¿El souvenir es pura cursilería o un valioso recuerdo de la mejor época del año?
Probablemente tiene algo de ambas etiquetas, dado que las vacaciones son un pequeño escape del día al día.
No obstante, esos recuerdos son también mercancía, objetos adquiribles, que en la época del turismo masivo tanto difunden toques nostálgicos, como representan un factor económico.
Además son objeto de investigación, tanto su contenido simbólico y económico como su forma, su producción, su comercialización y su efecto ya han sido examinados científicamente.
Hace tres años, el Museo de Historia del Palacio Lercaro de La Laguna les dedicó la exposición “Souvenir, souvenir (La colección de (los) turistas)”
Según esta exposición, el souvenir es un insignificante objeto, adquirible y sin valor intrínseco, vinculado con cualquier cosa o lugar.
Los souvenirs “simbolizan algo que no está, pero mágicamente logran hacer presente ese ausente”.
Los recuerdos son “miniaturas” que también suelen transmitir la ilusión de un mundo mejor donde todo se puede hacer “fácilmente y sin esfuerzo humano”.
El propio souvenir al que se adjuntan pensamientos, ideales y recuerdos no es en sí mismo más que un simple, pequeño objeto, decorativo, en la mayoría de los casos.
Sin embargo, souvenirs de destinos vacacionales disuelven los “límites claros y tradicionales entre hecho y leyenda, verdad y mito, realidad y ficción”.
Por supuesto, el recuerdo adquirido “a bajo precio”, también comprueba retrospectivamente que su propietario estuvo de verdad en este sitio.
No obstante, señala también que esta experiencia, inspirada en la “tentación de lo exótico”, tuvo lugar como “hace mucho tiempo”.
El souvenir es tanto recuerdo como mercancía
Hay gran variedad de formas y tipos de los recuerdos, diferentes materiales.
Tanto los productos agrícolas como el mojo local o la miel y los productos de la artesanía local, como bolsos de cuero, juguetes, joyas, vajillas o incluso enormes toallas de baño y ropa pueden convertirse en souvenir.
La venta de recuerdos y regalos es sin duda uno de los pilares de la artesanía local.
Sin embargo, en la mayoría de los casos, el término “souvenir” se utiliza en relación con objetos de fabricación industrial que llevan palabras como “Tenerife” o “Islas Canarias”, tanto mensaje publicitario como marca de origen.
Esto, a menudo tiene aspectos graciosos.
En muchos casos hay que simplemente dar un vistazo al reverso o la parte inferior de dichos recuerdos del lugar de vacaciones.
Eso desvela sin piedad que el viaje del souvenir para llegar a la isla fue más largo que el turista.
Muchos recuerdos, vienen del Oriente Lejano, como comprueba el sello “Made in China”, que se puede descifrar en una gran cantidad de productos.
Llamativos diseños provocan emociones
Por supuesto, el turista ignora desagradables verdades de esta manera.
El no quiere enfrentarse a la dura realidad de la competencia económica mundial en su breve escape de su día a día en el norte o centro de Europa.
Además no tiene otra opción porque apenas hay alternativas.
Al fin y al cabo, las tazas con las impresiones de todas las carátulas de los discos de “The Beatles”, que se podían adquirir hace unos años por un euro de sobreprecio junto con la edición dominical del diario más grande de España, “El País”, tampoco provinieron, de Liverpool, ciudad portuaria en el norte de Inglaterra por la que pasa en el muy cantado río Mersey.
Sino que de una gran fábrica de porcelana en una zona industrial en el lejano reino oriental del sol naciente.
Además, que en medio siglo de turismo masivo se han establecido ciertas leyes que deben ser preservadas, aunque no coinciden de ninguna manera con el buen gusto.
Una postal navideña obviamente tiene que tener colores chillones, extramente llamativos y sobresaturados.
La estética de esta forma de, digamos, expresión artística se debió originalmente a deficiencias técnicas en la revelación de película.
En la época Photoshop, se elige intencionalmente la función “Tono/Saturación” en el menú y tira el cursor hasta el borde derecho para crear dicho efecto.
Probablemente también para evitar sobrantes confusiones en el grupo de modelo, “turista” cuando pasa por la oferta de los soportes de postales en el mini mercado, el hotel o la tienda de souvenirs.
(La versión alemana publicada en Megawelle, 2011-2016)