Una de las puestas de sol más magníficas del norte de Tenerife se puede ver en Bajamar.
Junto al pequeño faro emblemático sobre la pequeña playa del balneario en el municipio de La Laguna se disfruta de un panorama maravilloso.
Turistas e isleños vienen a Bajamar para disfrutar olas, brisas y rayos de sol.
De vez en cuando la bola de fuego parece caer al fondo del mar tras la silueta de la vecina isla de La Palma, que a veces se ve desde la costa de Bajamar.
De hecho los ferrys que zarpan desde el puerto de la capital tinerfeña rumbo a la “isla bonita“ pasan junto a Bajamar, a algunos kilómetros de distancia.
Desde la costa parecen pequeñísimos puntos blancos que brillan sobre una superficie infinita en pleno azul.
El destino principal de la mayoría de los visitantes del balneario en la vertiente del nordeste de la isla son las dos grandes piscinas naturales.
Parece que la marea alta fluye sobre la superficie de las losas que limitan con las piscinas. Bajamar es uno de los lugares de recreo del municipio de La Laguna.
Los habitantes de las localidades cercanas, como los del centro de la ciudad universitaria tinerfeña, de Tegueste o Tejina, disfrutan aquí de sus horas de ocio.
Tanto los nadadores como los buceadores también practican su deporte en las piscinas.
Incluso las asociaciones deportivas utilizan las piscinas en el núcleo de este pueblo.
Los fans del surf disfrutan de las altas olas bajo los espectaculares acantilados de la rocosa costa al oeste del pueblo.
Bajamar y el vecino núcleo Punta del Hidalgo, las dos localidades que forman parte de una singular zona, son lugares de tranquilidad, tradición y un característico ambiente de pueblo costero donde la pesca y la agricultura siguen siendo importantes elementos de su economía y su cultura.
El faro, el mar, el viento y el sol marcan Bajamar
Bajamar es uno de los lugares preferidos para vivir en la periferia de la zona metropolitana.
Desde muchas casas hay una magnifica vista al mar en este pueblo situado bajo la emblemática y poderosa cumbre del monte Isogue. Los enlaces del sistema del transporte público son excelentes.
La guagua pasa cada media hora por el pueblo desde la mañana hasta la medianoche. La infraestructura local es muy buena. Hay diversas tiendas y pequeños supermercados.
En el centro del pueblo una amplia gama de bares y restaurantes ofrecen sus especialidades.
Después de oscurecer, la costa de Bajamar resulta encantadora con las piscinas y una gran parte de la costa iluminada por farolas.
Una multitud de habitantes y visitantes caminan a gusto por el romántico paseo a la orilla del mar tras anochecer para escuchar los suaves sonidos del vaivén de las olas nocturnas.
Es verdad que Bajamar tiene todas las cualidades para ser un destino turístico prestigioso para un gran público.
Bajamar fue antaño un centro turístico que jugó, más o menos, el mismo papel para la isla como Los Cristianos o Playa de las Américas en la actualidad.
Pero aún los abuelos hoy en día no pueden olvidarse de esta época.
Dicha gloria turística fue muy breve en Bajamar, terminó en los años setenta, mucho antes de la fundación de la mayoría de los operadores turísticos actuales, de los vuelos a bajo coste y del “todo incluido“.
Desde entonces Bajamar se ha establecido como un destino para los amantes de la naturaleza y de la tranquilidad.
Ni los vecinos, ni los visitantes, ni las autoridades quieren cambiar la imagen del acogedor sitio dedicado al turismo saludable. Un rincón maravilloso que destaca por sus olas, brisas y rayos de sol
(Publicado en El Guanche / Bajamar, 2008)