A mediados de agosto, mucha gente se reúne en Candelaria para celebra la fiesta en honor a a la patrona de Canarias.
La historia de la Virgen de Candelaria empezó haca siglos.
En 1393, dos pastores descubrieron una estatua de madera de la Virgen María en la playa del Socorro de Chimisay, que pertenecía al Menceyato guanche de Güímar.
La marea había arrastrado la figura, caída de un barco a la costa.
Los pastores la llevaron ante el rey local.
En los años siguientes, los guanches rindieron homenaje a la estatua, a la que llamaron “Chaxiraxi”.
Anualmente se celebra en Candelaria fiestas para conmemorar el descubrimiento de la Patrona de Canarias.
Las Fiestas consisten en actos tanto religiosos como populares.
Hay una equipada feria tanto de numerosos puestos que venden comida, bebida y recuerdos como de coches locos y castillos hinchables.
En el festival de música correspondiente actúan estrellas nacionales e internacionales.
Las fiestas culminan en el 14, como el 15 de agosto es festivo en toda la isla.
Unas 300.000 personas peregrinan a Candelaria para ver a la Patrona de Canarias.
Hay desfiles organizados que salen desde lugares ubicados a unos veinte o treinta kilómetros.
Unos centenares de personas pasan por caminos tradicionales para llegar al centro del municipio en la costa sureste de Tenerife.
También acuden las carretas adornadas con las yuntas de bueyes distintos.
Desde hace unos años, las celebraciones del gran día comienzan con un preludio folclórico de grupos musicales de todas las islas en la Plaza de la Patrona frente a la Basílica de Candelaria.
La Patrona de Canarias llama y los creyentes llegan
En la víspera del día festivo se da una obra teatral colectiva en la que los actores recrean la leyenda de la Virgen de la Candelaria.
Numerosos espectadores están al lado del arenal equipado de cactus que sirve como escenario.
Varios equipos televisivos graban el acto.
Una cámara sujeta a una grúa pasa sobre el cerrado arenal para sacar grabaciones de primer plano.
Alrededor de las 8 de la noche llegan el presidente insular y otras autoridades y toman asiento en las sillas plegables en el interior del arenal.
Luego suenan las campanas de la basílica.
Todas las miradas están enfocadas en la entrada principal del edificio eclesiástico.
Desde allí, la figura de la Virgen María sale en un carro, una estatua pesada en una vitrina de unos dos metros de altura.
Es una réplica que sustituye al original, desaparecido en una inundación hace unos 200 años.
La figura pasa por la muchedumbre hasta el lado costero de la Plaza de la Patrona limitada con las estatuas de los Menceyes.
Eso hace que el jefe de la organización corra a la velocidad del rayo para buscar una escalera para levantar las guirnaldas, fijadas en las farolas, para que se no enganchen en la figura de María.
Los guanches celebran el hallazgo saltando
Cuando la Virgen de Candelaria finalmente llega al lugar previsto, una voz saliente de los altavoces invita a los presentes a saludar a la patrona con el grito de “Viva la Virgen”.
Del lado opuesto salen algunos pastores, que corren arriba y abajo. Finalmente, el rey permite que los dos exploradores de la estatua.
A continuación, toda la tribu ahora se arrodilla ante la estatua de la Virgen y empieza a rezar.
Luego, los pastores saltan alegremente por la plaza, apoyados en sus bastones.
Los guanches aplicaron el salto del pastor para superar obstáculos en la montaña.
Al solemne sonido de la banda musical el desfile, encabezado por la figura de la Virgen María, pasa por las calles del centro de Candelaria.
Por la mañana del siguiente día festivo, se celebra una solemne misa a la que sigue otra procesión.
Más tarde tienen lugar la romería y un gran concierto folclórico.
Candelaria es un municipio tranquilo
El resto del año, Candelaria es mucho más tranquila.
El alargado núcleo se extiende por la costa que está equipada de muchas pequeñas playas negras que, a diferencia de los centros turísticos del sur, no están abarrotadas en absoluto.
Al lado del Ayuntamiento están los numerosos comercios de la pequeña zona comercial de la calle Obispo Pérez Cáceres.
Esta vía, antiguamente Calle La Arena, conduce a la plaza de la Patrona de Canarias, sobre la que se levanta el antiguo barrio de Santa Ana.
En días habituales, la plaza frente a la basílica parece ser extremamente sobredimensionada en relación con el tamaño de Candelaria.
El motivo de la colocación de las nueve estatuas de menceyes era probablemente crear un foco que atrae las miradas para neutralizar el impacto devastador de la plaza.
Las figuras de bronce de los reyes guanches de la época de la conquista española existen desde 1993.
Sus antecesores de piedra más pequeños y con un toque expresionista fueron trasladados a la Rambla de la “Avenida de los Menceyes” del nuevo barrio de Puntalarga.
Allí hay incluso diez estatuas. No obstante, a lo largo del tiempo los historiadores degradaron a uno de los reyes guanches al rango de príncipe.
El lado largo de la Plaza de la Patrona frente a la Calle Arena está ocupado por la Basílica y el monasterio dominico adyacente.
Un pequeño camino costero conduce a dos lugares de interés, ubicados detrás del monasterio.
Se trata de la Ermita de San Blas y la Cueva de los Camellos.
El lugar donde se esquilaban las ovejas fue el primer lugar donde se rindió homenaje a la patrona de Tenerife.
La Patrona de Canarias tiene su lugar en la Basílica
El edificio más destacado de Candelaria es la Basílica de estilo neoclásico, construida en 1959.
La única referencia al pasado del lugar es la entrada lateral a la altura del altar, que relicto de la iglesia anterior.
Como sugiere su nombre, la Basílica, es un edificio muy grande y alto.
En la antigüedad, el término “basílica” se refería a grandes salas en las que se llevaban a cabo las sesiones de los tribunales y las transacciones comerciales.
El uso del término para edificios sagrados empezó en la época del emperador romano Constantino.
Por lo general, las basílicas eran edificios de tres naves divididas por hileras de columnas, con un crucero frente al área del altar, lo que hacía que la iglesia pareciera más grande y permitía una brillante incidencia de la luz a través de una cúpula.
En la Basílica de Candelaria no hay crucero y la cúpula es cuadrada en vez de redonda,
El hallazgo de la Virgen adorna la fachada de la Basílica
En sus pilares hay escudos canarios.
La incidencia de la luz en el área de este “Simborio” enfatiza particularmente el santuario.
Sobre el altar hay una pequeña sala, visible desde el exterior, donde se encuentra la figura de la Virgen de Candelaria cuando no va en procesión.
En determinadas ocasiones, los creyentes pueden entrar en ese espacio para rendir homenaje a la Virgen.
El mural sobre el altar representa ángeles y campesinos protegiendo a la Virgen.
A la izquierda sobre el altar hay retratos del Hermano Pedro y el Padre Anchieta, dos misioneros canarios que, hace varios siglos, trabajaron en Brasil y Guatemala.
Otros objetos de interés son también los “cuadernos de milagro”, pinturas de pintores desconocidos con motivos sacros y varios siglos de antigüedad.
Cuadros modernos están también expuestos. Hay estudios de paisajes a veces con toques surrealistas que muestran la playa a la que llegó la estatua de la “Virgen de Candelaria”.
Frente a la entrada principal de la basílica hay un gran mural que muestra a los guanches durante su conversión.
Debajo hay una fuente de agua para los peregrinos. Las siete figuras de su borde simbolizan las siete Islas Canarias.
El pequeño edificio histórico sobre la fuente, al que se puede llegar por una larga escalera, es el antiguo Ayuntamiento, construido en el siglo XVII.
Actualmente sirve como museo.
En Candelaria se realizan visitas guiadas en alemán, inglés, holandés y español de lunes a viernes de 9 a 17 horas y los sábados de 9 a 14 horas, la participación es gratuita.
(La versión alemana publicada en Teneriffa Panorama, 2004 – 2007)
