Hay un gran número de fiestas populares en Tenerife, por ejemplo la Romería de Garachico.
Todas las fiestas y romerías tienen sus encantos particulares.
Tegueste se distingue por los cuadros confeccionados de semillas en los laterales de las carretas.
Un rasgo típico son los veleros sobre ruedas que parecen navegar por un mar compuesto por las cabezas de la multitud apiñada en la plaza de San Marcos, ubicada entre la iglesia y el Ayuntamiento.
En La Orotava, la resurrección del pasado entre bastidores históricos emociona a miles de visitantes.
La fiesta de Chico, un término del barrio lagunero de Tejina, destaca por sus pequeños carritos agrupados alrededor de la ermita que difunden los aires de una fiesta donde todo parece una escala en miniatura.
El rasgo principal de la romería de Garachico es que no tiene comienzo, salvo un pistoletazo de salida del desfile.
Pero eso es solamente una señal de segundo orden, porque la fiesta empieza mucho antes.
Mucha gente visita Garachico durante los días de San Roque
En los días de las fiestas de San Roque, Garachico vive el estado de excepción.
Hay un gran número de actos y fiestas importantes, como la Gala de Elección de la Romera Mayor; conciertos folclóricos con la participación de rondallas, parrandas y grupos musicales; verbenas amenizadas por orquestas conocidas y exhibiciones de fuegos artificiales y desfiles de Carrozas Alegóricas.
Incluso, ha contado con artistas de gran renombre como los Sabandeños o Chago Melían, quien dedicó a la estatua del inmigrante, ubicada sobre la del puerto de Garachico, una obra musical.
En los días de San Roque, los callejones y las plazas del pueblo son muy frecuentados y junto al emblemático castillo hay una larga fila de puestos de vendedores ambulantes.
En las piscinas naturales no hay sitio libre, tampoco en las playas de pueblo.
Incluso en días normales, el tráfico en Garachico pasa muy entrecortado por el pueblo y en los festivos los atascos bloquean la calle principal.
Por eso, los romeros no tienen otro remedio que llegar muy temprano al núcleo para llegar a tiempo.
No más lejos que a un salto de gato de la playa desde la falda del monumento al inmigrante, hay un paraje baldío en el oeste de la ciudad, en la transversal de Guía de Isora, con un camino escarpado con un gran número de curvas serpentinas que sirve como punto de encuentro.
Las carretas están aparcadas en dos larga filas.
Los turistas disfrutan de la atmosfera de la Romería de Garachico
Las tripulaciones se ponen la indumentaria, dan los últimos retoques a los vehículos, ajustan los ornamentos y preparan los asadores.
Algunos grupos, incluso, preparan comida como muestra el humo que sale de sus carretas.
La mayoría de las vacas y de los bueyes en la calle esperan su actuación en los adoquines hacia el castillo.
Los integrantes de las carretas comunican a otros las particularidades de su vehículo.
Muchos turistas pasan por la zona para mirar a los protagonistas principales de las romerías y a sus vehículos de cerca y sacar fotos
Los animales forman una larga fila, sus guayeros hablan con sus compañeros, a veces con una lata de cerveza en la mano.
Al medio día, el pequeño cruce, que en días normales es la entrada del casco, se llena de gente, incluso los reporteros de las radios y de las emisoras de la televisión local acuden.
Hay una gran afluencia desde la colina del monumento al inmigrante.
Debido a la escasez de aparcamientos, en esos momentos no hay otro remedio que estacionar el coche al borde de la carretera hacia Los Silos y volver unos dos kilómetros, pasando por el área recreativa y una larga fila de coches a ambos lados de la carretera.
En la Romería de Garachico destacan los carros de niños
Hay que decir que aparcar en la bajada entre el monumento al inmigrante y la entrada a la pequeña playa puede resultar muy costoso.
Varias señales y líneas en el asfalto indican que en muchas partes está prohibido aparcar vehículos, sobre todo cuando pueden causar trabas tanto para los peatones o para la fluidez del tráfico en general.
No sorprende que la Policía Local aproveche el gran día del pueblo para multar a lo grande y para llenar las arcas del municipio.
Hay que añadir que desde primeras horas de la mañana no hay un sitio libre en los bordes de la carretera desde Icod de los Vinos tras el túnel.
Los aparcamientos del municipio están reservados exclusivamente para las guaguas de los turoperadores.
El comienzo de la romería parece más o menos casual.
De repente, una parte de la multitud se pone en marcha y entra en el estrecho callejón en sentido a las iglesias del casco.
Otro rasgo particular de la romería de Garachico es la vanguardia, con muchos carros de niños, todos, por supuesto, vestidos con la indumentaria tradicional.
Luego siguen carretas pequeñas tiradas, en parte, por una lanza.
Algunos integrantes de las carretas reparten trozos de carne asados en la parrilla de la trasera de la carreta, mientras que otros empujan el vehículo en subida o lo frenan en declive.
Hay también vehículos de aspecto loco, diseñados como coches de carrera, tractores propulsados por pedal o kioscos con ruedas.
Todos pasan a la fuerza por la estrecha calle donde se aprietan innumerables curiosos en las estrechas aceras delante de las fachadas de las casas históricas.
Muchos turistas acompañan el desfile romero garachiquense
Turistas, muchos en calzones y camisetas de manga corta y mochila en la espalda, saltan a la calle para sacar fotos o filmaciones desde su cámara, móvil o tableta.
La primera yunta de bovino canario tira la carreta de la reina de la romería y de las damas de honor que lanzan papas y trozos de pan al público.
A partir de este momento siguen yuntas y carretas llevadas de la mano.
Por supuesto, no faltan las parrandas y las agrupaciones folclóricas que acompañan a los romeros con su música y su canto.
El primer parón es a la altura de la denominada plaza de Pila, en la que, hace unos tres siglos en la gran época del puerto de Garachico, había un almacén de mercancía para la exportación y hoy es un parque con nostalgia del gran pasado.
Por aquí, el desfile sale de la calle Santa Ana y dobla a la izquierda en la calle de Esteban Pons, en vez de continuar por el centro histórico, compuesto por el palacio de la Condesa de La Gomera, la elevada plaza central de la Libertad, coronada por el blanco pabellón con un tejado en forma de cúpula y rodeado de magníficas sabinas, y el antiguo convento que alberga en la actualidad parte de la Administración local.
La causa principal de evitar esta zona, probablemente, sea el giro demasiado amplio de las grandes carretas y las bajadas escarpadas de varias salidas de este núcleo.
No obstante, la primera parte de la ruta alternativa requiere mucho cuidado y toda la destreza de las personas que conducen los vehículos.
La Romería de Garachico tiene su origen en las epidemias del siglo XVII
El cambio de sentido ofrece sombra a los romeros y a su ganado y el desfile empieza a estirarse. La gran interrupción del desfile tiene lugar a la altura del campo deportivo donde se encuentra también el edificio de las monjas franciscanas.
Tras haber pasado por, más o menos, la mitad del recorrido, la imagen y su escolta entran en el edificio para tomar un descanso y supervisar el carro que ha llevado el santo sobre los adoquines.
El viaje de la imagen de San Roque comenzó mucho antes de la romería.
Muy de mañana se llevó la imagen de su sitio en la ermita de San Roque para trasladarla a la parroquia matriz de Santa Ana, donde tienen lugar las ceremonias religiosas.
Como todos los actos de esta manera, la romería de San Roque tiene un motivo religioso, arraigado desde las epidemias que castigaron Garachico a lo largo de lustro hasta 1606.
Según las fuentes del entonces, las plagas acabaron gracias a la intervención de San Roque, a quien ahora homenajean los habitantes de la zona por sus fiestas.
El nombre del patrón no es la única vinculación que Garachico tiene con las piedras rocosas.
No solo está ubicado en la falda de una gran formación rocosa, sino que debe también su nombre a lo roquero. La expresión guanche “gara” significa roca, a la que se añade la palabra castellana “chico”.
La combinación de estas dos palabras se refiere al símbolo del pueblo, la roca ubicada delante de su costa.
Mientras la escolta de la imagen coge energía para la próxima etapa, los romeros en la calle reparten los últimos trozos de carne y tragos de vino.
La atmósfera solemne se esfuma.
Debido a su fecha el día de la Romería de Garachico es muy soleado
Desde las azoteas de las casas, donde hay también fiestas, los vecinos miran a la calle.
En esos momentos, el desfile parece un gran grupo de senderistas que toma un profundo respiro antes de la etapa final. El cielo se adapta a esta atmósfera.
Debido a su fecha en el mes de agosto, el día de la romería de Garachico, normalmente, es muy soleado.
Pero por la tarde, alrededor de las cinco, los últimos rayos pasan sobre los techos del emblemático pueblo de la Isla Baja.
Paulatinamente, el sol se va.
Tras el descanso de unos quince minutos, la imagen y sus acompañantes salen del convento para ponerse a la cabeza del desfile de la Romería de Garachico.
La romería pasa una transversal por encima del monumento que homenajea a la protesta de los viticultores ante los comerciantes hace unos tres siglos, y entra en la suave subida de la calle San Roque, delimitada a la derecha por casas tradicionales.
Como anteriormente, en el casco los vecinos miran y saludan a los romeros desde las ventanas, a menudo adornadas de telas de indumentaria tradicional.
A la izquierda, desde lejos saluda la emblemática isla rocosa a la romería desde el mar.
Delante del convento de Santo Domingo arranca la recta final
Cuando los adoquines sustituyen al asfalto, comienza la recta final, la bajada hacia la ermita de San Roque.
Debajo del majestuoso convento de Santo Domingo, una edificación rodeada de un gran parque que en la actualidad sirve como centro de mayores, agentes de la Policía Local paran a intervalos el denso tráfico para dejar pasar grupos de romeros y carretas al otro lado de la carretera general.
Mientras, los peatones se desplazan directamente a la zona de feria al lado de la ermita de San Roque y las carretas van al aparcamiento junto del nuevo puerto deportivo.
Las tripulaciones salen de los vehículos como actores del escenario.
Los guayeros sueltan a los animales de la carreta para preparar animales y vehículos para la vuelta, los hombres y las mujeres se arreglan para la verbena nocturna de la Romería de Garachico.
(Publicado en Megawelle, 2011-2016)
