En cada rincón del mundo se celebran las fiestas de Navidad. No obstante, la puesta en escena del nacimiento tiene muchas facetas.
Las costumbres de la celebración se diferencian.
Mientras que en Alemania, el abeto iluminado por candelas, las 24 puertitas del calendario de Adviento y Papa Noel son los componentes más populares, en Canarias los Reyes Magos y los belenes tienen el máximo protagonismo.
Por eso, parece asombroso que, en Canarias, las escenificaciones del nacimiento del Mesías estaban casi extinguidas.
Hace tres décadas, el Cabildo de Tenerife retomó la costumbre y encargó la confección de un belén, del que nació la anual presentación de la escenificación de la historia navideña en el vestíbulo del Palacio Insular, la sede del Cabildo de Tenerife.
La excelente acogida del portal del Cabildo animó al Ayuntamiento de Santa Cruz y al Parlamento de Canarias a exponer sus propios nacimientos.
Los primeros belenes lo montaron los colaboradores del actual Museo de Historia y Antropología.
La institución, el anterior Museo Etnográfico, siempre montó un nacimiento y realizó exposiciones de portales que cedían particulares de sus propias colecciones, tal y como explica Juan de la Cruz, coordinador del montaje desde el inicio.
Juan de la Cruz evita usar la palabra “belén”, porque “es un neologismo, aunque muy extendido en Canarias”.
En cambio, el coordinador prefiere hablar del “portal o del nacimiento, que refleja el costumbrismo canario”.
En Canarias, “entonces se confeccionaban dos tipos de nacimientos: uno ambientado en la antigüedad, intentando reflejar la vida en las figuras y casas de Palestina, y otro que representaba la historia navideña al estilo de Canarias”. Estos portales suelen estar en un ambiente rural, poblado de campesinos.
En Canarias, la puesta en escena destaca por accesorios típicos
Los belenes al estilo canario destacan por elementos y accesorios típicos de las islas como la arquitectura, las fiestas o los trajes tradicionales.
Hace treinta años, se confeccionó el primer portal de esta manera, aunque otros artistas aportaron sus ideas. Los montadores son “personas con apropiado prestigio, lo más variado posible, para garantizar realizar una cosa importante y digna”, dice Juan de la Cruz.
La escenificación tiene tanto que destacar por su calidad artesanal como por su originalidad. Cada año, tanto el enfoque de la escenificación como las figuras cambian.
El museo tiene tres escalas diferentes de figuras y, a veces, algunos montadores traen sus propios equipos.
En belenes con pequeñas figuras, la vista general, la composición del pueblo y del paisaje, tienen mucho protagonismo, mientras que en portales con figuras de gran tamaño la mímica y la expresión de los rostros, los detalles de los edificios y de la naturaleza son los grandes atractivos.
Según Juan de la Cruz, el reto más difícil en una confección del portal probablemente es la reproducción de los diferentes techos cubiertos de paja.
En Tenerife, entonces existían varias formas de casas con techos hechos de paja.
De la Cruz asegura que ahora solo queda “un estilo que se mantiene en los altos de La Orotava, en Pinolere, por ejemplo.”
Un portal de calidad destaca por “las buenas proporciones entre la arquitectura y las figuras, saber jugar con la perspectiva para dar la sensación de que los trucos existen, para dar la sensación de la lejanía y la profundidad.”
Además, la vegetación tiene que ser rica y en proporciones de acuerdo con el paisaje. “No se puede poner vegetación canaria en una reproducción histórica.”
Hay belenistas que tienen mucha destreza en la reproducción de diferentes ambientes, capaces de asemejar un decorado muy realista.
Pero no todo lo que sea posible en la puesta en escena del nacimiento, también es viable.
Añadir efectos especiales al nacimiento es complicado
Eso tuvo también que aprenderlo el coordinador: “Al principio jugamos con efectos especiales como el del amanecer y el del anochecer, apariciones del ángel, fuentes con agua corriente y demás. Incluso había una historia narrada, una voz contando lo que ocurrió. Eso es difícil porque requiere que el público este presente durante un tiempo, hasta que trascurre todo el ciclo.
Como consecuencia de ello, se formaban unas colas enormes. Si el ciclo dura cinco minutos y un grupo entra, todos los demás tienen que esperar hasta que la puerta se abra.
“Por eso hemos optado por un nacimiento estático que siempre sea para que el publico circule”.
El momento más exigente son las vísperas de la inauguración, como sabe Juan de la Cruz: ”Cuesta siempre. Yo me he visto trabajando toda la noche antes de inaugurar.
Los medios de comunicación estaban convocados, pero, por diferentes razones y problemas, el belenista a veces no acaba.”
El coordinador incluso se acuerda de un año en el que “se inauguró el portal sin acabar del todo y por la noche vino el artista y lo acabó. No había puesto todas las figuras, faltaban algunas luces, pero la gente no lo notó.”
A finales de noviembre se prepara la puesta en escena del nacimiento. En diciembre se inaugura el Portal del Cabildo.
(Publicado en Megawelle, 2011-2016)