Hace poco se celebró en La Laguna un congreso de cannabis.
El 8 º Beñesmen De Las Flores presentó la sustancia desde varias perspectivas.
El análisis del cannabis, sus derivados y sus accesorios fue sobre todo enfocado tanto en la cultura y la cultivación como la comercialización y la criminalización.
Los dulces sueños del verano de amor
Al final de la primera década del siglo XXI, hablar sobre cannabis es como escuchar una canción de Melendi.
Mientras la venerada sustancia perduraba, muchos otros símbolos de la contracultura de los años sesenta pasaron página.
Bob Marley, el profeta de la buena hierba, suministró la música favorita de los consumidores de cannabis.
El intérprete predilecto lamentablemente desapareció hace casi unas tres décadas por no curables problemas pulmonares.
Los CDs sustituyeron al San Vinilio, el disco clásico, a menudo cubierto de portadas adornadas de motivos psicodélicos.
No obstante, un poco más tarde los mp3 remplazaron los compact discs.
El sector de tebeos también está en declive. Por motivos muy parecidos.
En los conciertos, el frio azul de las pantallas de los móviles ha conquistado el sitio de que anteriormente ocupó el caliente color rojo de las llamas de los mecheros.
Sin alguna duda, el mundo se aceleró.
La música siguió a este compás.
Una consecuencia fue invención de los retumbantes sonidos de techno.
En consecuencia las píldoras muy excitantes de éxtasis sustituyeron a los canutos de la marihuana tranquilizadora como estupefaciente favorito.
Los productos de hierba coincidieron con las necesidades de los aficionados del nuevo, muy agitado estilo musical.
Un poco más tarde nació la generación internauta, que está pegada al monitor durante todas las noches y todos los días.
Lo que necesita son substancias excitantes para mantenerse despierto.
Estimulantes que provoquen dulces sueños no le sirve como fuente de inspiración.
El congreso de cannabis destacó por su anhelo de nostalgia
Evidentemente, la vida sigue cada día más rápida.
Esa permanente aceleración también provoca un anhelo insaciable por los buenos viejos tiempos.
La nostalgia se ha convertido en un negocio muy rentable por razones demográficas.
Como consecuencia, se dejó de hablar de forma menospreciada de los “abuelos”.
Los poetas de la publicidad han bautizado la actual generación la de tercera edad los “golden agers “, personas de “edad de oro”.
Para satisfacer las necesidades de esta gente, la industria cultural española regaló al mundo Melendi.
El cantante asturiano con rizos de rasta y – hasta hace poco – exclusivamente intérprete de rumba, canta sin pausa y prisa de los pantomimas y payasos que estén en todas las calles.
Y por supuesto, homenajea a los consagrados humos, provocados por la hierba buena que entonces crecía y florecía en cada balcón y en cada terraza.
Melendi recicla los vestigios de la contracultura del verano de amor para dar a todos los públicos las ansiosamente esperadas cucharas de nostalgia, consumibles tanto rápidas y como superficiales.
El asturiano ofrece una banda sonora para todas las situaciones durante el paseo por la vida, preferible consumida por los altavoces en el coche durante atascos.
En una época que destaca por la falta de tendencias musicales, sus propuestas musicales completamente coinciden con todas las teorías sobre la sostenibilidad y la razonable utilización de residuos.
La normalización del consumo de cannabis
A pesar del interés decreciente de muchos de los jóvenes contemporáneos en la sustancia favorita de la generación hippie, hay una tribu de consumidores empedernidos.
Es una muy fiel afición al Cannabis que se parece mucho al pueblo de los incombustibles en las viñetas de Asterix.
Algunos incansables que mantienen en pie la bandera, en la que brilla la carismática hoja.
Las tribus cannábicas en España parecen gotas de agua que están dispersas en todo el territorio nacional.
Hay que unirlas en mares, como aconseja el cantante Macaco en su tema “Moving” para conseguir la “normalización” respecto al consumo de cannabis.
Para alcanzar este objetivo, varias asociaciones afinadas a esta sustancia, organizaron a finales del mes pasado un congreso de Cannabis en La Laguna: el “8º Beñésmen de los flores”.
El acto consistió de una serie de charlas, talleres, conferencias y tertulias.
Al programa del congreso de cannabis pertenecieron conciertos de artistas, compatibles con la bandera de la inconfundible hoja verde, en varios sitios de la ciudad universitaria tinerfeña.
Los patrocinadores del acto también presentaron sus surtidos en marco del congreso.
Ellos ofrecieron accesorios de consumo, semillas de varias clases con una amplia gama de sabores, aromas y efectos psicoactivos y productos de merchandising, pegatinas entre otros.
Mucha sensación causaron los libros de la cocina cannábica que explican como se debe ingerir el cannabis en bebidas y comidas.
Muy recomendables sean platos graciosos como papas rellenadas con mantequilla de Marihuana o la especialidad de queso para cuatro personas: el “Fondue de risas”.
El ganador del concurso de la repostería cannábica pudo llevarse un armario de cultivo de una altura 160 cm.
El congreso de cannabis ofreció debates sobre salud y seguridad
Por supuesto, el cannabis, la sustancia a la que las asociaciones organizadoras deben su nombre, estaba muy presente en muchas charlas y tertulias del congreso de cannabis.
Un experto en medicina expuso que el peligro de cáncer para los consumidores de cannabis no está principalmente causado por el THC de la sustancia sino que por ingredientes adicionales.
El consumo puro de la sustancia mediante de un narguile sea menos insalubre, por falta del tabaco y el papel del canuto.
Además subrayó la importancia de Sativex.
Ese fármaco producido por el multinacional alemán “Bayer”, es un derivado de la clase “Cannabis Sativex” utilizado por médicos para paliar dolores.
Además sirve como medicina en el proceso curativo de un gran número de enfermedades.
El congreso de cannabis destacó por su muy particular ambiente
Muchos participantes añadieron al aire humos cannábicos.
Fumaron sus narguiles, pipas y porros para llegar a una percepción más intensiva de las ponencias.
Lamentablemente, la consumición de cannabis no es simplemente un placer.
Ese hecho puso en claro el debate central bajo el lema “Drogas, Salud y Seguridad Ciudadana” en el Ateneo lagunero.
En la conferencia participó el candidato socialista a la alcaldía en los próximos comicios, Gustavo Matos Expósito.
Guillermo Guigou, concejal del grupo Ciudadanos por S/C en el ayuntamiento de la capital tinerfeña y psicólogo especializado en prevención fue uno de sus interlocutores.
La abogada Alicia Mujica y Martín Barriuoso de la sección vasca de la Federación de Asociaciones Cannabis también participaron en el acto.
Todos afirmaron que estimulantes de fiesta, sean tabaco, bebidas, cannabis u otros, pueden afectar a la salud.
Las formas de estimulantes y los valores de la sociedad
La aceptación social de los estimulantes y drogas depende siempre del sistema de valores de una sociedad y su cultura.
En el mundo arábico, por ejemplo, todas las formas de alcohol son estrictamente prohibidas.
No obstante, la prohibición no sea la solución idónea.
La Ley de la Prohibición de alcohol de EEU en los años treinta fracasó completamente no cumplió con las intenciones de los legisladores sino que fracasó por completo.
No obstante, dejó como herencia la criminalidad organizada y bandas muy poderosas.
Por eso, Guillermo Guigou lamentó la falta de una prevención, realista y objetiva.
Según el psicólogo, hay que informar a las jóvenes sobre drogas y estimulantes en lugar de restricciones arbitrarias que llevan consigo el estímulo de probar las frutas prohibidas.
Según Guigou, hay varias maneras de consumir las sustancias psicoactivas, sean alcohol o cannabis.
Es posible disfrutarlas como estimulantes de fiesta o abusarlas para evadirse de problemas sociales y personales, de una realidad aparentemente insoportable.
Y todo el mundo sabe que el abuso de un medio o un acto estimulante puede causar una adicción.
Eso también vale por bebidas como el café, las tragaperras y los casinos de juego.
El consumidor: perdido entre definiciones e interpretaciones
El problema principal en la vida cotidiana de los consumidores de cannabis es jurídico.
Por supuesto, en España el comercio de cannabis es ilegal.
No obstante, el consumo de la dicha sustancia calificada desde distintas perspectivas como estimulante, droga o estupefaciente es legal.
Gracias a una sentencia del tribunal supremo fallada en los últimos días de Franco.
El cultivo de cannabis sólo alcanza relevancia jurídica penal en la medida en que el proceso de su puesta en marcha persiga como finalidad la obtención de droga con ánimo de traficar.
en el amplio sentido de la palabra, quedando excluidos por su irrelevancia el cultivo de la planta de la marihuana destinado al autoconsumo, o a cualquiera de las modalidades de utilización exentas de punición.
Pero, como muchas veces, la definición jurídica de un hecho legal y la aplicación de la amplia gama de leyes que regula la vida cotidiana no exactamente coinciden.
La producción, el comercio y el consumo del tabaco y de las bebidas alcohólicas tampoco están prohibidos por la ley.
Pero provisto de restricciones, por ejemplo en referencia a la edad del consumidor y al lugar del consumo.
La Ley de Orden Público castiga a los consumidores de cannabis
A menudo, la afición al cannabis se ve afectada por las consecuencias que resulten del artículo 25 de la Ley de Orden Público.
Según ese artículo indica como infracción de carácter grave: “El consumo en lugares, establecimientos o transportes públicos, así como la tenencia ilícita de drogas toxicas, estupefacientes o sustancias psicotrópicas, así como el abandono de útiles o instrumentos utilizados por el consumo”.
Puede ser, que las últimas palabras del artículo se refieran a instrumentos de pincharse como jeringas.
No obstante, la Ley deja un margen muy amplio en referencia tanto a la valoración y clasificación de las sustancias como a la definición del espacio público.
Eso ofrece a un policía la posibilidad de interpretar una infracción, posible y merecida de ser sancionado, a su manera muy particular.
El hallazgo de una cantidad mínima de Marihuana en el bolsillo de la chaqueta del copiloto durante una inspección policial de un coche en la carretera entre Buenavista y el Teide a las cuatro de la madrugada resultó en una multa de 400 Euros por el “transporte y la tenencia ilícita de estupefacientes en una vía pública”. Y eso no es un caso singular.
Por formar parte de la Ley orgánica, no es probable que haya cambios del artículo 25, respecto a la sustancia cannábica, sobre todo después de la experiencia del fracaso de la legalización general de las drogas en los años ochenta.
El congreso de cannabis: Europa no es modelo
Una adaptación de la legislación a las normas europeas no modera la situación de los consumidores españoles.
Las Leyes en la mayoría de los estados de la Unión Europea son mucho más restrictivas, sobre todo en el Oriente del continente donde aún la posesión de una cantidad mínima es valorada como infracción penal.
En España la posesión hasta 40 gramos de cannabis está valorada como autoconsumo, en Lituania menos que un décimo de la cantidad mencionada significaría una pena de arresto o prisión.
Por eso, las asociaciones y federaciones del sector cannabicero apuestan por una solución nacional para normalizar la situación del consumidor y quitarse el estigma del drogadicto.
Para lograrlo, hacen una estricta distinción entre los estimulantes basado en cannabis y otras drogas.
El congreso de cannabis analizó perspectivas locales y mundiales
La Federación de Asociaciones Cannabis (FAC) ha desarrollado un modelo de la producción y del suministro del estimulante para moderar tanto la situación del consumidor como crear una fuente de valores económicos en lo que participaría la Tributaria de Hacienda por impuestos.
Autocultivación y control de calidad son los elementos del conjuro para el futuro consumo de cannabis. La FAC propone la fundación de clubs, organizaciones sin lucro matriculadas en el registro de asociaciones, que tienen locales para el consumo de cannabis y el reparto de raciones de la sustancia a los socios.
Para evitar problemas legales respecto a la Ley del Orden Público, el acceso al local de una asociación es muy restringido y para menores no permitido, muy parecida a la reglamentación del acceso a establecimientos de espectáculos y locales con venta de alcohol.
Todos los socios abonan una cuota y definen anteriormente la cantidad necesaria de productos cannábicos, como marihuana o derivados como aceite, entre otros, para cubrir su consumo anual.
Estas cantidades están producidas por cultivadores de confianza y sometidas a inspecciones periódicas para garantizar la alta calidad del producto.
Además, la intención de explotar el cannabis de esta manera es la creación de un mercado adicional en el ámbito de la agricultura en forma de pymes de (auto-) cultivación de cannabis y la exclusión de los camellos anónimos del negocio.
Al nivel de la macroeconomía, el modelo del abastecimiento por medio de autocultivadores supone retirar también importantes cantidades del mercado negro, cuyos enormes beneficios acaban en las manos de una mafia o sirven para la financiación de guerras civiles en los países asiáticos y latinoamericanos, según los promovedores de la autocultivación.
Cannabis y alcohol “hecho en Canarias”
Aprovecharse de la identidad regional para la explotación de pequeños mercados en el ámbito de productos estimulantes no está completamente desconocido en la isla chicharrera.
Hace poco, una destilería tinerfeña presentó sus productos bautizados “Ron Aguere” y “Ron Santa Cruz” en presencia de autoridades locales y regionales.
El lema publicitario reivindica: “Dígame qué bebes y te digo de dónde eres.”
Eso es, digamos, un poco peculiar, porque muchos consumidores de ron siguen empinando el codo en una juerga tras haber pasado el punto de saber “dónde están”.
Al fin, no es muy claro como el propio Melendi mira las cosas.
Por cierto, se quitó los rizos de rasta.
Y ahora lamenta sobre la tortura de los “besos de Judas” de una “Barbie de Extrarradio”.
Además, pasó mucho tiempo gastando demasiada pasta en un “bar del Caribe en una carretera general” sin encontrar consuelo deseado.
En la portada de su actual disco y en los anuncios se presenta con torso de culturista.
Y todo el mundo se pregunta: ¿Es obra de Photoshop o ha cambiado de verdad todos los vicios por ejercicios en un gimnasio?
(Publicado en Tenerife Week, 2011)