Los extraterrestres son muy sabrosos y extremadamente ricos. En calorías.
Diseccionados, las entrañas desvelan que los extraterrestres consisten de almendras azucaradas y de chocolate cremoso.
Al menos, esa fue la experiencia de los participantes de la autopsia en Los Realejos, en la que se desmantelaron un extraterrestre.
A primera vista, el complejo hotelero de Los Realejos, equipado de una imponente escalera de caracol exterior al lado de la piscina, parece un lugar bastante inusual para procedimientos forenses.
No es el ambiente habitual para celebrar ceremonias que destacan por su poder innovador.
La habitación del hotel, convertida en laboratorio, pareció una clínica mal equipada.
Además, el lugar careció del azul etéreo, causa principal del éxito de series televisivas como “C.S.I.” en las que expertos forenses cortan cadáveres en piezas bien manejables.
Tampoco salieron las guitarras retumbantes de “The Who” de los altavoces.
Por el contrario, sonidos electrónicos esféricos sirvieron como banda sonora del ritual trascendental e innovador.
La mesa de trabajo, en la que estaba colocado el prematuramente fallecido “extraterrestre” (E.T.), de un metro cincuenta, albergó antes un televisor.
La pantalla, utilizada como especie de chuleta electrónica, mostró una película de ciencia ficción de los años 50. Por supuesto en blanco y negro.
Pareció que las escenas de la antigua película sirvieron como modelo de seguir al equipo de autopsias.
Desafortunadamente, no hay demasiados documentos en el planeta Tierra que dan instrucciones e informaciones sobre el tratamiento competente de individuos provenientes de otros cuerpos celestiales.
Tanto antes como después de la muerte.
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Hay que analizar cuerpos extraterrestres con meticulosidad
Un fotógrafo y un camarógrafo documentaron desde muy cerca cómo los dos expertos forenses realizaron el histórico procedimiento médico.
Las imágenes y el sonido van a servir para evitar de antemano deficiencias y desperfectos en futuras disecciones de extraterrestres.
Por supuesto, los médicos y los documentalistas llevaron trajes protectores blancos esterilizados y utilizaron gafas protectoras.
Mascarillas evitaron la intrusión de gérmenes y patógenos provenientes del cadáver, aún desconocidos pero potencialmente mortales, en las vías respiratorias
Así, intentaron evitar infectarse de homólogos técnico-virológicos de un universo lejano a la gripe porcina, que actualmente sale en todos los medios de comunicación.
La meticulosidad y el cuidado de científicos determinaron el trabajo del equipo de disección.
El dúo de forenses se acercó lentamente al verde y fangoso ser, colocado sobre una mesa rodante.
Abrieron con cortes bastante vacilantes su pecho, usando tijeras y pinzas.
A continuación, sacaron órganos y partículas desde del misterioso y extraño cuerpo y analizaron las muestras de tejido bajo un microscopio.
Antes de distribuirlas en las bocas del público.
Los espectadores, ubicados detrás de una barrera, ya anhelaban los manjares, a sabiendas de que se trataba de un extraterrestre comestible.
A lo largo de la autopsia, aumentó la seguridad y la firmeza de los expertos forenses.
Se cortó el cráneo con una sierra y, más tarde, abrieron con mucha profesionalidad el tórax, utilizando abrazaderas para fijar las estructuras, muy parecidas a huesos, costillas y pómulos.
De verdad, todo pareció como la vida real. O al menos como un episodio televisivo.
La autopsia tuvo lugar en el Hotel Panoramic Garden
No obstante, la autopsia en el Hotel Panoramic Garden de Los Realejos no va a cambiar la historia científica de la humanidad.
El acto no fue nada más que una actuación artística en el marco del “Canarias At The Hotel” del “equipo Skaelextrix”.
En el marco del acto se presentaron, numerosos sellos discográficos, tanto de Canarias como de la península.
Sin embargo, los protagonistas de la disección del extraterrestre tienen mucha experiencia profesional:
El cocinero Carlos Gamonal del reconocido Mesón de Drago de Tegueste, era el responsable de las delicias culinarias del interior del extraterrestre.
El artista Oliver Behrmann no solo desarrolló el proyecto artístico sino también pasó horas realizando el caparazón del extraterrestre con una masa hecha de gelatina y colorantes.
No es la primera campaña artística extraña de Behrmann.
Hace dos años, intentó promover una moción en el Parlamento de Canarias mediante una campaña de firmas.
La idea era exigir la construcción de una vuelta looping de veinte metros de altura, hecha de de hormigón sobre la autopista en la zona de la capital tinerfeña.
Como inspiración de la acción de carácter satírico sirvió el tranvía en construcción en ese momento.
Sin embargo, el final de la autopsia del extraterrestre no puso el final al acto en el hotel. A continuación, hubo un concierto de la banda madrileña “Sex Museum” que presentó temas propios y versiones de AC/DC.
(La versión alemana, publicada en la página de Teneriffa Panorama, 2009 – 2011)
