Los molinos de Fuerteventura están en una isla isla muy seca.
La palabra desierto es sinónima de cosas terribles, de páramo, aridez, paisaje hostil, entre otros.
No obstante, en Fuerteventura, en cambio, el paisaje desértico es muy variado y diverso.
Las colinas y mesetas bañadas por los intensos rayos del sol contrastan con el brillante cielo azul.
Las amplias estepas amarillentas salpicadas de cactus y largas playas de arena blanca, que probablemente habrán vuelto loco a náufragos varados en busca de agua potable.
La isla majorera carece de lluvia porque no hay alta montaña.
Las nubes pasan por los oscuros pedregales volcánicos de las laderas con facilidad, mientras matices rojizos marcan los alrededores del pueblo Antigua el interior de la isla.
Derrumbadas cabañas de piedra tanto al lado de la calzada como en el inmenso paisaje desértico desolado señala como son testigos mudos de los esfuerzos que antaño eran necesarios para sobrevivir.
Es muy divertido deambular por este extraño paisaje, a sabiendas, de que es posible salir que aquí, sea en el coche de alquiler o con la guagua que pasa por la zona.
Altas palmeras ya anuncian desde lejos los asentamientos humanos.
Parecen monumentos que homenajean a la victoria humana sobre la hostil naturaleza.
Las pequeñas negras mangueras de riego comprueban la creatividad y el trabajo necesario, imprescindibles para vivir aquí.
No se requiere de impresionantes mansiones edificios visualizar el orgullo de los habitantes.
Bastan los prados verdes pequeños, que rodean las esculturas.
El clima y la aridez del suelo marcan la isla majorera
El origen de Fuerteventura son erupciones volcánicas que comenzaron hace unos 30 millones de años.
Los indígenas majoreros, los mahos, llegaron entre el año 1000 a. C. y el año 300 d. C. y son probablemente descendientes de los bereberes norteafricanos.
A principios del siglo XV, los primeros europeos pisaron la isla.
Los navegantes normandos Gadifer de la Salle y Jean de Béthencourt fundaron el asentamiento de Betancuria en 1404.
El antiguo monasterio y el museo arqueológico son los principales atractivos de la primera capital de la isla, separada de Antigua por una cadena de colinas.
En el momento de la colonización tuvo lugar una guerra entre el reino del sur de Jandía y el norte de Maxorata, que terminó con la conquista española.
En el pasado, los majoreros vivieron de la pesca y de la producción de sal.
El clima y la aridez del suelo pusieron limites a la agricultura.
La crianza de cabras era importante, camellos sirvieron como medio de transporte.
Desde 1996 Fuerteventura se comercializa el excelente queso de cabra bajo la denominación de origen protegida.
Leche, harina con maíz tostado, pimentón y aceite son algunos de los ingredientes que le dan a los quesos su sabor único.
Numerosos molinos de viento, repartidos por toda la isla, son el símbolo de Fuerteventura.
Sirven para moler cereales y bombear agua.
Las dos categorías de los molinos de Fuerteventura
Los primeros molinos de Fuerteventura fueron construidos en el siglo XVIII con la intención de cultivar cereales, sobre todo, trigo y cebada, en la árida isla.
También se sembraron tomates y legumbres.
Los molinos dinamizaron la economía majorera.
Al principio, se molía el grano con morteros, luego se lo trituraba con dos piedras.
Más tarde se utilizó la “tahona”, en la que animales ponían grandes piedras en movimiento
Finalmente, llegaron los molinos de viento.
Se extendieron desde el centro hacia el norte de la isla.
Hay dos categorías de los molinos de Fuerteventura.
El “molino macho” y la hembra “molina”.
El molino macho llegó a la isla majorera en el siglo XVIII y era más o menos una réplica de los molinos de Castilla, cuyas torres blancas con las grandes alas intenta atacar Don Quijote.
Claro que sí, al autor Cervantes no le interesaban los detalles técnicos. Él utilizó la metáfora del molino, el “hacer viento de algo”, para ilustrar el surgimiento y el impacto de rumores y calumnias.
La “molina” apareció en el siglo XIX y funciona como las réplicas del molino castellano, de lo que se diferencia por una estructura técnica más sencilla y en parte por el diseño de la fachada.
Tiene seis alas. Una cámara separada facilita que el molinero no tenga que subir más escaleras.
El programa de recuperación para los molinos de Fuerteventura
En Fuerteventura existieron 38 molinos de cereales, 23 de los cuales han sido declarados Bien Cultural por el Programa de Recuperación de Molinos del Cabildo de Fuerteventura.
Hay también molinos de agua, mucho más pequeños y hechos de madera, importados de Estados Unidos a partir de finales del siglo XIX.
Fue necesario porque molinos semejantes, construidos en la isla, no cumplieron con las expectativas.
El inicio del turismo a finales de los años sesenta, la década de 1960, dio el pistoletazo de la salida para la conservación de los molinos, parcialmente propiedad privada, ubicada en jardines de residencias y casas de campo.
Hay la Ruta de los Molinos de Fuerteventura que pasa por varios pueblos, La Oliva, Tefía y Antigua, entre otros, y sus molinos convertidos en museos.
En el Centro de interpretación de Los Molinos del casco antiguo de Tiscamanita, por ejemplo, se explica la importancia del gofio, elaborado a base de cereales, para paliar hambrunas.
Varios museos visualizan el trabajo de los molineros
El museo del municipio de Tuineje ofrece un recorrido por la historia de los molinos majoreros.
Los visitantes aprenden que antes de la conquista, los isleños recolectaban granos de semillas silvestres y los trituraban con molinos manuales de piedra.
Se muestra la producción de gofio y explica las características de los granos que están tostados antes de ser triturados en el molino.
Se da a conocer en qué consistía también el casi extinto oficio de molinero, cómo animales o personas ponían las ruedas de molino en marcha a la orden de “molienda a bote” y por qué ese día todo el pueblo estaba muy ocupado.
La ruta pasa también por una típica vivienda de molinero de antaño.
Los visitantes llegan a saber cómo surgieron los molinos de viento en el siglo XVIII y los cambios del sistema productivo acabaron con la actividad del molinero.
Al lado del museo está un típico molino majorero.
Modelos ilustran las diferencias entre los diferentes tipos de molino.
Por supuesto, Gofio también se puede probar y comprar.
El “Centro Molino” en Antigua forma también parte de la “Ruta de los Molinos”.
Aquí hay un molino restaurado en medio de un hermoso parque con plantas autóctonas y muchos cactus.
Sus paredes blancas forman un efectivo contraste con el suelo arenoso rojo de la zona.
La exposición del museo está dedicada a las excavaciones durante la batalla del “Barranco de Butihondo” y ofrece información sobre la vida de los indígenas antes de la conquista.
También se ve hallazgos de excavaciones en varios lugares.
Más información sobre los molinos en Fuerteventura
Centro de Interpretación de los Molinos (Tiscamanita) : 928.16.42.75 / 928.85.89.98 / 928.85.28.89 / emuseos@gmail.com
El museo está abierto de Martes a Sábado de 10am a 6pm Molino de Antigua : 928.87.80.41 , 928.85 .89.98, 928.85.28.89 / emuseos@gmail.com
(La versión alemana publicada en Megawelle, 2011 – 2016)