El barranco de Las Angustias de la isla de La Palma debe su nombre al terror y al susto.
Según parece, quienes bautizaron así el barranco, ubicado en el Parque Nacional de la Caldera de Taburiente, lo que pretendían era indicar que este lugar esconde una amenaza letal.
No obstante, este sábado estival, el barranco de Las Angustias presenta su lado alegre y tranquilo.
El sol brilla desde el cielo azul y, de vez en cuando, sopla una refrescante brisa suavísima.
Es un juego de niños dar un paseo por este cauce de gran renombre, delimitado por verticales paredes de roca muy alta.
Normalmente hay que meterse por caminos, estrechos y pedregosos, al borde de la corriente del agua.
Pero en este día de pleno verano los caminantes pueden pisar en el callao.
Esas piedras cubren todo el suelo del cauce por donde pasan las aguas permanentes, que provienen de los nacientes de la alta montaña en su camino hacia la desembocadura en las cercanías de Tazacorte.
Normalmente el agua que baja forma un arroyo, pero cuando está muy seco solamente produce una estrecha chorrera que, a veces, forma charcos muy planos.
!Pero ojo! El barranco de Las Angustias tiene muchas facetas.
Un abrupto cambio del tiempo puede transformar este paisaje tan maravilloso y pintoresco en un mortal callejón sin salida.
El barranco de Las Angustias: pasajes estrechos con paredes rocosas
Este laberinto tan romántico, compuesto de pasajes estrechos con paredes rocosas, que encanta a los caminantes cuando el tiempo es bueno, puede convertirse en una trampa sin salida en caso de riadas.
Algunos senderistas han muerto ahogados, cogidos por sorpresa cuando las aguas de repente bajaban por el caudal y arrastraban todo lo que estaba en el camino.
Por eso, es aconsejable informarse de las condiciones climáticas antes de salir de excursión por el Parque Nacional de la Caldera de Taburiente.
El barranco de Las Angustias está ubicado muy cerca del centro de Los Llanos de Aridane y forma parte de un sendero de unos 16 km en total.
No obstante, es posible caminar solamente partes del trayecto.
En Dos Aguas se traspasa el caudal de agua proveniente de la montaña
La primera etapa, una pista de unos seis kilómetros con un desnivel de unos 900 metros hacia arriba, pasa por el impresionante pinar que adorna las laderas y que es uno de los símbolos de la Isla Bonita.
En Los Brecitos, el camino se convierte en un sendero serpiente por un denso bosque de pinos adultos con pequeños barrancos para terminar en una zona de acampada, donde pernoctan los senderistas que hacen excursiones a las cumbres de la Caldera de Taburiente a lo largo de varios días.
Desde aquí sigue una bajada muy empinada por un sendero, pedregoso y resbaladizo, hasta la zona de Dos Aguas, donde hay que traspasar un caudal de agua que proviene de la alta montaña.
Mientras en el mes de agosto es suficiente brincar de roca a roca para llegar a la otra orilla, en otros periodos hay que mojarse los pies para seguir el camino hacia el barranco de Las Angustias.
La duración y la dificultad de esta última etapa de unos seis kilómetros depende de la estación del año y de las condiciones climáticas.
Durante los días soleados de primavera, incluso en las partes bajas hay suficiente agua para chapotear y bañarse en los pequeños y planos huecos integrados en el suelo rocoso para refrescarse.
En esta época muchos residentes pasan los fines de semana en las orillas del caudal.
(Publicado en Megawelle, 2011-2016)