Ilusión, pasión, dolor . . . .la celebración solemne de la Semana Santa marca la tradición cultural de La Laguna. No obstante, los actos requieren muchos ensayos y una adecuada preparación. Antes de la procesión hay que revestirse.
Además, la documentación gráfica y fílmica refleja la evolución de la ciudad y las circunstancias en la vida
de los habitantes de la ciudad universitaria tinerfeña durante las últimas décadas.
En los años cincuenta, unos aficionados despegaron desde el aeropuerto de Los Rodeos para sacar imágenes a la vista de pájaro de las procesiones en las calles.
Hace una década, los carteles de empresas de construcción en el fondo de las fotos señalaban los trabajos de rehabilitación y de peatonalización de las calles más prestigiosas del casco antiguo lagunero.
Hoy en día, la bien diseñada web de la Junta de las Hermandades y Cofradías demuestra que la alta tecnología y las tradiciones religiosas no son polos opuestos.
Antes de la procesión María se pone el hábito y el capirote
Las procesiones de Semana Santa de la Laguna son una expresión cultural colectiva de la ciudad y de los habitantes, y también están muy vinculadas a experiencias individuales y recuerdos muy íntimos.
Para María del Cristo, las ceremonias de la Semana Santa son recuerdos muy familiares desde su niñez.
Sus padres también pertenecen a una cofradía que muestra las imágenes titulares en las calles del casco antiguo de La Laguna.
María salió en procesión, la primera vez, hace veinte años: “En casa era siempre algo normal, no forzado, ni impuesto, pero vivido“, manifiesta la administrativo municipal de treinta y seis años, y añade que su hijo también empezó a salir en procesión el año pasado.
Todos los años a la excesiva alegría carnavalera sigue la Cuaresma, el tiempo contemplativo, la temporada “de recordar”, para “recogernos, mentalmente, de corazón“.
Para María, como para muchos creyentes, la época anterior de la Pascua sirve para “meternos en la dinámica sosegada, más espiritual“.
En estos días, las cofradías y las hermandades preparan sus salidas a la calle.
Los Sacramentales, los De la gloria y los Penitenciales se diferencian
Las altruistas asociaciones religiosas arreglan los “tronos“, como denominan a las grandes imágenes de los santos y a las escenas bíblicas que sacan en la calle durante las procesiones y ensayan también la sintonización entre los equipos encargados de conducir las pesadas imágenes por calles, callejones y portales de las iglesias.
Hay tres tipos de hermandades. Los Sacramentales y los De la gloria, vestidos con trajes negros, que acompañan a la Virgen o a las imágenes sacramentales de la comunión de Cristo.
Los Penitenciales, que salen tapados.
Estos son muy reconocibles por su hábito y acompañan a las imágenes de Cristo.
En su cabeza llevan el capirote, marca y símbolo de todas las actividades de La Semana Santa.
Cada cofradía de los Penitenciales destaca por los colores y complementos de su hábito.
Como miembro de la Hermandad del Santísimo de la Santa Iglesia de Catedral, sección penitencial, María del Cristo siempre sale tapada.
Su hábito consiste en capirote, capa, túnica, cíngulo, calcetines y zapatos negros.
Algunos elementos son simbólicos. Tanto el capirote como la capa expresan la penitencia.
Un sombrero muy parecido al capirote es el que llevaban en la cabeza los condenados de la Inquisición.
La capa, que arrastra por el suelo, es señal y expresión del cargo y del peso de los pecados propios. El cíngulo es un tipo de cinturón que ajusta el hábito.
El hábito facilita al penitente a retirarse dentro de sí mismo y a concentrarse en su propia penitencia.
El hábito garantiza el anonimato, no solo tapa el rostro sino todas las partes del cuerpo.
El Maestro de Ceremonias dirige el grupo durante la procesión
Incluso la piel de los dedos está escondida de las miradas del entorno. Según María, la intención de los penitenciales es “vivir la sensación y el dolor que Cristo sufrió en su época y reflexionar qué pasó desde la Última Cena hasta la Resurrección” durante las procesiones de Semana Santa.
Aparte de su pasión particular, los cofrades en la calle forman parte de un conjunto cuya actuación está organizado por un miembro destacado.
El denominado Maestro de Ceremonias toca con su barra en el suelo para poner al grupo en marcha y marcar el compás de la procesión. La ausencia del sonido es motivo para parar.
Marchar firme en la procesión requiere práctica y no es tan sencillo como parece a primera vista, porque “con capirote no tienes plena vista”.
Por eso, los penitenciales sin experiencia tienen que ser muy atentos para estar en fila y no despistarse. Hay que también acostumbrase a los flashes de las cámaras de fotos del público en las calles, para evitar perder la concentración por deslumbramiento.
Eso sería fatal, porque en el peor de los casos “todos caeríamos como piezas de dominó”.
Para evitar tropezones, también es necesario prestar atención al suelo, por los adoquines, por ejemplo, y sobre todo en la procesión de la madrugada del Viernes Santo.
Este desfile, “precioso y sentimental” por la oscuridad nocturna, ya que todo el alumbrado de la ciudad está apagado, da a los participantes “la sensación de vivir la muerte del Señor”.
Para el público en general las ceremonias, las vestiduras de las hermandades y las cofradías de la Semana Santa de los penitenciales, están llenos de misterio.
Un documental retrata a las hermandades antes y durante de la procesión
Hace unos años, la Junta de la Cofradía de La Laguna organizó exposiciones y actuaciones adicionales durante la Semana Santa para informar sobre el trasfondo de las procesiones, de las hermandades y de las cofradías cuyas miembros quieren “vivir la fe sin complejos”.
El año pasado se estrenó Pasos en aire, un documental que retrata el trascurso de una Semana Santa, que empieza por las preparaciones en las trastiendas de las hermandades y de las iglesias hasta el Domingo de Resurrección.
Junto con entrevistas a veteranos, la película da una visión general de los preparativos, de la costura de los hábitos, de los ensayos de los desfiles y del desfile de las pesadas y voluminosas imágenes por las calles, callejones y estrechos portales de las iglesias.
Además, el documental ofrece enfoques asombrosos y sorprendentes de las procesiones, como imágenes panorámicas, perspectivas desde los balcones laguneros y los callejones laterales y la visión de los propios participantes por los agujeros en la tela del capirote.
Los directores incluso montaron una webcam en la parte de arriba de un cruce para atraer la mirada del espectador en la pantalla.
Informaciones adicionales y las fechas exactas de las procesiones están a su disposición:
www.hermandadeslalaguna.com
(Publicado en Megawelle, 2011-2016)