Canto y encanto fusionaron en la inolvidable noche de la final de murgas, celebrado en el estadio Heliodoro Rodríguez López de Santa Cruz.
Plena alegría brilló en los ojos de la afición.
Los versos de las murgas presentados a varias voces emocionaron al numeroso público.
Las variopintas actuaciones suscitaron un entusiasmo muy echado de menos en este lugar hace mucho tiempo por la lamentable falta de triunfos de los blanquiazules.
La inauguración del Heliodoro Rodríguez López como aforo carnavalero en presencia de casi 20.000 espectadores convirtió la final murguera de este año en un momento histórico.
Adaptar las actuaciones del final de las murgas al amplio espacio
Por cierto, el tamaño más grande del aforo cambia las futuras actuaciones de murgas.
Añadir más elementos teatrales es aconsejable, o mejor dicho necesario, para causar bastante sensación en el público, ubicado en las últimas filas.
Los espectadores en el lado enfrente de las tablas se encuentran en una distancia de unos cien metros del escenario.
En este sentido, la actuación de la murga ganadora era ejemplar.
La murga tinerfeña los Diablos Locos nunca va a ser aspirante al Premio Cervantes.
Incluso en comparación con la poesía ingeniosa de muchos de sus competidores, los versos de la marca loca y diablita parecen relativamente burdos.
No obstante, la fuerza de las voces combinadas con varios elementos escénicos y teatrales que culminaron en una final furiosa y frenética, dieron rasgos irresistibles a la presentación murguera.
Aparte del espectáculo, el nuevo aforo podría gustar a los protagonistas por razones muy prácticas.
El Palacio de Deportes de la capital Santa Cruz ofrece un espacio muy amplio en concepto de vestuario, sitio de preparación y almacenamiento de los requisitos.
Es solamente un gatito de gato desde las puertas del Palacio hasta la rampa.
(Publicado en Tenerife Week, 2011)