Vincente Ruiz sabe resumir lo básico de las cosas: “Golf es como conducir un coche”. El instructor de Buenavista Golf explica: “Siempre tienes que quedarte en la carretera con tus neumáticos si quieres avanzar lo más rápido posible.”
La diferencia es que en el golf todo gira en torno a la pequeña bola blanca y el césped.
El césped en los campos de golf es considerablemente más plano que el del terreno colindante, el denominado “rough” donde es mucho más complicado jugar con la pelota.
Vincente Ruiz es instructor en Buenavista Golf, un green, ubicado muy cerca de Punta del Teno, entre altas montañas y el mar.
La sutil desventaja de su ubicación es la gran distancia a los núcleos turísticos.
Por otro lado eso también es su gran ventaja: no hay mucha distracción para despistar a los jugadores.
Eso es importante porque en el golf la concentración es esencial.
Muy importante.
“Un mal tiro y te puedes olvidar de todo el torneo”, sabe Vincente por experiencia personal.
Un golfista lleva siempre una bolsa con muchos palos.
Bien, piensa el profano, hay que estar bien preparado si se rompe el palo, aunque no se sabe cómo eso podría suceder a primera vista.
No obstante, en el otro deporte con fama de nobleza, el tenis, irascibles jugadores como John McEnroe rompían su herramienta principal con regularidad.
Esto no pasa en el golf. El palo es sagrado.
Es más, cada palo debe su nombre a su función específica.
El “putter” sirve para meter la pelota en el hoyo y para golpes muy cortos.
La pelota está puesta en movimiento con mucho cuidado y rueda suavemente por el suelo.
La elección del palo adecuado es fundamental
Otros palos la hacen volar a unos cincuenta metros o más por el aire.
Los palos para medias distancias hasta 250 metros son los “hierros” que llevan un número en su nombre.
Los palos para tiros muy lejanos son los “de madera”.
Se llaman así, porque de antaño el material para la cabeza en el extremo inferior curvo del palo era madera.
En la actualidad se usa acero o titanio.
La “madera” más fuerte se llama “driver” que desplaza la pelota hasta 250 metros.
La “madera 3” es para tiros de más de 200 metros, “madera 5” llega hasta 190 metros y “madera 7” hasta 170 metros.
El juego de palos no es barato, cuesta unos mil euros.
Dos tercios del precio van por el driver y las dos maderas más fuertes.
Para que la pequeña bola se ponga en movimiento hay que darle impulsos, golpearle de forma adecuada.
El movimiento correspondiente se llama “swing”.
No obstante, existen seis maneras para ejecutarlo.
El swing suave sirve para colocar la pelota en el hoyo. Su dinámica depende de la distancia.
Para golpes muy largos, se tira el palo de un hombro al otro, para trayectorias más cortas el movimiento termina antes.
El objetivo del swing es hacer que la pelota se mueva con velocidad adecuada en la dirección intencionada.
Eso requiere mano firme.
O mejor dicho, la correcta posición de las manos en el palo.
Hay tres posiciones diferentes.
El “Baseball Grip”, el “Batdown Grip” y el “Interlock” o también “Tiger Grip”, donde las manos están particularmente juntas y los dedos casi entrelazados.
En Buenavista Golf tableros informan sobre los recorridos
En el punto de partida de cada hoyo un tablero con un plano general informa al jugador cómo jugarlo; posibles curvas incluidas,.
Las características del recorrido se plasman tanto en el número de tiros necesarios como en la elección de los palos.
En una ruta de 700 metros de largo, por ejemplo, se usa el “driver ” dos veces y “madera 3” una vez.
Hay una norma determinada por la asociación de golf, el “par”, que indica el número de golpes necesarios para llevar a cabo el recorrido hasta colocar la pelota en el hoyo.
Los cracs a menudo necesitan menos golpes para colocar la pelota en el hoyo.
Si logran el objetivo con un golpe menos logran el “birdie”, un recorrido con dos golpes por debajo del “par” se llama “eagle”.
El conocimiento del curso es fundamental para alcanzar un buen resultado.
Por lo tanto, participantes externos llegan con dos o tres días de antelación al campo de torneo para explorar en detalle las trampas del “green”.
El entrenamiento de golf comienza con un breve programa de calentamiento que consiste en ejercicios de relajación para brazos, hombros y espalda.
Luego se practica el “swing”.
El “contact”, el correcto encuentro de “palo” y pelota es básico.
La línea roja marca el punto de salida.
Si el palo pasa por la línea, el “contacto” es nulo.
La cabeza del palo debe golpear la mitad inferior de la pequeña bola para lograr la óptima trayectoria.
En la pista de práctica colchonetas protegen el césped
El entrenamiento comienza con muchos golpes secos que sirven para practicar el movimiento fluido.
Luego sigue la práctica con la pelota.
Una línea rociada sobre el césped sirve como control.
Si la impresión de la cabeza del palo está detrás de esta línea, la pelota no se golpeó de manera óptima.
La pista de práctica está marcada con marcas de distancia para facilitar entrenar tiros lejanos.
Las colchonetas en las que están los jugadores están equipadas de agujeros para los “clavos” de plástico sobre los que se colocan las pelotas durante el entrenamiento con el “driver”.
Eso protege el césped.
No hay recogepelotas.
Una máquina recoge las bolas usadas.
Los jugadores tienen que poner un euro en la máquina para sacar nuevos cubos con bolas.
Pero no solo en el campo de prácticas, también en otras áreas del “green” el jugador entrena su precisión.
Por ejemplo, en la zona con pértigas a las que hay que apuntar desde una distancia de 50 metros desde la orilla opuesta de un pequeño lago.
Jóvenes entrenan en el campo de Buenavista Golf
Los jóvenes y prometedores golfistas del “Equipo Juvenil” también entrenan en el campo de golf de Buenavista.
Hay niños de diez años que, tras tres años de práctica persistente, pueden superar a algunos veteranos.
Según Vincente Ruiz, el golf es un deporte “muy adecuado para los jóvenes porque enseña concentración y coordinación mediante secuencias de movimientos”.
Es un “deporte individual no enfocado en la competencia”.
Si algo funciona, “puedes estar feliz por eso” y “si algo falla, te enojas por ti mismo”.
Ruiz ha jugado fútbol durante veinte años, pero ahora el golf le emociona mucho más porque “cada golpe es un desafío.
La pelota siempre está en una posición diferente, la superficie cambia permanentemente.
Hay que adaptarse siempre a las nuevas condiciones”.
Por eso es lógico para Ruiz que grandes deportistas como el ex jugador de baloncesto de fama mundial, Michael Jordan, o el tenista Rafael Nadal son muy ávidos jugando al golf.
A pesar de su gran entusiasmo para el golf, Ruíz no ha renunciado al fútbol por completo.
Motiva a su alumnado con sus “trucos”, dado que tiene una increíble sensibilidad por la pelota.
El mismo malabarismo futbolero que hizo anteriormente con la gran pelota de cuero, hace ahora con la pequeña pelota de golf.
(La versión alemana publicada en Megawelle, 2011 – 2016)
