La Fecundidad, la figura femenina más famosa de la capital tinerfeña, tiene 75 años.
Aproximadamente dos décadas, la estatua pasó en oscuros almacenes municipales por sus rasgos “inmorales”.
En la actualidad La Fecundidad está sentada delante del monumento en el estanque del “Parque García Sanabría “.
Su historia empieza con un concurso en 1936 destinado a la creación de un monumento al alcalde Santiago García Sanabria, fundador del parque que lleva su nombre.
El ganador era el arquitecto José Enrique Marrero Regalado.
La ubicación del futuro monumento, que ya está en el centro del parque, no era tema de primera orden.
También había la idea de colocarlo en la carretera principal hacia el macizo de Anaga a la altura de la Plaza de España.
El escultor encargado, Francisco Borges Salas se contrató, creaba una obra sobresaliente, considerada la escultura más importante del espacio público tinerfeño durante mucho tiempo.
También fue la primera representación de una mujer desnuda en el espacio público de Canarias fuera de los museos.
A lo largo de las décadas, los críticos de arte de la isla se acercaban a la desnuda figura femenina de varias maneras.
Para algunos era una “oronda matrona”, anteriormente con cuerpo delgado y atractivo.
No obstante, tras haber recientemente dado a luz, la mujer está muy cansada y eso se refleja en su postura sentada, cubierta con un paño.
La Fecundidad destacó por su “modernidad”
Según expertos de otras épocas, la esencia, la “extraordinaria modernidad” de la obra consiste en el contraste entre el más o menos cotidiano tema de la estatua y su realización, inspirada en las imágenes de héroes de la antigüedad.
Los grandes relieves laterales, fueron realizados con sillares verdosos y juveniles de las canteras del sur de Tenerife, están arraigados en la época del Renacimiento.
Miguel Ángel era la principal inspiración de las figuras esquipadas con una exagerada, incluso grotesca masculinidad que simbolizan “trabajo”, y “porvenir”.
Probablemente por eso, se queda corta la tesis de que la figura femenina de La Fecundidad glorifique la fertilidad femenina, exigida por el franquismo.
El conjunto escultórico pretende homenajear simbólicamente la labor de García Sanabria, alcalde que dio muchos impulsos al desarrollo urbanístico de Santa Cruz.
Muchas veces, los honores suelen tanto coronar como poner fin a una época.
Sin embargo, el escultor Salas Borges tuvo que esperar décadas antes de que él y su obra fueran reconocidas.
El escultor era un perfeccionista que odiaba la mediocridad e incluso destruía sus propias obras si no cumplían con sus estándares.
A principios de la década de 1940, le acusaron de masonería.
El se exilió a Venezuela.
Inmoralidad como excusa para vengarse
Casi una década más tarde La Fecundidad desapareció del espacio público de Santa Cruz durante veinte años.
La “inmoralidad” utilizada como justificación era más que endeble.
Probablemente fue más una aversión personal.
Un ex compañero del cuerpo de profesores de la escuela de arte inició, el previo trámite administrativo.
Tras su ascenso al concejal del departamento con competencia en ese ámbito.
Tras su regreso a Tenerife, Borges Salas llevó una vida retirada.
A principios de la década de 1990, el escultor, miembro de la “Cámara de Bellas Artes” desde 1972, fue nombrado ciudadano de honor de Santa Cruz por su “importante aportación al arte canario”.
Entonces todo tuvo que pasar muy rápido: el homenajeado ya tenía más de 90 años.
(La versión alemana publicada en Megawelle, 2011- 2016)