El halconero del aeropuerto Los Rodeos con una ave

Halcones sobrevuelan las pistas el aeropuerto de norte de Tenerife.

Las aves buscan presas: palomas y otros pequeños pájaros que se han atrevido entrar en el espacio aéreo de Los Rodeos.

No patrullan por cuenta propia sino pertenecen al escuadrón de halcones que utiliza la dirección del aeropuerto para ahuyentar a otras aves.

Lo hacen para prevenir peligros.

Hay que evitar que los bichos obstaculicen los despegues y los aterrizajes.

Existe el peligro que las aves acaban atrapadas en las turbinas o se estrellan contra el vidrio las ventanillas de los aviones.

Los halcones sobrevuelan el Aeropuerto de Los Rodeos unas treinta veces al día.

Durante su caída los halcones alcancen los 350 kilómetros por hora
Durante su caída los halcones alcancen los 350 kilómetros por hora

Cada treinta minutos, un jeep, normalmente equipado de dos halcones, pasa por varios puntos del aeropuerto.

En casos excepcionales se aumenta el equipo vigilante hasta seis halcones.

Cuando las aves invasoras ven la patrulla halconera, se huyen con rapidez para evitar acabar en sus afiladas garras.

Cuando los halcones ven que otras aves en las céspedes o zonas de hormigón del aeropuerto, empiezan su vuelo raso para ahuyentarlas.

Los halcones sobrevuelen las pistas de despegue y aterrizaje

50 aves rapaces patrullan el espacio del los aeropuertos de canarias, diez pertenecen a la tripulación del aeropuerto Los Rodeos.

Los escuadrones de los aeropuertos de Reina Sofía, de Fuerteventura y de Gran Canaria están formados tanto de halcones, pero también de gavilanes y águilas.

En Los Rodeos, muy cerca del centro de La Laguna, las palomas son la principal fuente de peligro, mientras en los otros tres aeropuertos, ubicados en la costa, sobre todo gaviotas son factores de riesgo.

El problema tiene una causa bien conocida. El creciente número de zonas residenciales atrae palomas y gaviotas a las inmediaciones de los asentamientos humanos y, en consecuencia, a los aeropuertos.

La basura y los contenedores son una rica fuente de alimento para las aves.

Desde hace 35 años, se utiliza aves rapaces como “centinelas de aire”” aves rapaces.

Los halcones están acostumbrados al ruido de motor de los coches y aviones
Los halcones están acostumbrados al ruido de motor de los coches y aviones

La cetrería de Los Rodeos, fundado hace nueve años, dirige José Miguel González Guzmán, halconero con quince años de experiencia.

Él y su colega José Curbelo Guzmán trabajan en turnos rotativos desde el amanecer hasta el atardecer y dicen que les falta otro compañero para que puedan irse de vacaciones.

Frente al edificio, los halcones peregrinos y del desierto se sientan en tocones de árboles y esperan su turno.

Durante periodos de mal tiempo y durante la noche se quedan en la cetrería.

Halcones llegan a velocidades de hasta 180 kilómetros por hora

Gracias a sus cualidades, halcones son extremamente adecuados para actuar como guardia.

Las aves rapaces de tamaño medio dan vueltas a una altura de cuarenta metros, los ojos enfocados en el terreno en busca de presas y comida.

Cuando avistan una posible presa se lanzan en un brusco vertiginoso picado para agarrarla.

Durante su caída pueden alcanzar los 350 kilómetros por hora. Incluso con la presa en sus garras, el halcón peregrino llegue a velocidades de hasta 180 kilómetros por hora.

Los animales alcanzan la gran velocidad de vuelo debido a su larga cola y alas puntiagudas.

Sin embargo, la lluvia obstaculiza las aves.

Ellas son capaces de protegerse con su propio aceite corporal de la llovizna, pero cuando llueve con intensidad, sus alas no están operativas debido a las plumas pegajosas.

A diferencia de muchas especies, la hembra del halcón es más grande que el macho y, por lo tanto, caza presas más grandes.

En la antigüedad, halcones gozaban gran reputación. La gente del desierto utilizó halcones para destacar estatus.

En la mitología egipcia, Horus, el dios del sol y de rango supremo, tiene cabeza de halcón.

La buena sintonía y la confianza entre el ser humano y el animal son imprescindibles para aprovecharse de los de los elegantes depredadores volantes como vigilantes aéreos.

Los depredadores pasan por varias etapas de adiestramiento

Los aspirantes a vigilante pasan por varias etapas de adiestramiento,  que empezando con la cuarentena.

Si las aves no provienen de la isla se también realiza un análisis de sangre.

Luego están puestos en la balanza para averiguar su peso.

Eso es imprescindible, porque aves rapaces bien alimentadas tanto carecen del instinto cazador como podrían irse por no ser enfocadas en presas.

Un pequeño depredador en la mano del halconero. Guantes protegen las manos de la garras de la aves
Un pequeño depredador en la mano del halconero. Guantes protegen las manos de la garras de la aves

Por eso, ave con sobrepeso, incluso de pocos gramos, tiene que quedar en tierra.

A continuación, se familiariza los aspirantes a guardia con el futuro entorno de trabajo para acostumbrarlos al ruido de motor de los coches y aviones.

Entonces comienza la relación laboral entre humanos y animales: los pájaros tienen que comer de la mano de los cetreros.

Las técnicas de de caza están enseñadas de forma lúdica.

Los halcones deben perseguir maniquís de botín, pelotas de cuero, por ejemplo.

Con el paso de tiempo, crece la distancia entre presa y halcón.

Luego, el maniquí está sustituido por trozos de carne y pequeños pájaros.

Las delicias preferidas de los gavilanes, por ejemplo, son las palomas, seguidas de otras aves, pichones y cortes de pollo.

En la siguiente fase de entrenamiento, los futuros vigilantes aves rapaces deben perseguir palomas sueltas.

Fases de vuelo de dos a tres horas diarias fortalecen sus músculos.

Los halcones aprenden enfrentarse a situaciones peligrosas

Los halcones aprenden también el comportamiento adecuado en situaciones de peligro.

Por ejemplo, cuando están atacados ellos mismos.

El uso del escuadrón de aves rapaces requiere tanto el exacto conocimiento de su comportamiento de caza como y la dependencia del animales del humanos.

Solo cada vigésimo vuelo los “centinelas del aire” lograr captar un animal de presa.

Las aves rapaces no solo están presentes en los aeropuertos, sino que vigilan el sagrado césped del estadio Bernabéu de Real Madrid.

(La versión alemana publicada en Teneriffa Panorama, 2004 – 2007)