La Cueva del Viento es un subterráneo laberinto volcánico con muchas ramificaciones.
Sus visitantes bajan a un mundo desconocido y misterioso, acompañados de guías con lámparas en sus cascos que muestran el camino por la oscuridad.
La Cueva del Viento es una cavidad volcánica
“Cerrad los ojos para imaginaros como se siente un insecto en la oscuridad de la cueva“, dice Fernando, uno de los guías y subraya sus palabras extendiendo sus brazos fuertes delante de la oscuridad del estrecho pasillo subterráneo.
El grupo, que le sigue, tarda un momento antes de empezar a reírse.
“Los hombres tienen que hacer ruidos porque no pueden soportar el aislamiento,“ constata el guía antes de continuar el recorrido.
Sin duda, oscuridad y tranquilidad total son las características principales que ofrece la gruta a sus invasores.
Sin las luces montadas en los cascos sería imposible dar un pequeño paso sin caerse o tropezar, debido a obstáculos inesperados.
Pero también con la estrecha raya de luz de la lámpara a la cabeza se tiene que cuidar de no tocar con el casco al techo rocoso de la gruta.
La Cueva del Viento es una cavidad volcánica enclavada en una zona poblada de Icod de los Vinos.
La caverna subterránea como el terreno por encima son zona protegida, porque modificaciones en la superficie tendrían consecuencias directas para la cueva estirada en la profundidad.
La Cueva de Viento cuenta con los tubos volcánicos más largos del mundo, de 18 kilómetros de galerías subterráneas.
Un laberinto subterráneo formado por tres niveles de galerías volcánicas
Hace poco, el complejo laberinto de tubos volcánicos que recorre el subsuelo de las medianías del Valle de Icod, está abierto a las visitas guiadas en grupos reducidos.
Desde el punto de salida en el Centro de visitantes, la excursión sigue una suave subida por el bosque de pinos canarios hasta llegar la entrada de la cueva.
Aquí los visitantes apoyados por el guía, se montan el cinturón de las baterías recargables y se ponen el casco, equipado de una linterna en la delantera.
Por un agujero en el suelo, normalmente cerrado por una barandilla fuerte, el conjunto entra, bajando una estrecha escalera de acero a la galería en la profundidad, para empezar su recorrido de 1.200 metros de largo y de media dificultad.
Bajo tierra, les espera un maravilloso dédalo de galerías, cismas y grandes salas, que muestran un variado repertorio de formas geológicas, un laberinto subterráneo formado por tres niveles de galerías volcánicas superpuestas, con una diferencia de altura máxima de 70 metros, en los puntos extremos.
Coladas basálticas formaban la caverna.
Los materiales, procedentes de procesos eruptivos generados en las Cañadas del Teide, creaban una laberíntica de pasajes subterráneos.
La Cueva del Viento tiene innumerables ramificaciones aún sin explorar y que permitirían ampliar su actual longitud de unos 18 kilómetros.
Misteriosos animales viven en la Cueva del Viento
Hallamos con frecuencia puntos donde convergen o bifurcan distintas galerías, así como enlaces entre los distintos niveles.
Las conexiones pueden ser cascadas de lava solidificadas que forman cimas verticales.
El carácter laberíntico de este sistema subterráneo se manifiesta en la enorme complejidad del plano de la cueva, que asemeja una gran raíz incrustada en la colada.
Exploradores e investigadores se dedican al sistema de las grutas de origen volcánico en los alrededores de Icod de los Vinos desde el siglo XVIII.
Ellos tienen una mucha más racional percepción que el visitante que se queda boquiabierto a la vista de este fenómeno singular.
Hoy en día, junto al resto de los tubos volcánicos canarios, la Cueva del Viento genera gran interés científico al nivel global.
Aquí hay hábitats frágiles de gran importancia para el estudio y la comprensión del volcanismo mundial.
A los científicos también les interesan los valores geológicos y la especial fauna cavernícola.
La cueva debe su nombre a las importantes corrientes de aire que existen en su interior y destaca tanto por sus características geomorfológicas únicas con diversos colores.
La cueva alberga190 especies de invertebrados conocidas, entre otros 48 troglobias, animales que sólo viven en el medio subterráneo, la cucaracha sin ojos, la loboptera subterránea o los carábidos de la clase wolltinerfia.
(Publicado en El Guanche/Bajamar, 2008)
