Los misterios de la Orotava no se descubre de primera vista.
Hay que ser muy atento. Hay una gran variedad de maneras de acercarse a lugares para descubrir su esencia.
Se puede mirar las calles y los alrededores, analizar los edificios y explorar su historia.
Todo depende de la perspectiva particular de la haga o hace.
Para un repartidor de una empresa capitalina, el municipio de La Orotava consiste sobre todo en varias salidas de la autopista TF 5 y el polígono industrial de San Jerónimo.
Amantes de la naturaleza vinculan La Orotava con el Parque Nacional de las Cañadas del Teide.
Bañistas piensan en las playas de Bollullo a la falda de acantilados y accesible por estrechos caminos que pasan por plataneras.
Los turistas culturales recorren las adoquinadas calles del casco antiguo.
Ellos admiran la catedral de estilo barroca, acabada dos siglos después del apogeo de dicha época artística.
Los aficionados a las tradiciones se entusiasman por sacar imágenes de la romería de los artesanos.
En el Museo Etnográfico del término de Pinolere se celebra la anual feria artesanal.
Además, el municipio alberga la privada Universidad Europea, recientemente instalada, probablemente también para llenar elegante y silenciosamente vacios pisos, vestigios del auge de construcción, hundido en la crisis económica de la última década. .
Sin embargo, es también posible, acercarse a la historia y los orotavenses mediante de un puño de de escenas teatrales.
La ruta teatralizada empieza en la Sala de Actos del Ayuntamiento
“Un lugar llamado La Orotava” es el título de la “obra teatral en movimiento” de Manuel Luís y Antonia Jaster que intenta desvelar los misterios de la Orotava.
La ruta guida teatral empieza en el salón de plenos del Ayuntamiento.
“Soy La Orotava, ciudad única y mágica, en la que las tradiciones están vivas, los artesanos realizan su trabajo y la tierra fértil alberga las raíces de las viñas.
¡Bienvenidos, conozcan mi esencia, agudizan sus sentidos y sean curiosos. Tengo mucho que contar!”
Con esas palabras saluda la actriz, que encarna al enigmático ser llamado La Orotava, al público, antes de y bailar con Amador, también vestido con indumentaria histórica.
El baile es la excusa para arrastrarle – y a los asistentes– la escalera bajo a los escalones del enorme portal del Ayuntamiento.
Aquí, la señora La Orotava mira soñadoramente a lo lejos y se entusiasma con el “mar de flores” en el que las famosas alfombras de Corpus Christi transforman anualmente la ciudad.
Luego, alardea que su ciudad ve “salir el sol” “desde hace 500 años” en este “hermoso valle” a sus pies.
A continuación, desaparece con enigmática sonrisa.
Eso obliga a Amador guiar a los asistentes a los otros escenarios repartidos por el centro orotavense.
Músicos acompañan a la excursión.
El sonoro sonido del saxofón no solo ameniza, sino también sirve como señal para ayudar a asistentes, atraídos por la magia de cierto lugar histórico durante demasiado tiempo a reconectarse con el grupo.
La brecha entre pobres y ricos era muy amplia
Desde hace cinco siglos, se fundó La Orotava en el corazón del imperio guanche más poderoso,.
Los ricos vivieron en villas palaciegas, los más pobres se agacharon en los adoquines de las calles para pedir limosna con rostro cubierto
Se celebraron magníficos festivales.
Olas de enfermedades pasaron por la zona y cobraron muertos.
El clero vigilo a todos con ojos de águila, también para satisfacer la propia curiosidad.
Una historia de terror es pretexto de la búsqueda e huellas históricas, un asesinato entre monjes, cometido con arma blanca hace que de tres siglos.
Luego, la multitud inquisitiva tropieza por una mendiga que pide limosna porque su casa se quemó.
Esto solía suceder bastante a menudo en el pasado.
El patio interior del antiguo hospital “Hospital de la Santísima Trinidad” difunde toques, tanto históricos como poéticos.
Dos enmascarados se disputan, quién ensalce más a La Orotava con máximas alabanzas de grandilocuencia, mientras bajan y suben con muchos pasos en una larga y amplia escalera.
La escena está inspirada en hechos reales.
El erudito tinerfeño Viera y Clavijo dijo: “Taganana era famosa por sus huertas, Tejina e Icod por sus vinos, Tacoronte por su grano, Los Realejos por su fruta e historia, Garachico por su comercio pero La Orotava lo era por todos conocidos por su agua y por su nobleza.”
Alexander von Humboldt dijo lo siguiente: “En La Orotava se encuentran amantes de la literatura y la música que han trasplantado el encanto de la sociedad europea a estos lejanos climas”.
Poco más tarde, se ofrece a los visitantes informaciones más rotundas respecto a los misterios de la Orotava.
El Parque La Quinta Roja alberga algunos misterios de La Orotava
En el hermoso patio del Ayuntamiento, se narra la historia de la pequeña ciudad de forma breve y poética.
El municipio recibió los derechos de ciudad de manos del entonces rey Felipe II en 1648.
Su actual escudo, que remonta a 1906, está relacionado con el Jardín de las Hespérides
Se dice ese mítico rincón, tuviese su lugar en esta región encima del Puerto de la Cruz, durante muchas décadas tanto puerto y barrio de La Orotava.
Según la leyenda, en el enigmático jardín un dragón con cien cabezas vigilaba un árbol con manzanas doradas.
El emblemático drago tinerfeño debe su nombre a esa saga.
Finalmente, en 1788 se acondicionó el jardín botánico, que linda con el patio del Ayuntamiento.
La siguiente parada es el Parque La Quinta Roja, uno de los espacios verdes más importantes de Tenerife, visualiza el conflicto entre la Iglesia Católica y la Masonería.
En 1880, se construyo el parque con el mausoleo asociado, dado que el clero había prohibido el entierro de un noble masón en la tumba familiar.
Poco después, la ruta teatralizada inspirada en los misterios de la Orotava, acaba con un bailecito bajo las copas de altos sabinas al lado del pabellón de la céntrica Plaza de Constitución, que ofrece una maravillosa vista del Barranco que atraviesa el pueblo.
(La versión alemana publicada en Megawelle, 2011-2016)
