Sueños están destinados a hacerse realidad. El Bahía del Duque simboliza pretensiones de esta manera perfectamente.
Incluso el nombre del hotel de Adeje subraya el reto a lo que se enfrenta el operador del albergue de lujo.
Desde fuera, el complejo apuesta por modestia y humildad y se presenta como una pequeña casa señorial.
No obstante, tras haber pasado a los porteadores con sus bombines y chalecos con las estrechas rayas amarillas y rojas la primera impresión se esfuma con rapidez.
Detrás de la fachada discreta hay un área de 100.000 metros cuadrados en la que los no recién llegados pueden perderse fácilmente.
El hall de entrada ya da una impresión del tamaño del resort, aunque sus gigantescas dimensiones no son obvias a primera vista.
El trino de los pájaros del aviario junto al portal saluda a la clientela que, en su camino a la recepción, pasa por una escenificación inspirada en un pueblo redondo en la jungla africana.
La mayoría ni siquiera se da cuenta de que está en el piso medio de un edificio de cinco pisos.
Si ellos salieran desde el mostrador de recepción a la cercana zona de estar, podrían mirar a pequeñas calles bordeadas de palmeras con un encanto oriental que se extienden a unos diez metros debajo del parapeto.
El paisaje en la profundidad está iluminado por los rayos del sol que penetran en la enorme cúpula del techo de cristal.
En los pisos colindantes a la sala hay galerías que ofrecen un fascinante panorama desde diferentes perspectivas.
El hotel Bahía del Duque refleja una variedad de épocas históricas
Las plantas están conectadas por ascensores de vidrio.
En la planta baja se accede a los jardines, que ocupan las dos terceras partes de la entera superficie del “Bahía del Duque”.
El camino conduce a lo largo de la réplica de un antiguo templo griego, que limita con una cuenca de agua en el exterior.
Desde aquí, un camino sinuoso que limita con un acantilado de 25 metros de altura conduce a través de un laberinto de piscinas y oasis verdes, bares, restaurantes y complejos de apartamentos hasta la playa.
Bahía del Duque parece un campo de juegos para los arquitectos.
No obstante, los diseñadores presentaron mucha atención en destacar la singularidad de cada componente del conjunto constructivo.
Aquí hay tanto antiguas fuentes como vestidores venecianos del siglo XIX.
Una réplica de la torre de la iglesia de La Concepción de la capital insular de la isla, Santa Cruz, de la misma época tampoco falta.
El ambiente barroco de las empinadas escaleras destaca el carácter señorial de la casa.
Tanto la romántica cascada entre rocas artificiales como las atractivas perspectivas y vistas, que se puede disfrutar deambulando por el espacio, provienen de la época romántica.
La pirámide de cristal inspirada en el Louvre de París marca la transición a la posmodernidad.
El complejo hotelero está dividido en dos mitades, que están conectadas por un puente rústico.
El hotel dispone de 482 habitaciones, de las cuales 48 son suites.
Las camas con cortinas altas y mesas esbeltas del rococó en las “Casas Ducales” subrayan la pretensión principesca de esta parte del conjunto.
Una gran variedad de restaurantes invita a degustar
En la Bahía del Duque hay 26 salones, en su mayoría con nombres de pueblos canarios, para congresos, exposiciones y reuniones con capacidad para 950 personas.
Los once restaurantes del complejo hotelero ofrecen platos franceses, españoles, canarios, italianos, mediterráneos y sudamericanos, entre otros.
Cada uno tiene su propio ambiente, adaptado a la comida que se sirve.
“La Hacienda” difunde el encanto rústico sudamericano, mientras que el Beach Club invita a disfrutar de la fresca cocina mediterránea en el aireado ambiente de la terraza.
Las libreas del personal de servicio, basadas en trajes tradicionales canarios, subrayan el carácter individual de cada restaurante.
También hay nueve bares, que difieren en cuanto a mobiliario y oferta: “La Zumería” en los jardines ofrece jugos de frutas y verduras, mientras que se sirven cócteles tropicales a los bañistas en “El Chiringuito” en la playa.
Los bañistas pueden elegir entre las olas del mar y piscinas climatizadas con agua tanto dulce como del mar y dos piscinas infantiles.
Bahía del Duque cuenta también con varias tiendas, boutiques y quioscos de prensa.
El hotel está equipado de instalaciones deportivas, sauna y pistas de tenis e instalaciones de ocio al aire libre.
(La versión alemana publicada en Megawelle, 2011- 2016)