración la comparte también María Paz Gil Díaz.
Según la gerente del Consejo Denominación de Origen Tacoronte de Acentejo “el problema, el hándicap, que tenemos aquí es que la producción de la uva, el trabajo del viñedo implica mucha mano de obra.
Hay poca mecanización. Los costos son elevados.
Aparte de cualquier maquinaria, cualquier depósito hay que traerlo de fuera, multiplicando los costos.
Estamos hablando de producir una botella de vino por debajo de tres euros y medio de costo; es imposible”.
La Denominación de Origen de los vinos de Tacoronte de Acentejo
La denominación Tacoronte de Acentejo existe desde hace unos 20 años y fue la primera en Canarias.
La razón de su creación fue la protección del vino de la región contra el fraude y evitar ventas de “vino de Tacoronte” no siéndolo.
Por eso se estableció un mecanismo de control y origen de calidad que es la Denominación de Origen de los vinos de Tacoronte de Acentejo.
Actualmente, embotellan 2.266 viticultores y 52 bodegas con la contraetiqueta de la Denominación.
Las empresas asociadas tienen varios tamaños; “hay bodegas de producción de 5.000 litros anuales, otras con 700.000 litros”. En total, la comarca está alrededor de los 3 millones de botellas al año.
La función fundamental de la administración de la denominación es el control de la calidad, de origen del producto y de la producción.
También tiene tanto una parte importante en la formación de viticultores y bodegueros como en la tramitación e información de ayudas europeas que vienen destinadas a la mejora del vino y del mantenimiento de la viña.
Otra tarea del organismo es promocionar los productos de la comarca y la marca a su consumidor tanto en las grandes ferias en el exterior como en el interior mediante campañas de promoción en grandes superficies o la organización de charlas y catas.
El clima implica las características de los vinos de Tacoronte de Acentejo
Por razones de la gran variedad del clima y de los suelos, Tenerife cuenta con cinco Denominaciones. María Paz Gil Díaz diferencia su comarca “primero por la verticalidad del terreno.
Es una comarca que va desde el mar hasta al monte y donde tenemos viñedos desde 100 metros sobre el nivel del mar, hasta encima de 1.000 metros a nivel del mar.
Eso implica características diferentes de los vinos. También tenemos una orientación donde la presencia de los alisios es menor.
Hay una diferencia térmica entre noche y día, lo que implica características importantes para los vinos, por ejemplo bastante concentración de fruta en la uva y otra de las características en que creo que es diferente del resto de Canarias: aquí, en el 80% estamos hablando de vino tinto frente a un 20% de vino blanco.
El resto es al contrario”. Una diferencia que se puede también degustar en opinión de la experta: “Yo diría que es un vino con mucha fruta y otra de las características serían mucha salinidad y minerales en boca”.
El vino del norte, a lo que pertenecen los vinos de Tacoronte de Acentejo, es más que una bebida sabrosa dice la gerente: “El viñedo es una parte muy importante de la economía de esta comarca, es un complemento para muchos cientos de familias que tienen como complemento económico la viña, el cultivo de la viña, la elaboración, la venta de la uva.
Históricamente es una comarca arraigada a la viña, de cientos de años y creo que es un patrimonio e imagen a cuidar”.
(Publicado en El Guanche/Bajamar, 2008)