En los sitios rurales tinerfeños como Teno Alto, las tradiciones están vinculadas estrechamente tanto a la nostalgia como al pasado.
En general, se trata de costumbres, actos, ceremonias o quehaceres que han perdido, muchas veces, su esencia o su importancia y su función en la vida actual debido a la evolución social y al desarrollo tecnológico.
Entonces, las medíanas de las montañas de Teno sirvieron como “despensa” de muchas partes de la isla tinerfeña.
En estas zonas muy remotas, se cultivaron legumbres, hortalizas y frutas en campos y terrenos pequeños, instalados como terrazas debido a la cuesta.
El crecimiento de la población en la isla impulsó la importación de grandes volúmenes de comestibles.
Como consecuencia, las huertas y los campos aislados perdieron su competitividad.
El cultivo en los valles y las laderas a una altura de 800 metros no solo era una tarea muy laboriosa, sino que el transporte de la cosecha a los mercados y a las tiendas en la zona costera, además, llevaba mucho tiempo.
Llegar a Teno Alto nunca fue sencillo
Un ejemplo es Teno Alto, un pueblo de larga historia, ubicado a una distancia de unos diez kilómetros de Buenavista del Norte, en el extremo oeste de la Isla Baja.
El pueblo tiene una ermita y un caserío.
En los alrededores del núcleo hay un gran número de casitas muy dispersas, hogares de los medianeros, que, entonces, cultivaban los terrenos de propietarios residentes en grandes mansiones y fincas en ciudades como Buenavista, La Orotava e incluso La Laguna.
La vida en Teno Alto nunca fue fácil, sobre todo por su ubicación aislada e inabordable.
En los años 70 del siglo pasado, el Gobierno insular construyó el primer camino rural al pueblo vecino de El Palmar, que se convirtió en un carril de asfalto unos diez años más tarde.
Hoy en día, este acceso de subidas y de un gran número de curvas, lleno de baches en varias partes, sirve como símbolo de una vida rural penosa para los visitantes, que provienen en su mayoría de zonas equipadas de conveniencia urbana.
La central plaza de Bailadero en Teno Alto es el punto de salida de la ruta guiada Ruta de tradiciones, que organiza El Cardón, una empresa de Buenavista que se dedica a organizar excursiones.
Hasta el momento, el motivo al que debe la pequeña plaza su nombre es un misterio.
La explicación más lógica y evidente es que en la plaza, delante de la ermita, se celebraban los bailes de las fiestas veraniegas.
Pero otros afirman que “bailadero” proviene de “baifo”, expresión guanche de “cabrito”, el ganado más popular en toda Canarias.
La tercera versión rinde tributo a la superstición, fenómeno muy común entre los pobres campesinos, y dice que las brujas celebraban sus rituales en este lugar.
Los campesinos vivían en cabañas de piedra labrada
En los alrededores de Teno Alto, las consecuencias de la suspensión de la agricultura tradicional son muy visibles.
“La naturaleza recupera el terreno”, explica Rosalía, la guía domina tanto el alemán como el español.
Añade que los “brezos son las primeras plantas en extenderse por los suelos que servían anteriormente para el cultivo”.
El gran número de antiguas casitas de piedras en ruinas confirman sus palabras.
No obstante, hay un gran número de huellas de la colonización de la zona.
Después de la Conquista, los españoles tuvieron que adaptarse a condiciones de vida muy duras.
Como los aborígenes, vivían en cuevas antes de construir cabañas de piedra labrada.
Es una zona muy idílica.
Al borde de los caminos lucen los azules pétalos, de una flor de poca talla y muchas ramificaciones.
Sorprendentemente, esta pequeña planta pertenece al mismo género que el emblemático tajinaste.
Ese símbolo del Parque Nacional de las Cañadas del Teide que destaca por su tronco elevado y delgado – está adornado de una densa capa de cálices y también muy presente en muchos jardines.
Junto a los montes de Anaga y las laderas del barranco del Infierno de Adeje, Teno pertenece a las zonas más antiguas de Tenerife.
Las galerías eran las fuentes de agua potable
Erupciones posteriores vincularon los tres islotes y también crearon el volcán del Teide, como muestra Rosalía en ilustraciones que trajo en su mochila.
Además, lleva en la mochila gorras, en caso de que alguno de los participantes necesite protección solar adicional.
Las galerías están normalmente lejos de los hogares. Ellas son potencialmente peligrosas porque en su interior se pueden acumular gases tóxicos.
Desde siempre, el gran problema tinerfeño era el abastecimiento de agua.
Hay centenares de galerías cavadas en los montes en toda la isla, túneles, en muchos casos, de
una longitud de unos cientos metros para llegar a fuentes de agua potable, que provienen de las precipitaciones.
Por eso, los medianeros construyeron pilas impermeables de toba para recoger el agua de lluvia y tener abrevaderos y lavabos en las cercanías de sus hogares.
Los lavabos, además, servían como punto de encuentro de las mujeres donde la presencia de hombres era mal vista.
La “tagora” es otro testigo mudo de la vida dura en las medianas, una pila formada de grandes piedras escondida entre arbustos que ofrece la posibilidad de descansar a los pastores y les protege del viento.
En Teno, la región tinerfeña más occidental, destaca por sus condiciones climáticas muy duras.
Incluso en la primavera es posible sufrir frío debido a temperaturas muy bajas, los alisios soplan muy fuerte sobre el terreno todo el año.
El aislamiento de la zona es un factor que afecta todos aspectos de la vida.
Los médicos tardaron dos días en llegar a Teno Alto
Durante siglos, el enlace a Buenavista más rápido era el Camino de Risco, un sendero muy inclinado, de una longitud de unos cuatro kilómetros y una duración de más de cuatro horas.
Los novios bajaban por ese camino para casarse en el núcleo costero.
Luego subieron otra vez para celebrar la boda con parientes y amigos en su hogar.
En caso de enfermedad se llamaba al médico de misma manera.
Normalmente, pasaban dos días hasta la visita, porque el doctor tomaba la ruta por El Palmar para
atender otros pacientes por el camino.
Incluso los muertos pasaban por el Camino del Risco en su ruta al cementerio.
En este caso había ataúdes de transporte, depositados en lugares secretos y escondidos, cerca del punto de salida.
Los pastores siempre caminaron equipados de una lanza por los terrenos inaccesibles de las medianas de Teno, una herramienta imprescindible para superar obstáculos y fosas mediante del denominado “salto de pastor”.
Se trata de una lanza de madera, de una longitud de más o menos tres metros, más grueso en un extremo.
La punta consiste de un pico, antes de piedra, hoy de metal, para encontrar apoyo en el suelo.
La zona de enlace de las materias diferentes está cubierta de una funda protectora de piel.
El salto de pastor está arraigado en la tradición rural
En la Ruta de Tradiciones, es tarea de algún joven cabrero mostrar a los participantes el manejo correcto de la lanza del pastor, quien dice que la “esencia de todo es la flexibilidad de rodillas”.
Hoy en día, el “salto de pastor” se ha convertido en una disciplina deportiva y alpinista que causa mucha sensación a los espectadores.
En los tiempos de los pastores antiguos, los saltos eran menos espectaculares.
La función principal del garrote era suavizar el choque en el suelo.
Otra técnica consiste en deslizar abajo al palo con las manos, mientras los pies quedan en el suelo.
Probarlo no es recomendable para novatos, porque en días calurosos la muy seca madera puede quemar sus palmas.
Los campesinos de Teno Alto siempre tenían que adaptarse a su entorno.
No solo sufrían las condiciones climáticas, sino que sabían también aprovecharse de las fuerzas de la naturaleza.
Ejemplo son las eras redondas, de un perímetro de unos veinte metros, delimitados por muros de una altura de unos 150 centímetros.
En estas instalaciones, los bueyes arrastraban los trillos sobre la cosecha de cereales puesta en el suelo de piedra.
Los granos caían abajo y, tras la trilla, el viento soplaba la paja por un hueco en el muro anteriormente tapado.
La vida aislada requería autoabastecimiento a todas luces, pero de vez en cuando, incluso los medianeros necesitaban el apoyo de especialistas, por ejemplo para tejar los techos.
La vida aislada en Teno Alto requería autoabastecimiento
Para garantizar un trabajo eficaz y económico de los artesanos que venían de afuera, los campesinos realizaban todos los preparativos cuidadosamente y de antemano.
En general, tres maestros, cada uno responsable de su parte particular, amasaban, formaban y cortaban dos mil tejas en un día para cocerlas durante la noche siguiente en un horno de tejas que estaba formado de dos plantas.
En la parte de abajo estaba el leño, en la parte superior las piezas.
Los artesanos aprovechaban la oscuridad para confirmar el cambio de las llamas del amarillo al rojo, indicador imprescindible para producir tejas de una calidad constante.
Los tejeros siempre confeccionaban una cantidad superior a las necesidades de la edificación nueva para dar a vecinos de la zona, con techos rotos, la ocasión de abastecerse con repuestos.
El horno de tejas está fuera de servicio hace mucho tiempo
Es la tarea de Rosalía visualizar la producción artesanal de tejas.
No es experta de este oficio ni capaz de llegar a las cantidades de los maestros de las épocas de entonces.
Pero sabe las técnicas básicas e incluso trae un bidón de agua preparada antes de empezar la ruta guiada.
Luego llena un molde rectangular con una ración de masa, la rasca con un listón, añade algunas gotas de agua y alisa la superficie con las manos.
“Es un poco como hacer un bizcocho”, explica sonriendo mientras mezcla arena, cal y agua en un cubo para producir una masa elástica.
A continuación, corta la teja sobre un pequeño tonel para darle su forma semicircular.
Y acaba la presentación.
No se cuecen los ladrillos por varias razones.
Encender un fuego en zonas remotas siempre es peligroso.
Además, el horno de tejas de Teno Alto está fuera de servicio desde hace mucho tiempo.
Se utilizó por la última vez en el año 1953.
Hace unos doce años se tuvo la idea de reactivarlo en concepto de demostraciones de artesanía tradicional.
No obstante, la iniciativa fracasó por falta de conocimientos respecto a la consistencia exacta de los antiguos ladrillos de la zona, una información básica para llegar a resultados aptos.
Más informaciones sobre Teno Alto:
www.elcardon.com
info@elcardon.com./ Tel: 922 12 79 38
(Publicado en Megawelle, 2011 – 2016)
