El festivo de la Virgen del Carmen no es un día cualquiera.
A partir de mediodía, casi no hay sitio libre en los alrededores de la Casa de la Aduana, el histórico edificio que alberga el Museo del Arte de Westerdahl y la Oficina de Turismo de Puerto de la Cruz.
Parejas están sentadas en el muelle.
Niños se tirotean con pistolas de agua.
Jóvenes hacen lo mismo con juguetes más grandes que parecen metralletas o fusiles extraterrestres.
Chicas vestidas de bikinis y chicos con torsos desnudos llenos de tatuajes dan vueltas buscando un lugar para sentarse.
El muelle enfrente, donde está el gran aparcamiento portuense, la grúa de barcos y el edificio de la Cofradía de Pescadores, también está atestado de gente.
El largo dique que limita con el acceso al mar y protege el pequeño puerto pesquero contra la marea, va a llenarse por completo de miles de personas a lo largo de la tarde.
La pequeña playa negra está repleta de gente.
Hombres y mujeres se broncean acostados en sus toallas.
Ellos charlan sentados en sillas plegables o preparan las comidas, traídas en gigantescas bolsas isotérmicas, mientras centenares de chicos y chicas están nadando y jugando en el agua cercana.
En la pequeña dársena, donde se ve normalmente un puñado de lanchas, hay una gran aglomeración de barcos de todas categorías.
Botes de remos, botes neumáticos, pateras de motor, todos sobrecargados de pasajeros, se han reunido en espera del momento decisivo de este día festivo.
La Virgen del Carmen portuense tiene gran prestigio en toda España
El 16 de julio marca una de las fechas más importante del Puerto de la Cruz.
Habitantes y visitantes confluyen en abundancia por el centro de la ciudad portuaria para ver los actos de las Fiestas de la Virgen del Carmen.
La procesión religiosa para los fieles es un espectáculo imprescindible.
Tanto para los curiosos como para los fieles,
No es la única celebración a la patrona de los marineros y pescadores en la isla, pero es la más popular y más importante, que incluso tiene un gran prestigio en toda España.
La Virgen del Carmen es una de las diversas advocaciones de la Virgen María.
Su denominación procede del Monte Carmelo, una cordillera en la región de Haifa en Israel.
El nombre deriva de “Karmel” o “Al-Karem” que significa “jardín” en árabe y “viñedos de Dios” en el idioma hebreo.
Inspirados en el profeta Elías se fundó durante el Siglo XII en el monte, que también jugó un papel como punto estratégico en una batalla de la primera guerra mundial, la orden de los Carmelitas.
En los cultos de los monjes, que supuestamente procedieron de los ermitaños o los cruzados, arraiga la extendidísima devoción por la Virgen del Carmelo, también llamada Nuestra Señora del Carmen.
Adoptada como protectora por pescadores a lo largo del tiempo, la Marina Española le ha concedido el título de Patrona.
Cada año, numerosos fieles y aficionados siguen el llamamiento de la santa y esperan muchas horas al objeto de culto.
San Telmo protege a los pescadores y marineros
Hacia las seis y media se puede ver un grupo con una imagen entrar en el recinto portuario, bajando la Calle Santo Domingo desde el ayuntamiento.
No obstante, quien acompaña al cura y a los monaguillos, vestidos de casullas blancas llevando candelas montadas en largos palos, no es la impacientemente esperada virgen sino San Telmo.
El monje con tonsura y manto marrón es el precursor de la protagonista principal del acto religioso.
San Telmo también es protector de los marineros y pescadores.
Su origen es un poco vago porque hay dos personajes que tienen que compartirse este honor.
El monje y sacerdote Pedro González Telmo del siglo XIII, confesor de Fernando III de Castilla es un aspirante.
Junto a Erasmo de Fornia, también conocido como San Elmo, mártir durante las persecuciones dioclesianas durante el siglo III después de Cristo.
El primero destacó por sus milagros en ayuda de marineros y pescadores, al otro el Fuego de San Telmo debe su nombre.
Se trata de una descarga de efecto corona electroluminiscente, un resplandor brillante blanco-azulado, que en algunas circunstancias tiene aspecto de fuego, surgiendo de mástiles durante tormentas.
Es un fenómeno observado por los marineros desde la antigüedad.
No obstante, detalles eclesiásticos no importan a nadie en este momento.
Antes de la Virgen del Carmen sale la imagen de San Telmo
La llegada de la imagen ha puesto en marcha a la multitud.
De repente el grito “San Telmo” sale de centenares de gargantas.
Y no solamente la de la gente en los alrededores del puerto.
En todos los balcones de los alrededores del recinto portuario se agolpan las personas para dar un vistazo en la calle.
Tanto allí como en la calle y las playas el entusiasmo sigue subiendo.
La gente apretuja a los portadores.
Las fuerzas de la Protección Civil, que acompañan a la procesión, tienen que abrir el camino para garantizar su continuidad.
El desfile se mueve muy lento, de paso a paso hacia el altar junto del Café Cayaya en la zona colindante del puerto.
Después de un breve homenaje, la figura de San Telmo se da un giro para ser transportado a la playa.
Allí está embarcada en una la lancha.
Sin embargo, las emociones siguen subiendo.
Mucha gente intenta rozar a la imagen de la Virgen del Carmen
Porque ahora la protagonista principal se avecina desde la calle Santo Domingo.
Ella toma con rumbo al altar al lado del Café Cayaya.
Los apasionados siguen apiñándose cada vez más.
La calle se convierte en un mar de seres humanos.
Todo el mundo tiene que dejarse llevar por las olas y ondas impulsadas por empujones, que pasan de un lado al otro para mantener el equilibrio.
Es más, mucha gente quiere rozar a la santa o al menos a la camilla en que la figura de la protectora está montada.
Mujeres gritan.
Hombres sin camisas, con sombrero de vaquero o con una lata de cerveza en la mano, se arrojan adelante, gritando, para tocar al objeto de culto.
Los rostros reflejan sus emociones.
Eso también pasa con los musculosos portadores, vestidos de la manera marinera, la procesión.
Para ellos, la procesión es al mismo tiempo un acto solemne y una faena.
Ellos tienen que aplicar todas sus fuerzas para mantener, tanto el rumbo como el equilibrio de la imagen pesada para evitar su caída y seguir adelante.
Finalmente la Virgen llega al altar.
El Ave María hace callar a la muchedumbre
De repente, la gente se calla.
Desde un balcón muy arriba suena la voz del popular cantante Chango Melián.
El Ave María penetra todos los oídos, un canto de homenaje a la Virgen del Carmen.
Al terminar el cantante, los portadores se dan la vuelta del altar y se desplazan a la rampa, ubicada en el centro del recinto portuario para embarcar la imagen.
Eso es más sencillo que el camino de ida, porque los integrantes de protección civil han formado cordón y hacen retroceder a los curiosos para facilitar la marcha de la procesión.
Después del embarque, en la tierra todo el mundo se calma.
No obstante, en el agua las emociones empiezan a hervir.
El barco con la imagen de la Virgen zarpa por la dársena
Salpicaduras llegan a la imagen, perseguida de centenares de jóvenes que quieren abordar su lancha, zigzagueando por la dársena, mientras el timonel centra todas sus fuerzas en mantener el rumbo.
La procesión de la Virgen es un gran desafío para fotógrafos, porque ofrece motivos únicos y singulares para los fotógrafos.
No obstante, hay que arriesgarse un poco para sacar imágenes en un ambiente claustrofóbico, encerrado y empujado por una muchedumbre de gente desconocida.
Probablemente por eso envié las fotos de la Fiesta de la Virgen del Carmen al jurado del Concurso de Fotografía de Prensa del Cabildo.
Posteriormente, en la exposición en El Corte Inglés, me dí cuenta que yo no fui el único quien sacó fotos este día en el Puerto de la Cruz.
Una compañera de un diario estuvo al lado de la Casa de la Aduana, otro fotógrafo en el muelle enfrente junto de la grúa.
A propósito, la fotografía premiada mostró dos ancianas muy emocionantes durante la inspección de los daños que causaron los incendios del año pasado.
Por azar, tengo la misma imagen de mi archivo.
Porque viajé en el mismo todoterreno como el fotógrafo quien sacó la foto ganadora de este año.
Por azar, tengo la misma imagen de mi archivo.
Pero eso es otra historia.
(Publicado en El Guanche / Bajamar, 2008)