La Punta de Teno en el extremo occidental de Tenerife es lugar único, porque ofrece vista a La Palma y El Hierro.
No hay muchos lugares en la costa canaria que ofrecen vistas a dos islas vecinas al mismo tiempo.
La costa sur de La Palma.
Y el norte de El Hierro.
Aquí hay que distinguir el alto Teide de la isla de La Gomera en primer plano.
La Punta de Teno está a siete kilómetros del centro de Buenavista del Norte, municipio al que pertenece.
La costa rocosa pasa por casas terreras idílicamente situadas, invernaderos cubiertos con lonas de tela y rotores eólicos.
Para llegar al estrecho camino de acceso serpenteado hay que subir por un estrecho camino vecinal detrás del campo de golf de Buenavista.
El camino pasa a través de varios túneles largos, planos, y diseñados como tubos que difunden aires siniestros.
No es un viaje del todo seguro.
Durante los últimos años el camino ha estado cerrado por motivo de desprendimientos que habían causados baches en la calzada.
Durante tormentas en las regiones superiores rocas del tamaño de un puño y una cabeza se habían soltado de las paredes rocosas empinadas para caer hacia abajo.
Por lo tanto, el Gobierno Insular instaló redes hechas de cables de acero, algunos de grosor de un brazo, sobre el camino asfaltado para aumentar la seguridad del camino utilizado por muchos turistas.
Estrechos túneles conducen a la Punta de Teno
No es el único lugar de Tenerife donde se han tomado este tipo de medidas preventivas.
Redes de acero similares también protegen la playa de Mesa del Mar de Tacoronte.
El detonante de medidas constructivas de este tipo fueron las consecuencias devastadoras de una caída de cantos de los acantilados de Los Gigantes hace algunos años.
Dado que la seguridad es la máxima prioridad, se volverá a cerrar el acceso a la Punta de Teno en caso de necesidad, como el presidente insular Carlos Alonso durante el acto de la reapertura del acceso.
En el momento de su estreno, el túnel, oscuro y a menudo lleno de baches, era un gran paso adelante.
Hasta hace unos cuarenta años la gente tenía que caminar cuatro horas por la montaña para llegar a la Punta de Teno.
Esto no solo afectó al farero sino también a los pescadores que tenían sus pequeñas embarcaciones en la bahía rodeada de altas cumbres.
Los hombres tenían también que transportar tanto piezas de repuesto como su captura a hombros por los caminos estrechos e intransitables en días soleados y periodos de viento y lluvia.
Eso no hay que hacer en la actualidad, como demuestran gran número de coches de alquiler de turistas, estacionados a lo largo del borde de la carretera de acceso.
La Punta de Teno es una ubicación estratégicamente importante para la navegación.
Por lo tanto, se construyó un faro en este punto.
El actual “faro” de anillos rojos y blancos, muy visible desde lejos a la falda de los altos picos de Teno, es de fecha más reciente.
Su predecesor está ubicado en la propiedad, cerrada con una puerta de madera para evitar el acceso a visitantes.
En el siglo XIX nacieron los faros tinerfeños
En las costas tinerfeñas hay siete faros.
El octavo, la “Farola del Mar”, del siglo XIX, marcaba en su día solo la entrada al puerto de Santa Cruz.
En la actualidad está junto al puerto de ferris para conmemorar la época de los correíllos que transportaban personas y mercancía entre las islas.
Los faros más recientes se elevan hacia el cielo como esbeltos pilares blancos.
En su pico está una señal luminosa de gran alcance, bien visible desde de distancia de unas 15 millas náuticas.
El motivo de su construcción hace unos veinticinco años fue la aprobación de una ley que determinó equipar los faros con dos señales luminosas que debieron guiar a los timoneles desde una distancia de dos millas náuticas, unos cuatro kilómetros.
Faros con apariencia posmoderna y funcional están en Punta del Hidalgo, Puerto de la Cruz y Buenavista del Norte.
El motivo de la construcción del último fue probablemente la alta montaña que impedía la vista del faro de la Punta de Teno desde el norte y el noreste.
El faro más antiguo de Tenerife está todavía en uso.
Construido en 1863 en el macizo de Anaga, está enfrente del islote de Roque de Bermejo, destino de varias rutas de senderismo.
Los fareros vivieron al lado de su puesto de trabajo
La construcción del faro de Punta de Rasca en la zona de Las Galletas ya estaba prevista en 1848.
Sin embargo, pasaron otros 35 años antes del comienzo de su construcción que tardó doce años.
Finalmente se puso el faro en funcionamiento en 1899.
Tres años más tarde, se estrenó el Faro en Poris de Abona en la costa de Arico.
En 1889 se tomó la decisión de construir el faro de Punta de Teno, acabado tras dos años de trabajo en 1893.
Hasta su puesta en funcionamiento pasaron cuatro años y medio más.
En 1978 se remplazaron los cuatro faros mencionados por nuevos sistemas de iluminación porque las antiguas torretas eran demasiado bajas.
El antiguo faro de Punta de Teno, construido con materiales de una cantera de la vecina isla de La Gomera, mide apenas 7,62 m.
Su sucesor no solo es 13 metros más alto, también fue construido en un lugar elevado.
Por eso sus señales salen desde la vertiginosa altura de casi 60 metros.
En 1999 el mundo todavía entró en muevo milenio, pero para los faros de Tenerife empezó una nueva etapa.
Ese año, la Autoridad Portuaria introdujo un sistema completamente automatizado y controlado electrónicamente en las operaciones de los faros que hizo obsoleto a los fareros.
En otras épocas, se habían construido casitas en forma de cubo, ubicadas al pie de los tradicionales.
Esas edificaciones, equipadas de dormitorios y baños, cocina, almacén de material y alojamiento para trabajadores servían como hogar para los fareros y sus familias.
Posteriormente los fareros trabajaron en turnos alternos. A cuatro meses de servicio seguían dos meses de vacaciones.
La Punta de Teno es divisoria meteorológica
El camino al trabajo era difícil, desde Buenavista del Norte una caminata de veinte kilómetros que cruzaba una cadena montañosa de 600 metros de altura.
La alternativa era tomar el bus hasta el puerto de Los Gigantes.
Allí, los fareros alquilaron un barco que los llevó a su lugar de trabajo en el extremo occidental de Tenerife.
La carretera de acceso de Buenavista a Punta de Teno no existía antes de mediados de los años 70.
El motivo de su construcción era probablemente crear un atractivo al creciente número de turistas.
La Punta de Teno es también una divisoria meteorológica.
Tenerife cuenta con numerosos y muy diferentes tipos de zonas paisajísticas y climáticas.
Algo que también animó a los fareros de antaño.
Ellos podían disfrutar de los rayos del sol abrasador tras haber dejado su hogar, envuelto en nubes, en el norte de la isla.
En la era del coche de transporte se tardaba mucho menos tiempo en vivir experiencias semejantes.
Hay que simplemente pasar por los tres túneles del acceso renovado, para huir de la salida de las nubes de invierno en el norte de Tenerife y llegar al lado meridional que disfruta del brillo del sol.
La Punta de Teno ofrece también playas románticas para nadar y vistas a impresionantes montañas.
En el suroeste saludan desde muy lejos los núcleos turísticos de Adeje.
La gran variedad de formas del paisaje volcánico invita a disfrutar del ambiente.
La Punta de Teno ofrece rincones con sorprendentes perspectivas sobre la naturaleza y el mar.
Un baño en el extremo oeste de la isla con vistas a la interminable extensión del Océano Atlántico es siempre una experiencia impresionante.
(La versión alemana publicada en Megawelle, 2011 – 2016)