El día del concurso del Manejo de Yuntas, el sol brilla mucho.
La vista es excelente.
Desde un terreno sobre el mercadillo del agricultor de Tegueste, a lo lejos, se puede ver el inmenso azul del mar.
Pero a la gente que se ha reunido en los pastos de la parte arriba del pueblo, junto al patrón de San Marco, no les importan los encantos de la naturaleza de esta zona, han venido para participar o a disfrutar de la competición como espectadores.
En el centro del terreno limitado por barreras hay varios obstáculos a superar por las yuntas y los guayeros.
En la jerga de los ganaderos, la yunta es una pareja de dos bovinos que tiran varios tipos de carga; la persona que dirige y conduce estos animales se llama guayero.
El primer concurso esta programado para las once, pero, como siempre, las cosas tardan.
El “Manejo de Yuntas” es un deporte autóctono
Los curiosos, que han cogido sus puestos a los lados del campo de competición, están en tensa espera.
Algunos, incluso, han traído sillas plegables.
Como todas las actividades deportivas autóctonas, la competición que se celebra esta mañana, tiene sus raíces en la tradición rural, en la vida cotidiana que marcaba la isla tinerfeña durante siglos.
Entonces el ganado desempeñaba un papel clave.
Los toros y las vacas proveían a los hombres de leche y de carne.
Además, estos gigantescos animales tan útiles tiraban los arados en los campos y arrastraban las cargas en los caminos rurales, en las carreteras y en las canteras de construcción.
Los ganaderos organizaban grandes ferias donde reunían miles de ejemplares del bovino.
No queda mucho de esta época dorada ganadera.
Hoy en día, el turismo es el motor económico más importe de las islas Canarias, el sector agrícola se conforma con un papel secundario.
Económicamente las vacas y los toros no tienen importancia
El noventa por ciento del abastecimiento de alimentos de Tenerife proviene de las importaciones, mientras que la competitividad del sector agrícola canario es muy mejorable, sobre todo debido a la escasez de conocimientos para comercializar los productos de manera adecuada.
La adaptación a los requerimientos de la economía actual es el gran reto para los agricultores y sus organizaciones de distribución.
Respecto al ganado, la cabra es el animal más popular, el número de vacas y de toros es
de menor importancia.
No obstante, los ganaderos siempre han estado muy orgullosos de su actividad y, por eso, han hecho muchos esfuerzos para mantener la tradición vacuna en Canarias.
La creación de la raza del bovino canario y el establecimiento de los concursos deportivos del arrastre del ganado son dos ejemplos.
En las competiciones, las yuntas tienen que desplazar una carga de sacos pesados puestos en una “corsa”, un tipo de trineo, por un recorrido de setenta metros.
La federación correspondiente existe desde hace unas dos décadas.
La vida rural de entonces inspiró el Manejo de Yuntas
La temporada de esta carrera de velocidad para bovinos, por utilizar la jerga del atletismo, consiste en varios encuentros y culmina en la gran final con los mejores guayeros de Canarias en el terreno de la Casa del Ganadero en septiembre, durante las Fiestas de Cristo.
La competición del manejo de yuntas es más reciente, y además, es una prueba compuesta por seis disciplinas muy variadas, inspiradas en todas las facetas de la faena cotidiana de la vida rural.
Las yuntas tiraban de la corsa, la herramienta que ha inspirado el concurso de arrastre, como también de las carretas y de los arados.
Incluso hoy en día, muchas veces, es mucho mejor labrar las tierras ubicadas en laderas muy inclinadas o en zonas mal comunicadas con yuntas de ganado en lugar de máquinas.
La primera tarea del concurso del Manejo de Yuntas refleja esta tradición.
Tras el pistoletazo de salida, el guayero y su yunta, que tira una carreta cargada de paja, pasan por tierra movida.
Este paseo es, más o menos, el calentamiento.
El siguiente reto es mucho más exigente.
Hay que superar una rampa con un desnivel del 45 por ciento.
Por cierto, los bovinos son bestias muy fuertes, pero la pura fuerza no es suficiente para llegar al
otro lado de la empinada colina.
Una sintonía excelente entre el guayero y sus bovinos es imprescindible para garantizar que la yunta avance con fluidez hacia el alto de la rampa.
Si se para solamente por un momento, es necesario volver a empezar.
En muchos casos, tanto los rivales como los integrantes del jurado empujan el carro sobre la rampa, un esfuerzo que cuesta mucho, incluso a un grupo de cinco o seis hombres.
Al otro lado de la pequeña montaña hay que traspasar una fosa muy ancha y honda.
Por supuesto, es un ejercicio mucho más fácil que el anterior, pero por aquí también son necesarios movimientos continuos y constantes.
Hoy como antes, el paisaje y los caminos en varias zonas de la isla tienen sus propias características y peculiaridades.
¿Cómo liberar una rueda enganchada en un hoyo?
Esto vale sobre todo para un hombre y su yunta en zonas remotas.
Incluso en las carreteras actuales, muchas veces, hay baches y por eso hay que asumir que la situación
en terrenos intransitables sea mucho peor.
La tercera tarea rinde tributo a estas circunstancias.
Una rueda de la carreta se engancha en un hoyo de una profundidad de cincuenta centímetros.
El guayero tiene que liberar la rueda bloqueada.
No obstante, el reto parece imposible a primera vista, guayeros con mucha experiencia tienen la destreza de mover los bovinos, poco a poco y paso a paso, hasta ponerla en la posición adecuada para tirar toda la carreta adelante cuando alza su voz.
Por cierto, el truco no funciona siempre.
Muchas veces, otros competidores y miembros del jurado vuelven a empujar la carreta.
Los guayeros que no tienen mucha experiencia muchas veces prescinden de este ejercicio.
El siguiente zigzag funciona como el slálom en el ámbito del esquí.
La yunta debe moverse de modo armonioso y constante
Luego, los bovinos tienen que girar la carreta sobre un mismo punto.
Mientras el guayero dirige a los animales hacia un lado, una de las ruedas traseras se queda en
un círculo, marcado en el suelo, durante toda la prueba.
Es imprescindible que la yunta se desplace con movimientos armoniosos y constantes.
Los animales están atados al vehículo solamente mediante el yugo en los cuellos y tienen que mantener una posición paralela a la vara.
De otra manera, los bovinos podrían llegar a posiciones contrarias y uno pararía el avance del otro.
Hay que pasar tanto un círculo a la derecha como a la izquierda.
El siguiente reto requiere una destreza muy parecida.
El quayero tiene que lograr que la carreta se mueva hacia atrás entre dos líneas paralelas.
La yunta tiene que moverse sin perder el timón recto para evitar que las ruedas de la carreta pasen por las delimitaciones, hechas de pintura en el suelo.
Hay que evitar las más mínimas desviaciones para cumplir el reto.
Llamar la yunta de bovinos a una distancia de 20 metros
Normalmente, es necesario pasar el concurso de “Manejo de Yuntas” entero por primera vez, porque es casi imposible corregir la posición de los animales y de la carreta con manejos posteriores.
Adelantar los animales para colocarlos más cerca a la vara tras una falta parece muy complicado, un esfuerzo excesivo para los bovinos que tardan mucho tiempo en llevar a cabo la acción.
Por eso, los guayeros suspenden normalmente cuando el fracaso es previsible.
Al final de concurso hay que comprobar la complicidad entre hombre y animal.
El guayero, puesto a una distancia de 20 metros de su yunta, tiene que llamarla para que avance hasta él.
Claro, es un ejercicio que también practican muchos amos con sus perros.
No obstante, el adiestramiento del cuatro patas es una cosa, poner en movimiento colosos que pesan unos cientos de kilos tras un concurso, que ha requerido su concentración por completo, es otra.
A menudo, tarda algunos minutos, hasta que se pueden ver las primeras reacciones vacilantes.
Luego, poco a poco y pasito a pasito, la yunta se desplaza lentamente hacia el guayero.
Mientras el guayero y sus bovinos salen, un tractor prepara el campo de la tierra movida para la próxima yunta que pase por el recorrido del concurso de Manejo de Yuntas.
(Publicado en Megawelle, 2011 – 2016)
