El proyecto Ópera de Tenerife intenta acercar la gente a la opera.
Porque muchas personas no saben nada del canto lírico.
A ellos la opera les parece un mundo remoto y raro.
No obstante, las funciones de opera pueden ser muy divertidas e incluso sorprendentes.
Un ejemplo es la versión de “Don Quijote”, puesta en escena por el Auditorio de Tenerife.
El proyecto Ópera de Tenerife presenta “Don Quijote”
Solo el bedel está en el escenario. Tiene la fregona en las manos y el cubo de agua junto de los pies.
Delante del gigantesco telón se queja sobre su aburrida faena, el vacío de su vida en general.
De repente suena una voz desconocida en “off” que le dice que la vida tiene una amplia gama
de posibilidades por descubrir.
En un primer momento, el bedel se asusta, luego sigue escuchando atentamente.
Los niños en las butacas de la amplia Sala Sinfónica del Auditorio de Tenerife “Adán Martín”, ubicada en la capital tinerfeña de Santa Cruz, se asombran, a veces se ríen.
Muchos de ellos llevan una gorra de papel en la cabeza que difunde un toque medieval.
Milagrosamente, el telón se levanta y muestra un libro abierto extremadamente grande del que sale una muchedumbre para secuestrar al pobre limpiador del escenario.
Ellos le llevan al mundo fantástico, cuenta con mucho entusiasmo la enigmática voz.
Luego, en el fondo del escenario se ilumina un decorado de casas rusticas con el arco de un puente hecho de piedras pesadas que se tiende sobre del libro.
Una coreografía inspirada en los bailes canarios tradicionales
Enseguida empieza una fiesta popular.
Mujeres y hombres llenan todo del escenario, bailan, saltan y se giran, solos, en pareja o en grupo.
La coreografía está inspirada en los bailes canarios tradicionales.
No obstante, algunos detalles desvelan que todos los bailarines tienen una formación de ballet clásico.
Enseguida, Dulcinea canta su aria para hacer saber a los otros sus futuros proyectos.
Mientras, los chicos del pueblo empiezan a cortejarla.
Llega Don Quijote.
El caballero, vestido con una armadura junto a su inseparable compañero Sancho Panza (en el que
se ha convertido el bedel del principio), montan en caballos de columpio e interactúan con los paisanos.
Al atardecer, tras un duelo con un rival, Don Quijote confiesa su amor a Dulcinea y pide sin éxito su mano.
Ella se escapa.
La novela de Cervantes inspiró a Massenet para su opera
El libro se cierra, se levanta y muy despacio y se da la vuelta para convertirse en una típica torre de molino de Castilla La Mancha, la región en la que está ubicada la novela Miguel de Cervantes que inspira al compositor francés Massenet para componer su obra lírica.
Como consecuencia, Don Quijote y Sancho Panza cabalgan a través de la niebla, proveniente de la maquinaría de efectos especiales, y acaban en manos de ladrones peligrosos.
Amenazado por la hoja de una espada en su garganta, el caballero llega a negociar su liberación.
El gran final tiene lugar en una taberna rústica, donde todos los componentes del reparto bailan, incluso en las mesas y Dulcinea finalmente se rinde al cortejo del Don Quijote.
La función acaba y centenares de niños empiezan fervientemente a aplaudir.
La producción de “Don Quijote” forma parte del ciclo de Ópera de Tenerife, un proyecto del Cabildo de Tenerife, apoyado por el Gobierno de Canarias y en el están involucrados el Auditorio de Tenerife “Adán Martín” y la Orquesta Sinfónica de Tenerife.
Tenerife intenta mantener la tradición del canto lírico
Uno de los objetivos es mantener la tradición de este género artístico en Tenerife.
En los años 40, las grandes producciones empezaban a hacer escala en Tenerife para presentar su obra en la isla como preludio a su gira iberoamericana.
Por eso, desde su inauguración en el año 2003, la ópera siempre ha formado un pilar importante de la programación del Auditorio de Tenerife.
En la actualidad, el proyecto “Opera de Tenerife” da un paso más para crear un tejido profesional y incluir a todos los sectores del arte existentes en la isla en la producción de la ópera.
“Hay coproducciones con otras casas europeas y el intercambio de conceptos de óperas completas a medio plazo”, dice José Luís Rivero, director artístico del Auditorio.
La producción de una opera es un trabajo en equipo, marcado por la división del trabajo.
Cada parte prepara su contribución independientemente antes de reunirse con el resto para el montaje.
Los ensayos en el escenario empiezan dos o tres semanas antes del estreno.
Para su realización, la dirección del Auditorio de Tenerife apuesta por las empresas locales al tiempo que ofrece oportunidades a talentos que dan los primeros pasos de su carrera musical en la propia casa.
De esta manera, estudiantes de la Escuela Superior de las Bellas Artes Fernando Estevéz han aportado el cartel y partes del decorado.
El decorado del gran libro esconde una estructura metálica con ruedas que se puede erigir y plegar para convertirlo en el muro de un pórtico.
El libro está realizado por una empresa tinerfeña, al igual que el diseño de vestidos, la costura y los servicios de sonido e iluminación.
El director musical de “Don Quijote”, el italiano Alessandro Palumbo, completó sus estudio de piano en la ciudad alemana de Rostock, antes trabajar como repetidor en las óperas del Auditorio, como “Nabbuco”, entre otras.
El proyecto Ópera de Tenerife apuesta por los jóvenes talentos
La producción de “Don Quijote” le ha ofrecido la posibilidad de estrenar como director una función que requiere una buena sintonía y un trabajo codo a codo con el coreógrafo y la directora de escena.
Durante la actuación, un ojo siempre sobre la partitura, mientras con el otro mira a los músicos en el foso y los actores en el escenario.
El director determina el ritmo y compás de la actuación, un reto del que Alessandro disfruta: “es que como solista siempre ensayas solo en casa”.
“Don Quijote” forma parte de un abanico de óperas que se estrenan en el Auditorio a lo largo de la temporada.
La producción de cada obra lírica tiene una antelación de un año como mínimo.
Todo lo que el Auditorio presenta tiene que encajar bien en la filosofía de la casa.
Un pilar importante es la tradición de oferta musical ofrecida hasta el momento en su programación.
Pero también hay que tener en cuenta tanto la evolución del gusto del público como las funciones culturales y sociales de una institución, financiada por dinero público.
Una tarea muy importante es la formación cultural del ciudadano.
En este sentido, “Don Quijote”, una producción para toda la familia, sirve para aproximar a lo niños una forma de arte que normalmente está vinculada con toques elitistas.
Las obras del proyecto Ópera de Tenerife se adaptan al público
“Queremos estimular que los jóvenes pierdan el miedo, que dejen de pensar que no es para ellos”, manifiesta el director artístico del Auditorio de Tenerife “Adán Martín”.
“La ópera no está fosilizada. Es un género vivo”.
Los “niños son muy exigentes y muy agradables al mismo tiempo“, resume Alessandro Palumbo en su experiencia de estreno como director musical.
Además, hay que adaptar la obra a la percepción de los espectadores más jóvenes.
“Por eso, sacamos de las obras que nos interesa”, dice Rivero.
“Mantenemos la estructura, pero es importante que la obra acabe bien y tenga una visión, un espíritu
positivo.”.
En el caso de “Don Quijote” el “tratamiento libre del formato” se plasma en la reducción de una duración de dos horas a 75 minutos.
Para evitar esfuerzos excesivos de los niños: “hemos mantenido la esencia musical mediante de una selección de arias.
Además, hemos cortado el triste final de la ópera de Massenet para dar un mensaje positivo y transmitir valores como amistad y el trabajo bien hecho.”
A diferencia del público adulto que disfruta la un espectáculo musical como un acto singular, para los niños “la actuación siempre debe ser una parte de una excursión”.
Para garantizar que los pequeños espectadores lleguen preparados al Auditorio, Ópera de Tenerife hace llegar de antemano materiales pedagógicos para su uso en las aulas, con el fin de que posteriormente haya un proceso de reflexión.
(Publicado en Megawelle, 2011 – 2016)