El espectacular monte e El Julan de la isla de El Hierro

Tranquila, soñolienta y en armonía con la naturaleza: Así se presenta El Hierro, la isla canaria más pequeña.

Ya en la antigüedad, Homero en su Odisea describía las Islas Canarias como reinos elíseos: la isla de los bienaventurados.

Valverde, es la capital más pequeña de Canarias, la única que no está ubicada en la costa.

Ubicada a 600 metros está a unos nueve kilómetros del pequeño Puerto de la Estaca.

En días sin nubes la carretera hacia la capital de El Hierro ofrece vistas fantásticas de la pequeña dársena del puerto y las embarcaciones de recreo meciéndose en las olas.

Vista de pájaro del puerto herreño de La Estaca
Vista de pájaro del puerto herreño de La Estaca

Tras su ampliación, los ferris más grandes, como el “Volcán de Taburiente”, de “Naviera Armas”, con capacidad de hasta 1.500 pasajeros y 300 turismos, pueden entrar en el puerto del noreste de la isla.

Los barcos de “Naviera Armas” operan en horario vespertino y nocturno.

En comparación con otras épocas, viajar a El Hierro es cómodo, dado que los barcos atracan en el muelle.

Anteriormente las cosas no fueron así.

El puerto herreño construido en 1916, fue demasiado pequeño para los correíllos que entonces abastecieron la isla.

Los pasajeros tuvieron que cambiar a barcos más pequeños para llegar a la costa.

En 1960 se adaptó el puerto a barcos más grandes. Unos quince años más tarde los primeros ferris llegaron también a El Hierro.

Rocosos escalones dan . . .
Rocosos escalones dan . . .
. . . dan acceso a la bahía de Tamaduste
. . . dan acceso a la bahía de Tamaduste

El Mirador Las Playas ofrece vistas espectaculares

El aislamiento, tanto del continente europeo como de las islas capitalinas, es probablemente la razón de por qué la isla logro conservar su proverbial calma.

El puerto de El Hierro tiene dos salidas.

Una carretera sube hasta Valverde.

La otra en la costa sur, pasa por pequeñas urbanizaciones, la playa de La Estaca y una rotonda para entrar en un túnel de un solo carril y unos mil metros de de longitud.

El acceso está controlado por un semáforo. Si está en “rojo”, es posible que deba esperar hasta un cuarto de hora.

Conducir a través del tubo angosto hay algo extraño: dirigirse literalmente hacia la luz al final del túnel.

Al final espera la carismática roca de Las Playas, una escultura de piedra esculpida por el viento y el mar.

La emblemática Roca de Las Playas
La emblemática Roca de Las Playas
El Mirador de Las Playas
El Mirador de Las Playas

Un kilometro más adelante está el Parador y  la carretera se convierte en un camino de tierra.

Aquí comienza también el sendero al Mirador Las Playas, ubicado a 600 metros de altura, que ofrece vistas a la zona costera bajo la capital Valverde.

Los altos acantilados rocosos en el oeste esconden el paraíso del buceo de La Restinga, que administrativamente pertenece al municipio de La Frontera.

Son más de 40 kilómetros para llegar en coche.

No sólo hay que atravesar la capital de la isla alta, el frondoso pinar, sino también el pueblo de El Pinar.

Cerca de El Pinar está también la Hoya de Orchilla, la única zona de descanso y camping de El Hierro, equipada con instalaciones sanitarias, barbacoa, mesas y bancos.

Además, hay un campo de fútbol y un modelo de la isla hecho en madera para niños.

Desde El Pinar hay que pasar por unos diez kilómetros de caminos serpenteantes para llegar hasta la costa.

Unos kilómetros antes de La Restinga, dobla a la derecha el ramo hacia la romántica playa de rocas de la Cala del Tacorón.

Hay que recorrer casi diez kilómetros por un camino angosto entre laderas llenas de montones de roca volcánica para llegar a esta playa balnearia ubicada al borde de una zona de protección marina.

El acceso al Charco Azul
El acceso al Charco Azul

Un camino largo y sinuoso con escalones de piedra volcánica conduce a mesas, bancos y áreas de barbacoa cubiertas de techos hechos de hojas de palma.

Escondidos detrás de pequeños grupos de rocas hay losas de piedra que invitan a tomar el sol con tranquilidad.

En el lado del mar hay una gran piscina rodeada de rocas naturales.

Una pequeña escalera conduce al agua azul, cuyo fondo de rocas están a una profundidad de seis metros.

Sin embargo, no es recomendable nadar cuando el oleaje es fuerte, ya que las olas pueden empujarlo contra las rocas adyacentes.

Un baño a hora de la puesta de sol tiene mucho encanto, dado que los rayos del sol se reflejan la oscura agua azul frente al impresionante decorado de roca volcánica.

En el norte de la isla hay también playas encantadoras. Incluso cerca del aeropuerto, ubicado en la costa y equipado de una pequeña torre tan alto como un edificio de dos plantas.

Solo dos aviones aterrizan y despegan en El Hierro por día.

En el norte de El Hierro hay playas encantadoras

A tiro de piedra del aeropuerto está el poblado de Tamaduste.

Pequeños barcos deportivos están anclados en su rocosa bahía.

En el oeste una larga y empinada escalera de piedra baja a la idílica playa.

Bajar al agua del Charco Manso
Bajar al agua del Charco Manso

El balneario más hermoso del noreste es probablemente Charco Manso, debajo de Echedo.

No va a perder su encanto cuando las cercanas casas vacacionales están acabadas.

A su costa conduce a una calzada serpenteante de cinco kilómetros desde la carretera principal.

El rocoso charco parece una cuenca excavada en los acantilados.

La piscina natural de unos veinte metros de ancho está equipada de escaleras y un pedregoso espacio para tomar sol.

Hay que tener cuidado en la parte delantera por piedras lavadas y muy resbaladizas.

El agua turquesa de la piscina de diez metros de profundidad invita tanto a nadar como a bucear.

Es espectacular cuando las olas rugen de frente en la bahía.

Vistas de pájaro al Pozo las Calcosas
Vistas de pájaro al Pozo las Calcosas

El Pozo de Las Calcosas debajo de Monocal es otra joya entre Valverde y el túnel hacia Frontera.

Al final de las calles señalizadas, un pedregoso camino de un kilómetro conduce a las piscinas naturales.

Hay que bajar muchas escaleras y pasar por el pueblecito para llegar a la semicircular plataforma de piedra volcánica que limita con las piscinas.

A primera vista, las casas, muchas con techo de paja, parecen un antiguo pueblo de pescadores o piratas, pero forman parte de una urbanización vacacional.

Sin embargo, las casitas frente al fantástico decorado rocoso no son primeras residencias, dado que tormentas pueden desprender rocas y cantos rodados de los acantilados, de unos cien metros de altura, que caigan en la playa rocosa.

(La versión alemana, publicada en Teneriffa Panorama, 2004 – 2007)

Las piscinas naturales de Las Macetas
Las piscinas naturales de Las Macetas